viernes, 19 de junio de 2015

19-4-02

     El fin de semana -de la larga travesía laboral tediosa y deprimente- anima a entrar en la realidad prensada con la esperanza de ver con suficiente calma esa construcción penelopiana cuyo entretenimiento está más en lo no hecho que en lo edificado, tan lleno de grietas como falto de sentido. Lo que no fue se hizo fue durante unas horas -con el aliento irresponsable de políticos lenguaraces- y el mundo entró en ebullición aterrorizada. El dios del azar reclamó la paternidad y, como por arte de magia, el despliegue se encogió y la noticia, en la radio, duró menos que Carmona en la presidencia de Venezuela. Carlos Andrés Pérez, de tenebrosoambiguo pasado y expectante presente, aboga por la teoría del “autogolpe” de Chávez, con la complicidad de parte del ejército y la inocencia de “tontos útiles” como Carmona. Ya se verá. Clonista había prometido quedarse algún día en los espacios marginales, pero están todos ellos ocupados por la publicidad y, después de haberla repasado, ha de reconocer que el noticiero es menos aburrido que el publiciero: coches, más coches, bancos, móviles, Telefonica (sic), club de golf, viajes de lujo, cruceros, más coches..., y Pelé haciendo propaganda de la casa Pfizer sobre algún producto relacionado con los problemas de erección, aunque en ningún caso queda claro que así sea. Las realidades de hoy, dispersas y sin el atractivo de un eje central que organice el interés jerárquicamente, son auténticamente “de mercado de víveres”. Pasea el lector y va escogiendo estos tomates por su punto de madurez, aquellas naranjas por su color, las manzanas golden por las manchas que presagian un dulzor exquisito, la sandía por el punto de nieve de su carne roja... Los dos agresores de El Ejido que dieron una brutal paliza a dos árabes han sido condenados a cuatro años de cárcel. La sentencia no recoge el agravante de racismo, sin embargo. Claro. Se supone que eran un par de buenos chicos a los que “se le fue la mano”, y a los que el agravante susodicho les destrozaría, con más tiempo de condena, la vida. A su modo, han juzgado como juzga Arzalluz a los “chicos” de ETA, ni más ni menos. Por lo demás, aun siendo aburridillo el día, destaca la jugada financiera del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que se ha hecho con el control de la constructora rival de la suya, de modo que se acabará convirtiendo casi en un monopolio. ¡Que gobiernen los neoliberales para que pasen cosas así!  A Clonista, oblomoviano por naturaleza, se le antoja una heroicidad adentrarse en la larga apología de Sergio Ramírez sobre la novela siempreviva, y la cruza en escorzo, con la famosa lectura en diagonal -la diagonal del loco, sin duda-, llevándose en los ojos ese perverso olor a naftalina de las buenas intenciones. El gesto de fastidio se lo clonan a Clonista, sin pretenderlo, los directivos de Prisa en el acto de escuchar a un accionista: ¡pero qué gilipolleces está diciendo este mamarracho?, parecen decirse al unísono los agotados gestores de la gran empresa, deseosos de que el trámite acabe cuanto antes. Clonista sabe que su percepción subjetiva de la realidad es la única posible, y que buena parte de la agria disputa política se centra en erigirse en auténticos y convincentes intérpretes de cuál sea la verdadera realidad, y de quién está más cerca o más lejos de ella, como si ella, per se, se declarara inequívocamente. Ahí se queda, Clonista. Las realidades siguen su tejer y destejer que le dará pasto de clónica de aquí a unas horas, mañana.

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