domingo, 16 de agosto de 2015

6-6-02

     Aún impresionado por la escasa distancia que hay entre la recuperación del progenitor y la posibilidad de un fracaso renal de consecuencias imprevisibles, amén de la inaplazable intervención de urgencia para tratar de restablecer el flujo sanguíneo en una extremidad inferior, acercarse al compromiso diario de levantar esta acta sin objeto de la realidad prensada le resulta a Clonista un ejercicio extremadamente gravoso. No hay como tener una delicada salud de hierro para resistirse al fracaso definitivo de la maquinaria corporal. Algo así le pasa también al cuerpo social. Hasta la fecha parecía inmune a los desarreglos, todo "le iba bien" y viento en popa que soplaba desde Europa. De un tiempo absoluto a esta parte, se ha generalizado un proceso de descomposición que puede llevar a un cambio profundo. A los nuevos retos no se les puede hacer frente únicamente con recursos policiales, pues eso son a los que ha recurrido el goppierno para iniciar su campaña contra la huelga general del 20-J; ni tampoco contra la inmigración ilegal puede lucharse desde el blindaje imposible del país o del continente. A Clonista le sorprende que una medida como el endurecimiento de las penas, hasta llegar incluso a la privación de libertad, para quienes contraten a inmigrantes ilegales, no se haya convertido en el auténtico titular del día, pues en él se refleja bien a las claras la dejación de poder del goppierno, quien ha preferido tolerar esa práctica esclavista antes que enfrentarse a su cuerpo sociológico de votantes. Tras el periodo de descanso noticiable del conflicto palestino-israelí, un nuevo atentado suicida ha renovado las fuerzas de ambos contendientes, tan desiguales. El beatífico Solana, pescador de buenas voluntades en el agitado maremoto de las tierras bíblicas, sigue predicando la necesidad de una conferencia en la que la palabra trate de imponerse a los odios viscerales, si es que hay alguno que no lo sea. ¡Qué distintos los sacerdotes españoles que trabajan en Guatemala al lado de los desheredados y humillados, de los que por estos lares especulan en paraísos fiscales y buscan el arrimo del poder para desnaturalizar el carácter laico del Estado! Siempre habrá dos iglesias, como siempre habrá utopías de izquierda y cinismos de derecha. Cada día que pasa, Aznar va perdiendo plumas de su columna y llegará un momento en que, no habiendo sido respetado nunca, pueda alcanzar el dudoso honor de ser el haznosreír menos gracioso que se haya conocido nunca en la democracia, ¡porque hacer bueno a Calvo Sotelo...!  En línea con esa seriedad vampiresca con que se enfrentan a la política cotidiana, el ministerio de Trabajo ha trabajado de lo lindo para oponerse a la sentencia que concede a una mujer la pensión de viudedad aun a pesar de haberse casado por el rito gitano. La mujer en cuestión tuvo seis hijos con su compañero. El goppierno, sin embargo, pelea como un perro rabioso por rescatar para el erario público la pensioncilla de 150.000 pts. antiguas, menos de 1000 euros. Esto sí que son realidades de tomo y lomo, casi de robo y jodo, como quien dice. Clonista ignora el valor que pudiera tener para la ciudad la creación de un Consejo Interreligioso de Barcelona, pero que el alcalde Clos haya dado carpetazo al asunto tras llamada imperiosa e imperial del arzobispo Carles pone los pecados de punta, la verdad, y confirma el meapilismo socialista que en estos temas religiosos se está convirtiendo ya en actitud monaguillesca. Peor es, sin duda, la andanada Lepenesca de Carod Rovira, quién sabe si empapado del profundo pensamiento integrista de uno de los ancianos de su tribu, el otrora poderoso Barrera, en homenaje al cual, sin duda, ha decidido que lo conveniente es no andarse con medias tintas y expulsar a quienes suspendan el examen de ciudadanía catalana. ¿Se habrán puesto de acuerdo con Unió para abrir escuelas tipo pallerols donde instruir a los bárbaros que nos llegan? El recuerdo de la música de Bernaola, que se ha librado de lidiar con tanta miseria moral como va imponiéndose sin esfuerzo al morirse en paz, pero joven, siempre es un consuelo para sofocar tantos ruidos encendidos.

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