22-5-02
Se acabaron los gestos ceremoniosos del
diálogo imposible: ni hubo ni habrá acuerdo entre goppierno y sindicatos: el
20-J habrá huelga general. Se abre la veda de los disparates, las insidias, los
ánimos, el calentamiento, las amenazas, las soberbias, los miedos, y un sinfín
de hermosas manifestaciones de la demagogia en estado puro. Atentos al parche,
porque sonará con muy distintos acentos, ¡y hasta destemplados! Así es la
realidad: artificio, artimaña y artefacto. Dentro del escamoteo de la misma, el
goppierno ha propuesto que el debate de la nación se haga nada menos que en el
mes de julio, los días 15 y 16, es decir, debate de la nación sin la nación,
que andará perdida en el escasísimo ocio anual del que volverá con un estrés de
campeonato y absolutamente desinteresada de cuanto la realidad haya podido
ofrecerle, salvo cuanto apuntale un ocio en buena medida lamentable, pero ocio
al fin y al cabo. A golpe de mayoría appsoluta, ¿qué disparate puede igualarse
al de los parlamentarios reunidos solemnemente en plena operación éxodo? El
infantilismo agudo se ha adueñado del inmaduro Aznar, y a golpe de voz
aspiroaflautadilla, con aires semifraguianos de desconfiado campesino gallego
de tierra adentro, va pasando factura a cuantos quieren aguarle su gran cita
cumbrística, amén de ponerse a buen resguardo cuando truena santa Bárbara sus
desequilibrios en todos los índices habidos y por haber. Zapatero es un
caballero, pero bien podría haber recuperado, que eso tiene el boomerang de la
demagogia, el mismo eslogan con que martilleó el caudillito centrado: paro,
despilfarro y corrupción. ¿Cabría añadir ahora la inseguridad? Cabría. Al
margen del proyectado debate juliano -y ahora recuerda Clonista aquella
extravagancia del año juliano educativo...-, la realidad se complace hoy en
ofrecerle a cuantos lectores se hayan acercado a ella un monumento al
surrealismo: CiU votará la enmienda a la totalidad de la Ley de Partidos del
goppierno, junto con el PNV y, cuando esa enmienda sea rechazada, votará
afirmativamente la ley del goppierno. Es fácil de entender. Tanto como las
repartidísimas victorias electorales, pues es bien sabido que, salvo
excepciones de manual, en este país, el de Larra, nadie pierde unas elecciones,
por ce o por be. Harold Bloomostel acierta: el lector es una especie en peligro
de extinción. No tanto el libro, cuanto el lector. Es una cofradía venida muy a
menos. Clonista ni siquiera puede recordar la última vez que tuvo una
conversación con alguien fuera de su círculo que versara acerca de un libro.
Estremecedor. Por otro lado, Pagès, director del Fórum de las Culturas amenaza
con el pronto fin de la indefinición y la rápida venta de la gran idea a los
ansiosos patrocinadores que, según él, están deseando participar en el ¿evento,
acontecimiento, cumbre, camelo? Sea como fuere, se verá en qué para la cosa. Clonista
recuerda lo escandalizado que se sintió Ferlosio, ¿o fue Goytisolo, Juan?,
cuando recibió el encargo de escribir medio folio para un montaje sobre el
abanico o algo parecido y le pagaban la línea a precio de oro. Comenzaba
entonces la cultura de escaparate y mercadotecnia, vistosa y elitista como ella
sola. ¿Va hacia allí el fórum? Continuará.
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