1-4-02
En la frontera del día de hoy con el de
mañana, Clonista se sienta, tras un día dedicado a la amistad, ágape y mona
incluidos, y abre las páginas de su más allá cotidiano donde le aguardan, a
buen recaudo, continuaciones nada sorprendentes de historias tan repetidas como
la propia humanidad. Arafat convertido en un nuevo Allende -salvando todas las
distancias habidas y por haber- espera quién sabe si su ejecución o su
aprisionamiento; en todo caso, siempre saldrá de donde está convertido en héroe
o en mártir, es decir, un motivo más para que jóvenes palestinos sigan
inmolándose y al tiempo asesinando a cuantos más enemigos mejor, sobre todo
civiles como ellos, que no militares, siempre tan defendidos y precavidos.
¿Cómo no se previó que una Intifada pétrea daría el salto cualitativo a la
Intifada explosiva? Clonista no quiere comenzar a formular preguntas absurdas o
ingenuas, porque en el actual estado de cosas, tan radicalizadas las partes
-obra satánica de Sharon-, ¿qué sentido tienen las preguntas cuando ni de hecho
lo tienen ya las respuestas? La España vasquizada continúa con su exhibición
impúdica: el ombligo de la realidad peninsular es, y baila la danza del vientre
día sí y al otro también, hipnotizando a una parroquia que haría bien en exigir
el derecho a voto en aquella comunidad que es la suya, por uso y abuso, por
derecho de réplica y por el sufrimiento acumulado. Poca realidad es la de este
nuevo mes que se inaugura festivo y dramático en Tenerife, donde una tromba de
agua ha acabado con la vida de cinco personas. En estos casos, claro, no hay
imagen que pueda captar, como en la fotografía del choque de trenes, la
dimensión de la tragedia, de ahí la columna semiescondida. Al Papa, que va
prendidito por alfileres, quizás le operen de una rodilla. ¿De verdad necesita
el Papa esa operación? ¿No necesitará, antes bien, que lo dejen morir en paz,
en esa paz que parecen negarle mientras el colegio cardenalicio hace sus
primarias secretas? En noticia más escueta y escondida aún se comunica la
apertura de ¡siete salas! de cine en versión original justo al lado de la casa
de Clonista. REALIDAD con esas mayúsculas es un suceso así, que a la vuelta de
la esquina tengan Clonista y su señora, cinéfilos de pro, 7 salas Renoir, cuya
programación es tan exquisita como su respeto al cine, aunque un gran paso
adelante sería la prohibición de consumir las apestosas, colesterólicas y
crujientes palomitas de maíz. La gran biografía de Hernán Cortés, un gran señor
de la guerra, queda más a trasmano, desde luego. A estas alturas de la Liga de
fútbol, aflora la emoción por saber quiénes entran en la gloria de la Copa de
Europa y quienes se pierden en el pozo de la Segunda División. Clonista
reconoce que gran parte de la realidad viene determinada por los
acontecimientos deportivos, sobre todo un lunes como el presente, pero, a pesar
de sus inclinaciones deportivas, el espectáculo de los acontecimientos
deportivos rara vez le transmite la emoción que suelen sentir quienes, sin
embargo, no mueven jamás el cuerpo, si no es para dar unos botecitos
cardiopáticos de celebración. En fin, quizás haya, a partir de ahora, que
seguirles el rastro a esos "eventos consuetudinarios que acontecen en la
rúa" anchísima de la realidad. Pues eso.
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