27-5-02
Clonista fue injusto ayer, que no
perezoso, al dejar fuera de la síntesis bierciana el hallazgo lingüístico
parlamentario que describe cómo el presidente Ben Alí - Ben à vie, para la oposición- ha sorteado la prohibición de no
permanecer más de tres mandatos en la presidencia del país para eternizarse en
el poder, al tiempo que para adjudicarse una inmunidad penal vitalicia. Corren
tiempos de hombres providenciales, fuertes, autoritarios, expeditivos,
absolutistas -de mayoría, se entiende-, dispuestos a aplicar la famosa mano
dura, férrea, implacable y, eso creen algunos, hasta justiciera. Uribe en
Colombia, a cuyo padre asesinó la guerrilla, quiere poner al país en pie de
guerra contra la guerrilla, todo el país un ejército, y lucha sin cuartel. Al
socaire de su venganza, los paramilitares parafascistas, ¿acabarán
convirtiéndose en su guardia pretoriana? Lo cierto es que, como Fortuyn en
Holanda, redivivo Cid político, Uribe ha salido por libre, hijo de la larga
tradición caudillista suramericana. Ya se verá en qué para, él y la libertad.
De toda la realidad prensada con cierta resignada monotonía, porque los actores
de la misma tampoco dan para más, Clonista vuelve a quedarse con otro hallazgo
lingüístico, esta vez alemán: popularmente se habla del teuro -maridaje entre teuer,
caro, y la moneda- para indicar lo cara que se ha puesto la vida con ella. ¿Hay
algo con mayor proporción de realidad que las palabras? Por más que a Clonista
le cueste adentrarse en espacios en sombra como el día de hoy, cualquier
palabra será siempre una fuente de consuelo.
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