jueves, 24 de septiembre de 2015

25-7-02

     A una hora que parece de madrugada en vacaciones, las 7'30, y tras una desafortunada velada de rummikub numérico, regresa Clonista a la caza y captura de la realidad de hoy desde un mañana cuyos hitos básicos conoce de antemano por la instantaneidad radiofónica. Como su emisora habitual es la SER, y así quedó anotado, ni sabe cuándo ya, hay un vínculo estrechísimo en la obra creadora de ambos medios, casi hasta el punto de que emergen de su relato diario realidades mellizas, si no clónicas, a las que la coincidencia refuerza para aspirar a ser creída a pies juntillas. La realidad, efectivamente, convence por acumulación. Si las noticias apareciesen solo una vez y cada nueva edición del diario no contuviera nada de lo aparecido en la anterior, ¿quién lo creería? Con la propia vida pasa otro tanto, sospecha Clonista: sólo nos reconocemos en los hábitos. Y a Clonista le estremece pensar en alguien sin ellos, los que sean. Este de acudir a la cita con la clónica ha acabado convirtiéndose en una cruz y en un placer relativo -que no relator, aunque quizás también, pero solo en parte-. Ha de luchar, Clonista, más contra sí mismo que contra la mediación prensada, y a veces vencer el abatimiento nihilista resulta una tarea muy superior a sus menguadas fuerzas. Como canta Tam Tam Go, “cuida la neurona que te queda”, pero la realidad puede con todo y desarma al más creyente de los caballeros, como demostró Cervantes. Si será así que ¡al fin!, en Israel, hasta su presidente, Katsar, ha sido presa del horror por la impiedad asesina de su presidente de gobierno y de su ejército. A Clonista sigue sin caberle en su apesadumbrada  cabeza -circunvoluciones políticas y éticoaledañas- que el partido Laborista no haya roto su alianza con Sharon y continúe avalando una política genocida. ¿Cuándo les caerá la venda nacionalista y se les abrirán las carnes de dolor socialista? En política hay extraños compañeros de cama -y en España Aznar y Anguita se tocaron los extremos con la sosa pasión de los mediocres autoritarios-, pero en Israel hay compañeros de camada, y de camada negra, como bien rodó Aragón. No muy lejos de talantes criminales, Fujimori aparece, o reaparece, como responsable de haber ordenado la esterilización forzosa de 200.000 mujeres indígenas. Una vez más, tras la lectura del cuerpo que deja mal cuerpo de la noticia, se ha de reconocer que el titular es una licencia amarillenta. La realidad no escapa a la tendencia imitadora del ser humano, tan arraigada en sus genes. La guerrilla colombiana, la del mariscal Tiro Fijo, quería imitar a los teroristas de al Qaeda y lanzar un avión kamikace contra Uribe. ¿Llegará la onda expansiva del método hasta ETA? Tras Perejil, otro pedrusco, esta vez Gibraltar. Los ingleses aprovechan que va de piedras y lanzan su “generosa” oferta: con nosotros, pero detrás de nosotros y ya se verá en qué queda la cosa, y sin plazos, que señalarlos es de mala educación. Un suceso en apariencia menor, el enfrentamiento de un consistorio nacionalista contra un sacerdote de la localidad que no comulga con ellos, ha acabado en la necesidad perentoria de adjudicar al eclesiástico una escolta permanente. ¿La causa? Un buzoneo por todo el pueblo, hecho por acuerdo municipal, de una carta en la que se acusa al párroco de nostálgico del franquismo, lo que vale tanto como poner el cartel de “víctima posible”, “antivasco probado exterminable”, “a ver si hacéis algo para que deje de tocarnos los cojones”, “txacurra con sotana” o como se quiera ir variando sobre la misma tragedia melódica del futuro pistoletazo o bombazo. Lo chocante, y a Clonista, más allá del cinismo cainita le cuesta encontrar explicación satisfactoria, es el anuncio de la demanda judicial de Batasuna contra el alcalde de Vitoria por decir éste que los ediles de aquélla representan a ETA. ¡Qué camino tan peligroso! Se empieza negando la mano que te alimenta políticamente y la ingratitud puede llevarte a querer incluso cortarla. Nuevo acto festivombliguista: a falta de realidades presentes de las que enorgullecerse, se celebran Olimpofastos pasados y Forumfastos por venir. ¡Cuánta antigua política romana sigue vigente! (Inciso: los testimonios personales sobre la realidad ajenos a la mediación prensada ofrecen variaciones tan significativas que el clonista no sabe si el mejor libro de historia no sería la suma y recapitulación de todos los testimonios posibles sobre una época, en vez de los sesudos y al tiempo alegres, y a veces casi poéticos,  análisis de quienes, manejando cuatro variantes academicistas, quieren explicar con pelos y señales una etapa histórica. Miguel Martí, amigo de Clonista y delicado pintor, asistió a la celebración municipal y liviana y volvió asustado de la millonada que se gastó en el evento. Por otro lado, le llamó la atención el abucheo general con que se recibieron los agradecimientos del alcalde al empeño del gobierno de España en su momento para haber podido llevar a buen término la empresa olímpica. Tanto fue así, que, indignado, se enfrentó verbalmente a dos abucheadoras próximas a su persona y hubo de hacer la famosa pedagogía política sobre los dineros estatales procedentes de los impuestos de todos, toditos todos, los ciudadanos del país para que Barcelona tuviera sus JJOO. Reconoció, así mismo, la habilidad arengomitinera de Jordi Pujol, auténtico Pelayo exaltador, quizás contagiado por parte conyugal. Y luego le gustó la actuación de Adrià Puntí. Del Forumfasto por venir, ajeno él a su condición de clonista improvisado, se le grabó en la memoria el anuncio de las toneladas y toneladas de arroz que se servirán durante los aún no se sabe si serán fastos o nefastos. Al parecer, virtud propia del oasis, se les quieren dar salida a los excedentes del Delta, y esto es ironía sin malicia a cargo de Clonista.) Y estéticamente, por otro lado, el cartelito anunciador del gran evento, madre de todos los eventos, copia descaradamente el cartel de la UGT, y acabará anunciando un encuentro tipo Totus tuus, que habrá encendido la fibra clerical de Clos, sin duda. Se va viendo que esto de la cultura tiene poco margen espectacular, y que sus raíces son poco o nada populares -de pueblo televisionador, que es hoy el dominante, claro-. Hoy se anuncia la publicación de un nuevo libro de Sebastian Haffner, cuyas Memorias de un alemán 1914-1934 ha leído Clonista con tanto provecho e interés. Un encuentro de periodistas -el verano es tiempo propicio para todo tipo de mesas redondas, cursillos banales y demás facetas académicas de rodríguez- llega a la conclusión, así se deduce de la redacreación de la noticia, de que los periódicos son clónicos, algo que este modesto clonista podría refutar con sobrados argumentos; pero lo fundamental es el dato estadístico sobre los compradores de realidad prensada: el 36'8 de la población. Realidad de minorías, pues. Clonista, y menos en tiempos nodescos de dominio popular, no se atreve a repetir esta aventura con los informativos de  TVE o los de su hermana gemela Antena 3, en parte por la falta de hábito, Clonista hace años que apenas ve la televisión, salvo rarísimas excepciones, y descontando las películas clásicas que graba; pero envía desde aquí cuantos ánimos sea capaz de imaginar el destinatario que se lance a esa otra aventura clonicadora, bastante más peligrosa para la salud que esta presente. Telefónica, y seguimos en parte atados al párrafo anterior, pierde 5000 millones de euros, pero sube en la Bolsa. Y un simple anuncio de medidas de control en las bolsas americanas dispara al alza Wall Street. Bonito tiovivo eterno el del dinero.

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