martes, 7 de julio de 2015

8-5-02

     Que vivimos huyendo, como si cada acto cotidiano quisiera alejarnos del momento peligroso de quedarnos a solas con nosotros mismos, le resulta tan evidente a Clonista que por fuerza ha de haber llegado a pensar que la realidad no es sino una suerte de ceguera continua, una cadena de negaciones, una escapada temeraria hacia ninguna parte, justo allí donde todo sucede con una puntualidad irreprochable, desmesurada. Vacío sobre vacío es la huida dentro de la realidad: las impredecibles espirales del humo capturado en una pompa de jabón. Clonista sufre la obra del poder político sobre su trabajo de asalariado del pueblo y se le escalofrían las entrañas al ver cómo se manipula lo real a través del diseño, en este caso, de unas pruebas que evalúan las competencias básicas de los chiquillos de entre 13 y 14 años, para ajustarlo al discurso previamente establecido. Paciencia y barajar. Frente al dominio militar de lo real, y aun a pesar de los ignominiosos muros berlinescos proyectados para guetizar a los palestinos, el horror siempre encuentra una rendija, como siempre lo hace el agua, por donde salir. ¿Cómo la omnipotencia fascistoide de Sharon puede explicarles a sus conciudadanos que tanta devastación y asesinatos como ha promovido no evitarán su inseguridad y la amenaza constante de saltar por los aires en cualquier lugar y en el momento más inesperado? Lo que no puede ser, no puede ser, y además... Menudo botín ideológico el empacho ídem del asesino de Fortuyn: la sola enunciación del ecologismo y la defensa de los derechos de los animales como tarjeta de presentación del asesino, de 32 años, parece un alegato, o suena a tal.  Del batiburrillo de asuntos que conforman lo real, y que impone la necesidad de asegurar la propia clientela: La burla del caso Liaño; el matonismo justiciero de Rato contra el portavoz socialista; el río revuelto de las vascongadas con esos millones pagados por los empresarios para salvarse a costa de condenar a otros o el enfrentamiento entre B y PP en San Sebastián, con la San Gil regodeada en el sucia -¡tan revelador ideológicamente!- con que descalificaba a su enemiga política, la fascistófila concejala de B, y tantos otros, Clonista se queda con algo ya anunciado ayer y confirmado hoy: el intento de restaurar la condición de asignatura académica de la religión católica en igualdad de condiciones con el resto de las mismas, incluso a los efectos de repetir curso. Poco a poco, el modelo restauracionista de Josemari Aznar -caudillo por la gracia de los votos-, va imponiéndose: hoy es la confesionalidad del Estado; mañana será la inauguración de próximos pantanos; desde que gobierna, el férreo control de la TV pública...; de cada día, las dificultades en el Congreso para ejercer el control al goppierno... Poco a poco, pues, caminamos con firmeza, ¡flechados!, hacia el yugo del pasado; incluso por rutas imperiales, como la visita al emperador de Occidente. Después de ese descenso a los infiernos dictatoriales, el regusto de la única estadística fiable leída en años: D.Quijote de la Mancha es la mejor novela de la historia. A su lado, al de la noticia, Azúa también recomienda un libro: La ciénaga definitiva. Un título que bien le cuadraría a esta clónica, sin duda. Pero Manganelli, su autor, probablemente haya averiguado de la realidad algo con bastante más sustancia que la parva cosecha aquí recogida hasta el momento.

1 comentario:

  1. Un servidor del pueblo ahorro puede constatar hoy el principio de que el examen de la realidad tiene como objeto glorificar al examinador. Este imperativo acrítico, chulesco, beneficia a cierta burocracia y su maldita prosa. Salvo en la conservación de sus prerrogativas, es un imperativo insustancial, por eso se expresa con consignas improvisadas, contradictorias, a veces incomprensibles o irrealizables.

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