30-6-02
En una cola
eterna, Clonista entretiene la espera levantando su clónica, hoy de tan escasa
altura como, por el contrario, profundo fue el sueño postataráxico con que pudo
sobrellevar un poderosísimo ataque de su alergia colinérgica. Un domingo en el
extranjero, cuando todos los días de vacaciones son una e idéntica vacación, es
menos domingo si ni siquiera el ritual matutino de la lectura de la realidad
prensada ha podido hacerse. En la memoria Clonista apenas ha retenido tres o
cuatro picos de una gráfica átona, que es sinestesia del agrado de
vanguardistas trasnochados. Que la realidad llama a la realidad lo advierte Clonista
cuando cae en la cuenta coincidente de que los palabros llaman a los palabros,
como ocurre en el artículo de Lázaro, siempre tan apegado él a los locutores
deportivos para construir su franja de irrealidad lingüística. Hoy le ha tocado
el turno a los “vellos de gallina”, que, como disparate, llega bastante alto.
La realidad tiene bastante de redil, y en él se alojan ciertas bestias no tan
inofensivas como la palabra redil sugiere. Que le “mueven la silla” a Arafat es
cosa probada. Que Castro le tiene más miedo al voto libre y secreto que a una
invasión americana o al inhumano embargo es tan cierto como inciertos han sido
los resultados de la eurocumbre y modestísima la rentabilidad política que han
podido sacarle los propagandistas del régimen. Hay más realidades, sin duda,
pero el tono menor dominante parece una prueba contra la desmesura creadora de
la prensa. Siempre que no se sabe de qué hablar, acaba uno hablando de sí
mismo. Una encuesta sobre hábitos domingueros sitúa la lectura de la prensa en
el lugar de honor, pues eso. Al final, Brasil dará el gatillazo y el colapso
anunciado se producirá, para evitar lo inevitable, lo que, tras esas presiones
financieras intolerables, estará más justificado, si cabe: el triunfo de Lula. Clonista llevaba años sin leer una
columna corintia de Vicent, cansado de la meliflua mediterraneidad sensorial
del articulista -de quien nunca olvida aquel paradigma de artículos: ¡No pongas tus sucias manos sobre Mozart!,
o algo parecido-, pero hoy, que ha empezado a leerlo sin saber muy bien por
qué, se ha encontrado con una columna reconfortante, original y digna de ser
guardada para futuras relecturas e incluso para su utilización como texto de
comentario escolar. Sin embargo, el final de hoy es el principio del mapa
prensado: que fue en España donde se fraguaron los ataques del 11-S en
Usamérica. ¡Valiente importancia! ¿Qué realidad es algo así, cómo se la
considera? Cosas del provincianismo, sin duda.
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