martes, 29 de septiembre de 2015

31-7-02

     Tras unas cuantas horas de relativo esparcimiento, vuelve Clonista a su ardua tarea que hoy le parece más de réplica que de clónica. Quizás cierto complejo de criado respondón sea lo que le ha llevado a pensar en la impropiedad del título de su aventura, pero ahora es demasiado tarde como para cambiar de caballo a mitad de carrera. Por otro lado, traspasado ya el ecuador de la prueba, ¿cómo reinventar el proyecto sin que la impostura inicial arrase con lo por venir, desde su condición de pasado macizo y solo en parte inmutable? Mejor es atenerse al esclarecimiento de esa realidad tan denostada, escurridiza, imposible, incierta, ficticia, sobre todo prensada y a veces hasta seductora. Azúa, siempre tan perspicaz como ingenioso, lo clava hoy en su columna de despedida, cuando dice que los que se van siempre se quedan solos porque se quedan sin nosotros, que somos el único mundo verdadero. Ahí está el meollo del asunto: desde nosotros todo es posible, sin nosotros nada existe. Lo malo es cuando el sujeto es la encarnación de la duda y la extiende, como se dice vulgarmente  -que es la única manera sensata de decir- hasta a su sombra. Pero conviene no despistarse y acometer el reconocimiento y rehacimiento de la realidad del día, hoy madrileña en la sección terruñera, pero universal en lo prensado. Los aires tranquilos del periodo estival tienen su representación en la imagen del caudillito compitiendo con unas robustas mozas del partido, icono que remacha la burla paisana contra las condiciones atléticas del mediocre mandamasillo y fino poeta en la intimidad bilingüe. En la información de páginas interiores se nos advierte de su necesidad de ponerse en forma para la larguísima campaña electoral que se avecina, acto tras acto, sin dar palo al agua, ni tampoco de ciego, aunque sí repletos del más fino sentido del humor político que parió madre, ¡arsaznar y toma! Al otro lado de la página, que vale tanto como al otro lado del Estrecho, el reyezón  marroquí les pone a sus compatriotas el chupachups de Ceuta y Melilla para que distraigan el hambre. A Clonista sigue llamándole la atención la intensa actividad universal por el dominio de la comunicación, cuando es notorio que el descrédito del periodismo audiovisual o prensado es superlativo. La Oficina de Comunicaciones Globales creada por Washington es algo así como el recambio para el nonato Departamento de Información Estratégica. La diferencia parece sustancial, pero, bien mirada, es irrisoria. En el último, la información generada era deliberadamente falsa y se pretendía hacerla pasar por verdadera. En el primero se falseará deliberadamente la realidad supuestamente verdadera para intentar cambiar la imagen de Usamérica en el globo. Nunca hubo época histórica tan dominada por la imagen. Antes, a la imagen se la llamaba gesto. La devaluación del referente es lo trágico. Ahí está la precaria paz firmada entre Congo y Ruanda tras cuatro años de guerra que arrojan un saldo de más de dos millones de muertos inexistentes. Ni Clonista ni nadie es capaz de hacerse a la idea de los grandes números del dolor físico y espiritual. Leer ese saldo inmoral sin el más mínimo estremecimiento y sin sentirse especialmente anestesiado por la globalización es hiriente y espeluznante, pero obra de la realidad, al fin y al cabo. El sufrimiento prensado permite tener un valor enorme y una entereza a prueba de casi cualquier horror. La capacidad para sentirse herido por las declaraciones hechas a través de la prensa, no solo afecta a los conquenses.  El presidente de Brasil, Cardoso, ha exigido una rectificación pública al Secretario del Tesoro usamericano, O’Neill, quien ha afirmado que los fondos que recibe Brasil del FMI acaban en cuentas particulares. O rectifica o será declarado persona non grata. Se trata del bonito juego del trampantojo de la honra. El día de hoy, que es realidad de ritmo horchatesco para Clonista, es en la realidad prensada un día de dramas humanos muy del tiempo también. Como si detrás de la política y la economía, el destino de los seres humanos fuera meramente asunto de tragedias colindantes con la ficción. Los patrones marroquíes de una patera que siguió su derrota sin hacer caso de que había caído al agua un bebé de dos años al agua han sido encarcelados, acusados de homicidio involuntario. A Clonista no le extraña la depreciación de la vida humana, y menos aún para según quiénes, pero no está de más que el concepto de responsabilidad, un valor en peligro de extinción, se asiente aunque sea a golpe de sentencia. La variedad de lo real, que es algo así como su marca de fábrica, de ahí que la prensa de partido político tenga tan escasa viabilidad, se manifiesta incontrovertiblemente en noticias como el varamiento repetido de esas 40 ballenas en cuarenta y ocho horas. Clonista ha oído hablar, como todo el mundo, de los suicidios de tan hermosos cetáceos, pero le cuesta creer en un suicidio colectivo que tanto tendría de apólogo como de tragedia ecológica. Bastante más sórdidas son algunas realidades como la del matrimonio de 92 y 85 años que, impedidos por haberse caído ambos, fueron rescatados gracias a la vecina que los oyó gemir. Mostraban síntomas de desnutrición. Su único hijo apenas los visitaba. Quien sí ha visitado un barrio degradado, el de Pan Bendito, que confirma la mala leche de la gracia nominal de este pueblo dicharachero, retrechero y zumbón, ha sido la candidata –impecablemente de blanco, como exige su condición- Trinidad Jiménez. ¿Qué realidad de realidades sacará en claro la misteriosa candidata tras su periplo tenorial? La denuncia del poblachón manchego es la inseguridad, pero a veces esa inseguridad esconde otras marginaciones como la soledad. Eso le pasó a la señora de 78 años que alojó, por el único precio de la compañía, a un indeseable, que rápidamente extendió el beneficio a su costilla, y que acabó siendo atracada por ambos. El final fue feliz, aunque no se libró de un golpe tremendo que la hizo sangrar por la boca. El verano español ha consolidado una dedicación cultural casi epidémica. Bien puede decirse que quien no ha impartido o recibido un curso de verano, desde lo más trivial a lo más peregrino, es una pobre alma extraviada y necesitada de urgente redención. Esa epidemia había tomado el relevo de las presentaciones de libros recién aparecidos -¿por qué llamarlos novedades, si son ganas juguetonas de confundir?-, de ahí que la insólita aparición de la noticia de una auténtica novedad haya alertado a Clonista. El arte de medrar. Manual del trepador, de Maurice Joly es la referencia de una adquisición inminente. El traductor, como siempre, el convidado de piedra: no existe. Lo que sí existe es la incansable labor de privatizaciones interesadas del caudillito. Transmediterránea, que era algo así como el Azor del patrimonio, ha acabado pasando a manos de aquel inefable ministro de exteriores y agente comercial de sus propios negocios que fue Abel Matutes, y no de matute, precisamente. Justo al lado, codo con codo, Repsol sigue hinchándose a ganar millones de euros a costa de los precios estratégicamente convenidos con la inexistente competencia y que tanto esquilman el escaso patrimonio de los currantes movilizados de este país. A modo de compensación, y en la estela de la condena a Conde, los estafadores de Bankpyme también han recibido el varapalo judicial que no los obligará, sin embargo, a dormir entre rejas, dada la escasa cuantía temporal de la sentencia. El resfriado del real brasileño, se ha convertido en una buena gripe en las bolsas españolas, alérgicas, por lo que se ve, a cualquier manifestación de lo real y propensas a toda ficción contable, que es lo que cuenta, parece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario