26-3-02
Sin el suplemento regional -se ve que
Murcia no da de sí como para una realidad propia en cuadernillo- Clonista coge
el resto de la realidad prensada y se le convierte en una antigua "Hoja
del lunes" o en una "hoja parroquial", tan escasa como liviana.
La realidad también se vuelve "de papel de fumar" a veces, de pura
transparencia e inanidad. En periodo vacacional, tras un día de playa en marzo,
la realidad queda lejos, eclipsada; en esa lejanía de cuanto sucede, siempre en
una suerte de universo paralelo al que nos asomamos, como ahora mismo a través
del diario. La boba alegría de los premiados -de cuota- con el Oscar -este año
tocaba actores y actrices negros como reparación histórica, al margen de las
cualidades interpretativas de los premiados, por supuesto- llena de vanidad
satisfecha una primera plana en la que se vuelve al "melting pot" de
hechos que caracteriza la parte vascongada de la realidad: desmantelamiento de
comensales asesinos y quiebra de un pacto municipal en San Sebastián. En otra
esquina de la colcha parcheada, Arafat recuerda, jocoso y solemne, a los
escritores célebres, que estos están en presencia del "general
Arafat". ¿Sintieron todos los escritores esa admiración por lo militar en
la que tropezó Machado con su soneto a Líster? De ayer a hoy se arrastra el
estudio donde se demuestra que a los escolares de 11 años les cuesta operar con
decimales (si es que saben lo que son), y hoy se sabe que tienen mejores
resultados que los que estudiaban EGB, pero entre los pliegues de cualquier
realidad, y esta de la educación los tiene en número infinito, está que mejores
resultados en modo alguno equivalen a más o mejores saberes. En el interior del
paisaje, el despliegue de quilómetros metafóricos sobre las ficciones de
celuloide empacha. Tanto que la liviandad del diario sin núcleo duro regional
le lleva a Clonista a un final precipitado. Éste.
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