sábado, 13 de junio de 2015

13-4-02

     Despertarse con la realidad del día anterior -en puridad de hace dos días- le hace flojear a Clonista, quien ha renunciado a pasearse por la recién estrenada del domingo para no verse asediado por los cruces endemoniados de informaciones que facilita el desorden cronológico. La confusión en las ideas o los valores cree Clonista que debe ser un reflejo de la que se produce al acercarnos a la realidad, donde el oráculo Arenas, sin bajar a otras, sentencia que los socialistas degradan la vida política. Viniendo de las campañas de acoso y derribo más sucias, degradantes, miserables y cínicas que se hayan conocido jamás en la breve historia de la democracia en España, aquel oráculo deja a Clonista, como a los millones de ciudadanos que saben positivamente cómo llegaron los peperos a su actual ppoder, sumido en la perplejidad absoluta. Revivida Eurovisión con los acentos patrióticos del narradísimo gol de Zarra a la pérfida Albión -aunque hoy patria amiga del Yellow submarine-, y abandonada la educación a su suerte -es decir, la mala  inapelable del mercado intervenido por quienes llegaron al poder con las máscaras neoliberales que semiocultaban el rostro depredador del  rancio capitalismo carpetovetónico-, ¿se le ocurre a alguien aún admirarse de que la memoria histórica sea poco menos que un ítem en una ilegible tesis académica? También debe haber un Alzheimer social, sin duda. Chávez ha sido pronunciado hasta aquí hemos llegado -15 muertos y cientos de heridos- y el caudillo bolivariano se ha quedado sin patria, sin retórica, sin ejército, sin policía y con lo justo, es decir, una celda y el futuro de una causa criminal. Castro se queda sin colega y sin petróleo, y protesta, y defenderá su embajada hasta con la última sangre de sus diplomáticos, si es que estos no salen a pedir asilo diplomático ante las nuevas autoridades, que a veces tiene eso la retórica revolucionaria. Las cacerolas son el símbolo de la insatisfacción popular y del despertar de quienes están hartos de su vacío de esperanzas, alibles, tangibles e intangibles. A Clonista -heroico cocinero doméstico día a día- le enternece el símbolo, pero le desengaña de su romanticismo de latón la elección del sucesor: el jefe de la patronal, vulgo Cuevas entre nosotros, lo cual, por vía imaginativa de política ficción, le produce a Clonista unos escalofríos que no sabe si son similares, por vía realista, a los posibles de los venezolanos. Toda revolución desemboca siempre en el poder antiquísimo del dinero, y otro tanto ocurrirá con la cubana, traumática o pacíficamente, pues ya toda la isla es en sí una empresa turística a la que le sacan sus buenos divisexdendos. En España, no menos turística -hasta hubo un ministro aznariano de asuntos exteriores que combinaba sus visitas oficiales y sus asuntos interiores, esto es, familiares-, la zarzuelera presidenta del Congreso ha ejercido la censura sobre las preguntas del PSOE al goppierno acerca de los créditos de la A del BBVA a la familia Rato, la familia más afortunada del país, pues tras el fabuloso crédito de más de 500 millones de pesetas que captaron, aparecido en el caso Gescartera, puede que ahora se descubra que su auténtica especialidad económica es la de conseguir créditos más blandos que los relojes de Dalí, y tan provechosos como los cuadros de éstos. Con todo, la primera escaramuza del temible GarZón, citando a declarar al goppernador del Banco de España, ha sembrado el temor y el desconcierto en el banco azul, donde quienes afirmaron desconocer, conociendo, e hicieron patinar al estólido Aznar sobre sus tajanterías con rosco dédico galdosiano, tiemblan azorados, ¿o aznarados? ¡Terrible será la venganza del Señor! Clonista asiste a medias divertido a medias con fastidio al mediocre sainete Quien a garZón mata... Y Powell se deja impresionar por el terrorismo minúsculo y espera la condena de Arafat, que no tardará en llegar, como es obvio, para acceder a entrevistarse con él después de rendir complaciente pleitesía al virrey Sharon, quien a buen seguro no debe verlo tan oscuro como a sus vecinos palestinos. En una columna arrinconada, tres asociaciones de editores de prensa se oponen a la prohibición en la UE de la publicidad del tabaco en periódicos y revistas. El rincón amarillo de la realidad prensada -que cada vez va ganando más terreno, ese tipo de espacios con los que Clonista tiene pensado, cualquier día de estos, levantar la realidad paralela, marginal, alternativa o excéntrica del día correspondiente- incluye la fotografía de una anorexmodelo que exhibe un vestido diseñado por el israelí Yael Chorav, en el que dos enormes cañas de bambú se cruzan sobre el pecho de la escuálida joven formando un aspa. A Clonista se le vienen a los dedos muchas preguntas malintencionadas, a las que renuncia, para no coger el rábano por las hojas. Como en la última junta de accionistas de Telefónica, descrita sabiamente por R.Muñoz, donde tras las amargas quejas de los representantes de los trabajadores de Sintel, se aprobaron los puntos del orden del día, "Y siguió lloviendo"; también en esta clónica se pasa de la realidad prensada al día siguiente, y sigue lloviendo: cántaros que nunca caen a gusto de todos.

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