10-4-02
Un catarrazo primaveral, efusivo y
achistante como la pujanza de los vegetales, amén de una retransmisión en
horario infame de una revancha Madrid-Bayern de la Copa de Europa, dejan a Clonista
imposibilitado de cumplir con el débito conyugal de sus bodas con el disparate
de su clónica inverosímil. Tuvo tiempo, eso sí, de hojear la realidad prensada
para darse cuenta de que la reducción del ámbito de la información al nivel más
próximo al ciudadano en modo alguno garantiza el mayor interés de éste, antes
bien, el resultado es el de una realidad casi despreciada, por insignificante y
excesivamente cercana. Extraña paradoja, pues: lo lejano, por inaccesible y
ajeno, nos parece una ficción ajena al curso de reducido radio de nuestras
vidas; lo cercano, acaso por demasiado parecido a nosotros, nos repele. Lo que
no hay es un justo medio entre ambas posiciones. Al goppierno le ha quitado
Garzón el caso BBVA, y le han comenzado los temblores. ¿Habrá indiscreciones de
quienes deserten del papel de paniaguados más que generosamente
retribuidos? En foto archivable, Aznar
recibe a quien se autocalificó de líder carismático: Obiang. Dios los cría...
¿O no se hartó Aznar de reconocer su carisma tras el atentado que sufrió,
aunque confundiéndolo con la baraka franquista, que era a lo que él
probablemente se quería referir? El
pulpista-editorialista mesiánico carga hoy contra las lesbianas sordas por su
convencimiento de que la sordera es un regalo de los dioses, al igual que
antaño se considerara que otro tanto ocurría con la epilepsia. El argumento
final, eso sí, no tiene desperdicio y debería figurar en lugar de honor de
cualquier tratado retórico sobre la argumentación: "Si es un derecho
programar hijos discapacitados, ¿por qué no hijos con sida, para que compartan
esa condición con sus progenitores?" Mañana, a buen seguro, no se incluirá
crónica sobre la justa penitencia que se deberá haber autoimpuesto el argüidor
de marras. Bien hubiera hecho en emplear su menguado ingenio en alguna causa
como el de la violencia contra las mujeres que, por concitar el rechazo unánime
y público de todos, se ve desvalida de defensores que insistan en la
indefensión real de las futuras víctimas a quienes las reiteradas denuncias de
lo que se les viene encima, de lo que se las va a llevar por delante, les son
desoídas. No es el caso del último asesinato conocido, pues el agresor estaba
siendo vigilado. ¿Qué vigilancia era esa -cabe preguntarse- que no ha impedido
una muerte anunciada? Clonista lamenta que su particular contención le impida
hacer algún que otro chascarrillo a propósito de la actualidad, género ya
copado por las televisiones, pero la noticia de que los lobos han traspasado el
Duero y se extienden hacia el sur de la península admite una lectura política
impecable, ¿o no? A propósito de la realidad propagandeada, es notorio observar
cómo las famosas oleadas del EGM (Estudio General de Medios) ocupan un lugar
destacadísimo en la información y en la publicidad simultáneamente, de modo que
se borran los límites entre noticia y propaganda con una facilidad pasmosa. Clonista
cree recordar que en una campaña de publicidad de la SER, empresa del mismo
grupo al que pertenece El País, se decía algo así como "si algo pasa, está
en la SER". Más tarde, en una segunda fase estratégica, la caída de la
preposición, dejó el mensaje en el omnipotente, "si algo pasa, está la
SER". Y quizás no les falte razón a los publicistas, pero Clonista
entiende, ingenuamente, lo admite, que debería ser el Estado el garante de la
democracia, aun a pesar de que el goppierno actual, sólo lo conciba como una
herramienta al servicio de los intereses de quienes lo tutelan. A Clonista,
amante de la anécdota pequeña, las etimologías y el vigor creativo de la
lengua, le sorprende hoy una noticia tan discreta como amable: por la reforma
del casco antiguo de Les Corts acaba enterándose del origen de la expresión
"se armó la de can Deu",
alusiva al tragín infernal de los carros que llevaban los toneles del anís
Carabanchel -propiedad de la familia Deu- hacia el puerto de Barcelona para
exportarlo a Sudamérica. El día acaba, o mejor dicho, la realidad del día de
ayer, con esa astuta campaña publicitaria del grupo de presión NORML, es leer,
"normal", para la legalización de la marihuana, lo que demuestra que
la realidad es una provincia tranquila de la publicidad, casi como internet,
otro oasis.
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