viernes, 24 de julio de 2015

23-05-02

     Clonista está convencido de que hay realidades irrelevantes, como días anodinos o años perdidos. De un día para otro, hay realidades que dan triples saltos mortales y otras que se suceden bastante más clónicamente que esta clónica del año en curso de destrucción. La misma pereza del lector se extiende, oleaginosa, a la construcción taraceada de la realidad. Cuando la imagen del cautivo Papatético maltratado por la curia marchante que lo explota incónicamente aparece en la primera plana se supone que, como Clonista ha comprobado más tarde, todo se mantiene en su lugar, con la  misma vulgaridad, mediocridad y exactitud con que sus cuidadores lo miman. No es extraño, en consecuencia, que las minucias anónimas de la vida cotidiana -tan irrelevantes siempre para la realidad prensada, salvo cuando corre la sangre en asesinatos pasionales o mafiosos- acaben convirtiéndose en un formidable rival para esa hipóstasis continua. Lugar de encuentros, de acuerdos y desacuerdos, son las páginas donde lo real se comunica y se comenta, donde conviene. Clonista reitera que el estado de ánimo es determinante en la relación con lo real, en su aceptación o en su rechazo, en la indiferencia o incluso en la voluptuosidad infrecuente. ¿Cómo pasear la mirada con interés cómplice cuando los ojos están ciegos a todo lo que no sea el pequeño crujir de los desajustes cotidianos de nuestras vidas? Ni la visita del César a la Germania o la incomprensible del vicario de Cristo a Azerbaiyán van a incitarle a examinar en profundidad semejantes edificios vulgares y ramplones. ¡Cuánto menos aún ciertas exigencias de Prodi! o las rabietas cascarrabias de González, tan torrijante, de un tiempo a esta parte. En igual medida se ausenta su interés por los tambores de guerra indo-paquistaníes, si bien su caché es bastante más elevado, ¡de altas miras! Desde la desidia con que contempla Clonista tanta insidia que incita al exilio, ¡qué remanso de ironía nutritiva son las reflexiones anticlericales de Savater, tan oportunas! A su modo, ¿qué sería de la realidad sin algunas plumas cortadas por la inteligencia, como la anterior, o la de Jordi Llovet? La evocación del Herzog de Bellow ¡le resulta tan próxima a Clonista, tan íntima aquella historia de perplejidad e inadaptación! Por otro lado, que Ekaizer haya cazado los entresijos del escándalo BBVA y se haya puesto manos a la obra de despellejar la presa, como lo hizo en el caso Banesto, es un seguro para acabar sabiendo cuanta verdad se pueda llegar a saber, además de acreditarlo como el mejor candidato para escribir el futuro libro negro del sistema financiero español: la verdadera realidad contable... 

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