9-4-02
Hoy, que
es, como lo será mañana, un día futbolero, con la omnipresencia informativa de
la Copa de Europa en juego, Clonista duda mucho, en el mes de abril, de si su
deliberada opción de suprimir de la realidad lo que ya en la realidad es tan
abusivo que la acapara como los estraperlistas los artículos de primera
necesidad ha sido una decisión acertada. Aún queda en Clonista el recuerdo preciso de una carta
al Director en la que una barcelonesa se preguntaba si, en Cataluña, había algo
más que el Barça, y se quejaba de la desproporción tan descomunal del tiempo
dedicado en los informativos de todo tipo a la realidad trina: política,
económica y social, y el dedicado al Barça. La mujer ignora, está claro, dónde
vive, porque si lo supiera, sabría hace ya tiempo que Barçaluña, capital Port Aventura,
es un país singular, peregrino, extravagante y lleno de esencias a l'engrós. En fin, queda el pelotón
(aquél famoso que debía pasar Sabino) en su campo y Clonista habrá de decidir
qué hacer con él. La elección hecho por dos lesbianas sordas, escoger
inseminarse con el semen de un donante sordo de quinta generación para
asegurarse una descendencia tan sorda como ellas, aparece casi como una
provocación, como un desafío a la normalidad comúnmente establecida. Sus
hermosos razonamientos incluso le hacen desear a Clonista haber nacido sordo.
No serlo es, desde luego, una desventaja en esta sociedad del ruido, de la
interferencia, de las alarmas -¡menuda sociedad alarmada la nuestra: comercios,
coches, móviles, despertadores, relojes de pulsera, hornos domésticos,
lavavajillas encastrados, Institutos de Enseñanza Media, fábricas, ambulancias,
bomberos...!-, del agobio de músicas permanentes y mensajes- de muy variopinta
naturaleza- constantes. Cerca de ese idílico silencio de la sordera, una
crónica sobre el placer sexual femenino abre un espacio de obligada reflexión,
dada la frecuente confesión de muchas mujeres acerca de su anorgasmia y de la
necesidad de recurrir al fingimiento con sus parejas para mantener una vida
sexual "normal". Esta "verdadera" realidad, sin embargo,
sigue siendo una parcela no iluminada, un asunto privado, un amplio espacio
para los sobreentendidos y no pocos silencios de complicada naturaleza. Al lado
de dos noticias semejantes, cuya importancia estriba en su poder de perdurabilidad,
todas las demás que "levantan" el mapa de la realidad de hoy ha de
volver a revisitarlas Clonista en las páginas arrugadas para
"refrescárselas". Eso sí que ha sido una constante desde el inicio de
la clónica: la imposibilidad de mantener en la memoria a corto plazo -¡horas!-
incluso asuntos de supuesta gran relevancia.
El fenómeno es simple: una vez formulado el juicio sobre algún
acontecimiento de la realidad y una vez escogido el bando, la realidad que nos
solicita decantarnos pierde interés, o se convierte en una música de fondo a
cuya letra no atendemos, sólo al título de la canción. La de hoy es Israel
creará un apartheid en Palestina. La escasa credibilidad que tiene el mundo de
la política -y lo paradójico es que la nación democrática más poderosa del
planeta sea aquella en la que esa indiferencia respecto a la "res
pública" sube hasta el 70% de su población, si no más-, ¿qué valor puede
concedérseles a unos papeluchos aireados por Sharon como prueba del nueve de la
responsabilidad de Arafat en el terrorismo fanático de las personas-bombas? El preámbulo de hoy viene a cuento,
ciertamente, por la importancia de la quiebra de un "gigante" de la
comunicación, el grupo alemán Kirch, poseedor de los derechos televisivos de no
sabe Clonista cuántos acontecimientos deportivos y del que dependía, en buena
medida, la economía de muchos clubes de fútbol alemanes. Parece ser que el alza
desorbitada de los precios en ese campo de juego ha acabado llevándoselo por
delante. Es tan hiriente la realidad de los dineros movidos alrededor de la
"vieja", que decía DiStefano, que Clonista, viejo aficionado -aunque
ya desintoxicado-, entiende que ese espectáculo y sus héroes caigan ambos del
lado de los procesos mitológico-clericales, siempre idóneos para dejar
boquiabiertos a los bobos, los esclavos y los poco avisados. Sin salir de la
clerecía, ahí está Frutos entonando el panegírico del glorioso PCE, sacando la
momia del pisito de alquiler para orearla, renovar adhesiones inquebrantables y
confundir a algún incauto. Los avisados están de enhorabuena: 4000 páginas con
todo Valle-Inclán. Una noticia alentadora: en más de una ocasión hubo Valle de
tener que autoeditarse sus obras. Y poco más. Aún permanece en la frágil
memoria de Clonista el reto que se lanzó hace ya bastantes jornadas: quedarse
en los márgenes de la realidad, o escrutar la realidad que se ofrece casi a
modo de cimiento de la ordenada en las pomposas secciones. No se le olvida.
Pero mañana es día de muchos compromisos y quizás no entre en la realidad, en
cualquiera de las posibles e imposibles, verosímiles e inverosímiles, hasta
bien entrada la noche, en la frontera quizás con el día siguiente, un pasado mañana
que jamás borra, aunque tampoco suma, y quédese la clónica hoy detenida en este
enigma de baratillo.
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