martes, 18 de agosto de 2015

18-6-02

     El calor enajena. Desde la angustia térmica, la realidad se desdibuja como si el cuerpo estuviera dominado por la fiebre. Hoy, además, Miguel Angel Aguilar, siempre tan gracioso, le ha revelado al clonista el encierro dramático en que vive la realidad al contemplarla solo desde su atalaya prensada habitual. Leído su artículo, siempre generoso en chanzas, perspicacias y erudición politóloga, como todos los suyos, ha llegado Clonista a la conclusión de que esta realidad trabajosamente aquí clonicada no solo es clandestina, sino inverosímil y, quizás, una fraudulenta invención. Entre otras varias, eso sí. El experimento científico habría de consistir en alinear las noticias de los diferentes medios de comunicación a las masas y pasear los ojos por ellas hasta que no pudieran soportar por más tiempo el escándalo que supondría tal  paseo tortuoso. De momento, Clonista decide continuar como hasta hoy, aun a sabiendas de las carencias de su clónica. Se preguntaba Clonista si la afición a la reescritura de la Historia y a su recuperación de facto tal y como lo hacen el caudillito y sus huestes a través de sus serviles empresas de comunicación se habría extendido a Europa. La aparición de Kohl, recortado en gesto de tribuno contra la bandera tricolor, arengando desde su dominio de la doble contabilidad a contabilizar votos que echen a los socialdemócratas, es cosa de meigas, porque no muy lejos de él andaba el caudillito como modelo de gestión neoliberal que arrasa con cuantos controles democráticos se le pongan por delante, además de con los jirones de lo que algunos han dado en llamar, no sin cierto humor negro, nuestro estado del bienestar. Por lo demás, el calco del ayer vuelve la clónica del día más clónica que nunca, y hace ocioso el peregrinaje de Clonista.

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