domingo, 31 de mayo de 2015

31-3-03

     De nuevo, ya en el hábito y la habitación, la realidad vuelve a cobrar un cuerpo de ventaja y se escapa hacia la Historia. La pereza dominical teme enfrentarse al engorde artificial de los diarios, a imitación de los Usamericanos. A las empresas les gustaría tenernos hocicados ante sus piensos buena parte del día, a juzgar por la oferta, pero los domingos son días de asueto, de suelta y de refugio, de olvido y de compromisos familiares. La suerte de un lunes festivo alivia la fuerte presión de "cubrir" -poco amorosamente, por cierto- esa realidad que casi siempre engendra monstruos. Sharon está en un tris de ordenar el asesinato de Arafat, y se contiene nadie sabe por qué. Quizás porque provocaría una guerra total: todos contra Israel. Y contra Usamérica, claro, que no los abandonaría, ¿o sí, parcialmente? Mejor no hacer apuestas, aunque la realidad también se mueve por ellas. Confirmando las apreciaciones de Clonista, la empresa ha soltado a sus sabuesos para escarbar en la vida profesional de Mafiosconi y determinar la exactitud del alias, lo que tampoco merecía un despliegue "de alta intensidad", pues la vox pópuli suele ser muchas veces la auténtica voz de lo cierto. Hacía tiempo que las ventanas prensadas -desde la aparición de Windows la realidad se divide y subdivide exclusivamente en ventanas- no mostraban la tragedia de lo imprevisible. En este caso un choque de trenes, siempre tan aparatosos. Habiendo visto hace poco El Tren, de Frankenheimer, con un excelente Burt Lancaster de heroico resistente francés, las imágenes del choque en la estación se superponen inevitablemente a las de la ficción y a Clonista le cuesta discriminar la dimensión exacta de la tragedia, aunque la reconoce. La muerte y el sufrimiento "son" la noticia. La paz y los acuerdos, "también", pero menos. La muerte de Savimbi ha dado paso en Angola al fin de la guerra civil. La estela: 800.000 muertos en veintisiete años, además de la ruina económica. Clonista, como los lectores habituales, es insensible a las cifras desrealizadoras. Clonista quisiera ponerse en la piel de cada una de esas 800.000 víctimas y mirar la realidad desde cada una de sus individualidades, ver, desde allí, los sueños, los deseos, los recuerdos, los afectos, las ambiciones, los odios, las nostalgias..., pero le es imposible, le acomete un vértigo bullicioso que se lo impide. Las necrológicas son otra de las grandes especialidades de los diarios. Con mayor o menor fortuna, la muerte de las celebridades les permite hace su famoso "despliegue rápido", preparado durante meses o, en el caso de los delicados de salud más resistentes, años, con el que anonadar a sus lectores, pues el deslumbramiento rara vez lo provoca la realidad prensada. En este caso, una centenaria, la reina madre Isabel de Inglaterra, deja la escena y concita el cariño unánime, parece, de sus súbditos. Sustituir, junto a su marido, al filonazi que abdicó, está claro que era tarea delicada. Vascongaña una vez más se abre a estériles disputas sobre si a mí me amenazan más que a ti, si yo soy diana o blanco móvil, y si, como se reportajea en el cuadernillo dominical, las Vascongadas pueden constituirse en una nación independiente. En la Europa de parque temático, ¿por qué no iba a haber una nación étnica de insobornable pureza? La revitalización del turismo acabaría beneficiando no solo a las Vascongadas, en muchas calles de cuyas ciudades grupos de extras "representarían" atentados al modo cinematográfico como los extras vestidos de vaqueros lo hacen en los decorados fantasmagóricos de los estudios del desierto almeriense. Tal vez sería un camino. Porque la realidad, testaruda como ella sola, ya indica  que el terrorismo etnofascista es como la captura de alijos de droga: el cuento de nunca acabar. De todos modos, les encanta a los jefes de sección poder "agrupar" noticias "relacionadas". Se nos da, así, la realidad perfectamente ordenada, no nos vayamos a confundir y creamos que los ancianos detenidos en Ceuta con 8 kilos de hachís forman parte de alguna otra representación temática. Núcleo duro de la realidad es que la administración sanitaria pleitee contra un trabajador a quien sus médicos incompetentes dejaron ciego. Condenada a pagar 60 millones de pesetas, ¡aún colean las pesetas!, la Administración catalana se rebela contra la sentencia y lucha con todos sus medios para impedir ese pago. La pregunta demagógica, pero real, es ¿qué significan esos 60 millones entre los cientos y miles que destinará la Generalidad a la publicidad de su obra de desgobierno para intentar que Mas sea elegido Muy Honorable? De paseo por la realidad salmón, a Clonista le choca que en un espacio tan distinguido haya una sección específica titulada Dinero, cuando en todo el cuadernillo no se habla de otra cosa. A Clonista le ha llamado la atención el aire mistérico de la ciencia mágica de la economía, y promete interesarse más por esas cuentas de resultados, esos valores, esas tecnocracias varias. La contraventana es la viva imagen de José Oneto en clon femenino que ha conseguido el no va más de la abogacía. Excesivo para Clonista, solicitado por urgencias gastronómicas. 

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