26-4-02
Después de
haber reposado la información con que ha de levantar Clonista el espectáculo de
la realidad, o de las realidades, sigue sin dejar de sorprenderle la capacidad
evanescente de los números que lo componen. Por el contrario, tres coreografías
de Bob Fosse en My sister Eileen se
le graban al clonista en la memoria con la asombrosa facilidad alada del
bailarín y coreógrafo. No se hace bailar a la realidad a nuestro gusto,
ciertamente. Lo contrario, en todo caso. A Clonista no le extraña que el juego
ocupe el mayor espacio de lo real, y que la alienación a través del espectáculo
deportivo o de la cutrejet(a) enganche a quienes huyen como de la peste de una
realidad individual que siempre se reviste con las hechuras de la condena.
Sanguinetti quería que se leyera “mejor” el diario. Clonista, más modesto, se
conformaría con que simplemente se leyera. Aún le dura a Clonista el pasmo por
el olvido que se apodera de él así ha acabado de empujar a Millás a reunirse,
por ósmosis, con la primera plana a través del filamento eléctrico de la mano.
Vagamente recuerda que el todopoderoso GarZón ha decidido, dueño de tantos
destinos y de parte de la agenda política del país, aliviar al PP y quitarle al
PSOE una oportunidad de acoso. Quizás más adelante, cuando sus maquiavélicas
cavilaciones lo estimen oportuno, sea el momento de premiar a otros y castigar
a unos. ¿Ha de convertirse esta clónica en un desahogo? ¿Tiene derecho Clonista
a transformar su obra en tribuna y tribunal? A menudo, el desinterés por lo
real se vuelve tan intenso que Clonista acaba viendo la realidad como una noche
oscura llena de caminos ciegos y de trampas de insensatos cazadores. Lo humano
es sentirse desamparado y perdido, estremecido por lo obvio y escandalizado por
la redundancia, de ahí que en noches como ésta, mire uno a los ojos de la
realidad y sea capaz de decirle cuatro frescas bien dichas. ¿Cómo interesarse
por el neocolonialismo energético de Usamérica en Marruecos, o por la
verosimilitud de un monarca feudalizante? Por el cine sí, y especialmente por
la prometedora Tanguy, de Chatiliez,
quien tanto nos hiciera reír con la inolvidable La vida es un largo río tranquilo. Veremos. Han pasado cosas, se
han dicho más, Solana tiene la foto que pretende restablecer cierta
honorabilidad, pero poco de todo ello es capaz de aparecer ante los ojos de Clonista
como una realidad “de tomo y lomo”; antes bien como de “tomar las de
Villadiego”. Y eso hace.
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