martes, 9 de junio de 2015

9-4-02

     Hoy, que es, como lo será mañana, un día futbolero, con la omnipresencia informativa de la Copa de Europa en juego, Clonista duda mucho, en el mes de abril, de si su deliberada opción de suprimir de la realidad lo que ya en la realidad es tan abusivo que la acapara como los estraperlistas los artículos de primera necesidad ha sido una decisión acertada. Aún queda  en Clonista el recuerdo preciso de una carta al Director en la que una barcelonesa se preguntaba si, en Cataluña, había algo más que el Barça, y se quejaba de la desproporción tan descomunal del tiempo dedicado en los informativos de todo tipo a la realidad trina: política, económica y social, y el dedicado al Barça. La mujer ignora, está claro, dónde vive, porque si lo supiera, sabría hace ya tiempo que Barçaluña, capital Port Aventura, es un país singular, peregrino, extravagante y lleno de esencias a l'engrós. En fin, queda el pelotón (aquél famoso que debía pasar Sabino) en su campo y Clonista habrá de decidir qué hacer con él. La elección hecho por dos lesbianas sordas, escoger inseminarse con el semen de un donante sordo de quinta generación para asegurarse una descendencia tan sorda como ellas, aparece casi como una provocación, como un desafío a la normalidad comúnmente establecida. Sus hermosos razonamientos incluso le hacen desear a Clonista haber nacido sordo. No serlo es, desde luego, una desventaja en esta sociedad del ruido, de la interferencia, de las alarmas -¡menuda sociedad alarmada la nuestra: comercios, coches, móviles, despertadores, relojes de pulsera, hornos domésticos, lavavajillas encastrados, Institutos de Enseñanza Media, fábricas, ambulancias, bomberos...!-, del agobio de músicas permanentes y mensajes- de muy variopinta naturaleza- constantes. Cerca de ese idílico silencio de la sordera, una crónica sobre el placer sexual femenino abre un espacio de obligada reflexión, dada la frecuente confesión de muchas mujeres acerca de su anorgasmia y de la necesidad de recurrir al fingimiento con sus parejas para mantener una vida sexual "normal". Esta "verdadera" realidad, sin embargo, sigue siendo una parcela no iluminada, un asunto privado, un amplio espacio para los sobreentendidos y no pocos silencios de complicada naturaleza. Al lado de dos noticias semejantes, cuya importancia estriba en su poder de perdurabilidad, todas las demás que "levantan" el mapa de la realidad de hoy ha de volver a revisitarlas Clonista en las páginas arrugadas para "refrescárselas". Eso sí que ha sido una constante desde el inicio de la clónica: la imposibilidad de mantener en la memoria a corto plazo -¡horas!- incluso asuntos de supuesta gran relevancia.  El fenómeno es simple: una vez formulado el juicio sobre algún acontecimiento de la realidad y una vez escogido el bando, la realidad que nos solicita decantarnos pierde interés, o se convierte en una música de fondo a cuya letra no atendemos, sólo al título de la canción. La de hoy es Israel creará un apartheid en Palestina. La escasa credibilidad que tiene el mundo de la política -y lo paradójico es que la nación democrática más poderosa del planeta sea aquella en la que esa indiferencia respecto a la "res pública" sube hasta el 70% de su población, si no más-, ¿qué valor puede concedérseles a unos papeluchos aireados por Sharon como prueba del nueve de la responsabilidad de Arafat en el terrorismo fanático de las personas-bombas?  El preámbulo de hoy viene a cuento, ciertamente, por la importancia de la quiebra de un "gigante" de la comunicación, el grupo alemán Kirch, poseedor de los derechos televisivos de no sabe Clonista cuántos acontecimientos deportivos y del que dependía, en buena medida, la economía de muchos clubes de fútbol alemanes. Parece ser que el alza desorbitada de los precios en ese campo de juego ha acabado llevándoselo por delante. Es tan hiriente la realidad de los dineros movidos alrededor de la "vieja", que decía DiStefano, que Clonista, viejo aficionado -aunque ya desintoxicado-, entiende que ese espectáculo y sus héroes caigan ambos del lado de los procesos mitológico-clericales, siempre idóneos para dejar boquiabiertos a los bobos, los esclavos y los poco avisados. Sin salir de la clerecía, ahí está Frutos entonando el panegírico del glorioso PCE, sacando la momia del pisito de alquiler para orearla, renovar adhesiones inquebrantables y confundir a algún incauto. Los avisados están de enhorabuena: 4000 páginas con todo Valle-Inclán. Una noticia alentadora: en más de una ocasión hubo Valle de tener que autoeditarse sus obras. Y poco más. Aún permanece en la frágil memoria de Clonista el reto que se lanzó hace ya bastantes jornadas: quedarse en los márgenes de la realidad, o escrutar la realidad que se ofrece casi a modo de cimiento de la ordenada en las pomposas secciones. No se le olvida. Pero mañana es día de muchos compromisos y quizás no entre en la realidad, en cualquiera de las posibles e imposibles, verosímiles e inverosímiles, hasta bien entrada la noche, en la frontera quizás con el día siguiente, un pasado mañana que jamás borra, aunque tampoco suma, y quédese la clónica hoy detenida en este enigma de baratillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario