domingo, 17 de mayo de 2015

19-3-02

     Por detrás de la realidad en una carrera de galgo envejecido. Ayer cayó el cuerpo: tumba del esfuerzo y la sucesión de los pocos dormires. Desde hoy regresa Clonista, pues, despierto y sin haber dejado de darle vueltas a una cuestión no sabe si anecdótica, capital o, como la mayoría de las que componen este matalotaje de clónica, intrascendente: ¿Cuáles son las pruebas de que lo real es real? ¿Cómo llegamos a la convicción de que la realidad de la que hablamos es lo que suponemos que es o lo que estamos seguros de que es? Cuando la primera página de un periódico aparece llena de discretos recuadros, nada de interés parece haber sucedido, o al menos de un interés general. Los lectores de lo real no buscan ávidamente esta o aquella noticia, sino que se dejan atrapar por los titulares o las ilustraciones gráficas, creados y dispuestos sobre el espacio en gran medida para cumplir esa función. El escaso valor del papel prensa se comunica a su contenido, tan poco apreciado por los lectores, y ello al margen de la convicción extendida acerca de lo mucho o poco que los periódicos mienten, lo cual es responsable, junto a la escasa instrucción y cultura general del común de los mortales, de las pocas ventas en el sector. En Monterrey se reúnen actores de la política internacional para intentar ponerse de acuerdo en lo obvio: es preciso combatir la pobreza de la mitad de los habitantes del mundo. Y en la medida en que es obvio será imposible ponerse de acuerdo, siempre a costa, claro está, de quienes han de seguir sobremuriendo por cualquiera de las muchas epidemias que barre esa mitad medio ignorada del planeta, entre las cuales el hambre, la guerra y el SIDA siguen ostentando la primacía absoluta. Vuelve Gibraltar a la escena política española y lo hace con el ímpetu de quienes quieren arreglar trescientos años en tres días, es decir, hacerlo todo al estilo del XXI: deprisa y mal, pero habiendo generado un titular incontrovertible. Sucede como con los planes del goppierno: se anuncian y ya están realizados. ¡Ni la poesía es capaz de tanto! 62 sacerdotes católicos de Boston han sido expulsados de la Iglesia por abuso sexual de menores, pero en ningún caso la Iglesia se planteará la supresión del celibato obligatorio, auténtico museo de los horrores, y así les va: serán noticia de tribunales en vez de ser tribunal de las noticias, a lo que su orgullo y prepotencia les ha empujado siempre. Al rebufo de una noticia que conmociona se cuelan muchas otras que contribuyen a crear lo que suele llamar “estado de opinión”. Es lo que ocurre con un nuevo ataque perruno, en este caso un pastor belga, contra una niña. ¿Les afecta a los perros algún virus que los perturba y los vuelve contra los humanos? Las autoridades no van a prohibir los perros, claro, pero tampoco van a hacer nada por que los ciudadanos puedan pasear seguros, sin el miedo a ser atacados por una fiera en absoluto inofensiva. Lo de la lucha por la vida se va haciendo cada vez más evidente. De ahí que no tardará en surgir, supone Clonista, un movimiento ciudadano que reivindique el derecho a portar armas para defensa propia, como medida democratizadora para quienes no puedan contratar los servicios de seguridad privados. Y así se va escribiendo, esto es, creando, la realidad.

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