miércoles, 29 de julio de 2015


29-5-02
     Tras un día de juicios llenos de compasión por los destinos de la muchachada sujeta a nuestra instrucción, Clonista se acerca a la realidad prensada como quien entra en un oasis donde recuperarse de una larga y sufrida travesía. Le resulta curioso no haberlo anotado con anterioridad: entrar en la realidad prensada es, a menudo, un descanso, que no un consuelo. La silva de varia lección aparece como una modesta aventura cuyas escasas gratificaciones enseguida le recuerdan a Clonista la dureza de las cornás ajenas a ella. La fatiga semicrónica es una, entre tantas más. Sus buenos quince minutos se ha quedado Clonista mecido en el sopor y apuntalado el torso sobre los antebrazos en la mesa de un café acogedor y -rara avis- silencioso, ajeno por completo, en su rendición corporal, a los editoriales sobre los que sus ojos han comenzado a cerrarse hasta quedarse a solas con la deseada blancura sepulcral de la nada. Al despertar, todo sigue en su sitio: Bushputin más unido que nunca; Argelia, a lomos de la pantomima democrática; la justicia hecha unos zorros en Guinea; Rigoberta Menchú afincada en la búsqueda de una justicia digna de su nombre; ingleses y alemanes dispuestos a cumplir el 40% del programa de Lepen; etc., todo ello en la parte superior izquierda del cuadro La realidad, ¿anónimo?, sin fecha. En la parte superior derecha, muy a la derecha, un sombrío Aznar arremete, votos en mano, contra tirios y troyanos, oposición y justicia, al tiempo que, tras clamar contra el fracaso escolar debido a la LOGSE, dedica la parte del león de las ayudas a la enseñanza a los colegios privados. Ahí es donde la realidad demuestra también la facilidad con la que los “realistas” están dispuestos a tragar con ruedas de molino. ¿Privados, los colegios subvencionados al cien por cien por el estado? ¿Por qué los liberales de derechas no dejan a la iniciativa pprivada que lo sea de verdad? ¿Por qué Bruselas nunca tiene nada que decir sobre esas subvenciones y sí cuando se ayuda a tal o cual empresa de otra naturaleza? Debería editarse algo así como una Guía para no perderse en la realidad. En ella se habría de dar cuenta de todos aquellos equívocos que permiten tener una visión más que distorsionada de la realidad, pues es otra la realidad entera que sale de según qué trapacerías verbales y políticas. Dentro de la soterrada tensión lingüística habitual que subyace en la unanimista Cataluña, y que de vez en cuando aflora aquí y allá, es esclarecedor que los redactores de El País hayan optado por Copito de Nieve en vez de la visión nacionalista de Floquet de Neu, desenfocada como casi siempre, más aún cuando yendo contra la sólida tradición castellana han condenado, por esas correcciones políticas absurdas, a Lérida y a Gerona, sin que Aznar haya ido a London a ver a Blair, sino a Londres. A Copito, por cierto, le operan de cataratas, como a todo abuelo -¿o tal vez avi?-que se precie. Su suerte es no haber tenido que hacer cola en las listas del Catsalud. Desguazar 1800 barcos de una flota pesquera es una medida que anuncia guerra. Se verá.

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