23-6-02
Tras una
jornada como la de ayer, marcada por la muy temprana derrota insultante de un
equipo de multimillonarios de la primera liga del mundo -según publicidad
comúnmente aceptada- frente a una selección de tercera categoría, no es de
extrañar que la realidad prensada del día se llene de lágrimas, acusaciones a
los árbitros -en buena parte fundadas-, mal fario y dolor universal: todo menos
reconocer la propia responsabilidad: España, 0, en lugar del guarismo que
hubiera dejado sin efecto cualesquiera contratiempos arbitrales: 3 o quizás 4
goles. Fútbol es fútbol, dijo Boskov, con inspiración bíblica, y
afortunadamente cabe todo: desde el robo arbitral hasta la suerte contra
natura. Clonista, atendiendo al exotismo periférico de este Mundial, entiende
que la final propia habría de ser Turquía contra Corea, lo cual haría descender
los ingresos de la FIFA más que la credibilidad económica argentina. Al final,
después de las arbitrariedades contantes y pitantes, Alemania y Brasil se verán
las caras para disfrutar de los verdaderos amarillos del campeonato, los
únicos. Que el lance futbolístico se haya producido justo cuando Aznar y sus
adhesivos secuaces -que es cultismo aunque no lo parezca: el vocablo, claro, no los seguiaznadores-
sacaban pecho para ponerle la guinda final a la presidencia española de la UE,
ha logrado que incluso esa exhibición política de baja estofa y alto
presupuesto haya quedado en noticia secundaria, que es el lugar que le
correspondería, si se atiende a lo poco o nada que le habrá importado al común
de las gentes lo que los secuestrados de la cumbre hayan decidido, que ha sido
más bien poco. Llegó a ella el caudillito hecho un Santiago matamoros y un
Chirac sin su antigua sombra secante socialista le ha chafado a su colega
traspirenaico el fin de fiesta de su juguete político europeísta. Lo
incomprensible, se mire como se mire, es el piropo del cronista -que no
clonista- Yárnoz: “Sonriente y, como siempre, seductor, Chirac...” El día acoge otra seducción, la de Carlos
Fuentes, en la entrevista banal que pretende sustituir las genuinas del extinto
Fidalgo. Abducción podría denominarse lo que Sharon pretende hacer en los
territorios palestinos, al anular la autoridad de Arafat y encargarse Israel de
la administración de aquellos territorios; pero como ha de denominarse es
invasión y anexión. Sharon prometió paz y seguridad. ¿Estarán los votantes
israelíes en condiciones de juzgar electoralmente si la actual situación es
responsabilidad o no de su genocida presidente de gobierno? Clonista lo duda.
Que los policías de Sanlúcar comercien con los narcos ¿es noticia? ¿Lo fue en
su momento que los guardias civiles lo hicieran con los capos gallegos? Clonista
sabe perfectamente que la ingenuidad es patrimonio de los imbéciles, y no dice
más. Y la realidad del día se muere en la frontera que es capricho de Clonista:
las dificultades del Fórum de las Culturas. Que un artefacto semejante llegue
al buen puerto de haber gastado
tantísimo dinero como le costará al erario público será la prueba inequívoca
del dominio universal del discurso publicitario, la crítica de cuyos perversos
fundamentos no forma parte de ningún programa escolar de defensa de la
racionalidad y la libertad individual. Resulta deplorable el afán de unos y
otros por concretar unos actos cuyo grado de cultura se sitúa en la acepción
más peyorativa del palabro, como cuando se alude a la cultura del botellón o de la violencia, ya
comentadas en esta clónica. La comisión de sabios tiene un aire de comisión de
festejos sainetera propia de las obras
de Arniches. Entre el desinterés de unos y unas, las ausencias de las reuniones
y las críticas ideológicas sobre si se decanta hacia Porto Alegre o hacia
Davos, los sabios y sabias van dando tumbos por el incomodísimo sendero de las
buenas intenciones.
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