29-1-02
¿Lo de siempre?
El Clonista se resiste al pesimismo de la redundancia, pero es inevitable
pensar que el famoso “sesgo” con que se exhibe el tapiz mugriento de la
realidad acumula una opacidad y unos tintes sombríos que hacen emigrar de cualquier corazón la
esperanza y la confianza en la especie humana. ¿Por qué la guerra, los
atentados, las estafas, la violencia, los robos, las agresiones, la burla
sempiterna del poder y tantas otras manifestaciones de la inventiva humana
constituyen los territorios más importantes del mapa de la realidad? La vida de
cada día es ya un cúmulo tal de repeticiones que resulta casi heroico
sobrevivir a la rutina que nos define. Llegar al diario y recorrerlo es, pues,
encontrar un espejo que nos devuelve la máscara agria del cuadrúpedo de la
noria. El Clonista advierte, alarmado, que se le está desarrollando una
perceptible psicología de pescador. Cada día se asoma al círculo abierto sobre
el hielo y lanza su anzuelo para ver qué captura. Hoy, dos noticias del
suplemento de medicina. “La insuficiencia cardíaca se ha duplicado en 15 años”
y “los pacientes con colesterol elevado ven peor los colores”. ¿No es la
segunda un versículo desgajado de un ciclópeo poema surrealista? Por lo demás,
aún colea el congreso de vendedores de obviedades, la empresa de derribos
estatales que gobierna para los suyos y algunas otras flatulencias
nacionalistas, amén -y viene al pelo- de la chulería del estado religioso
dentro del estado. Igual que el mundo puede ser visto sub especie parque temático, es lógico deducir que
un periódico también admita la comparación. ¿Y qué se nos ofrece? Dicho queda
ut supra. El Clonista se levanta y se va a la ficción novelística, ese terreno
de la realidad escondido y cuyo descubrimiento, dentro de poco, será una de las
grandes aventuras de los homo videns del inmediato futuro.
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