31-7-02
Tras unas
cuantas horas de relativo esparcimiento, vuelve Clonista a su ardua tarea que
hoy le parece más de réplica que de clónica. Quizás cierto complejo de criado
respondón sea lo que le ha llevado a pensar en la impropiedad del título de su
aventura, pero ahora es demasiado tarde como para cambiar de caballo a mitad de
carrera. Por otro lado, traspasado ya el ecuador de la prueba, ¿cómo reinventar
el proyecto sin que la impostura inicial arrase con lo por venir, desde su
condición de pasado macizo y solo en parte inmutable? Mejor es atenerse al
esclarecimiento de esa realidad tan denostada, escurridiza, imposible, incierta,
ficticia, sobre todo prensada y a veces hasta seductora. Azúa, siempre tan
perspicaz como ingenioso, lo clava hoy en su columna de despedida, cuando dice
que los que se van siempre se quedan solos porque se quedan sin nosotros, que
somos el único mundo verdadero. Ahí está el meollo del asunto: desde nosotros
todo es posible, sin nosotros nada existe. Lo malo es cuando el sujeto es la
encarnación de la duda y la extiende, como se dice vulgarmente -que es la única manera sensata de decir-
hasta a su sombra. Pero conviene no despistarse y acometer el reconocimiento y
rehacimiento de la realidad del día, hoy madrileña en la sección terruñera,
pero universal en lo prensado. Los aires tranquilos del periodo estival tienen
su representación en la imagen del caudillito compitiendo con unas robustas
mozas del partido, icono que remacha la burla paisana contra las condiciones
atléticas del mediocre mandamasillo y fino poeta en la intimidad bilingüe. En
la información de páginas interiores se nos advierte de su necesidad de ponerse
en forma para la larguísima campaña electoral que se avecina, acto tras acto,
sin dar palo al agua, ni tampoco de ciego, aunque sí repletos del más fino
sentido del humor político que parió madre, ¡arsaznar y toma! Al otro lado de la
página, que vale tanto como al otro lado del Estrecho, el reyezón marroquí les pone a sus compatriotas el
chupachups de Ceuta y Melilla para que distraigan el hambre. A Clonista sigue
llamándole la atención la intensa actividad universal por el dominio de la
comunicación, cuando es notorio que el descrédito del periodismo audiovisual o
prensado es superlativo. La Oficina de Comunicaciones Globales creada por
Washington es algo así como el recambio para el nonato Departamento de
Información Estratégica. La diferencia parece sustancial, pero, bien mirada, es
irrisoria. En el último, la información generada era deliberadamente falsa y se
pretendía hacerla pasar por verdadera. En el primero se falseará
deliberadamente la realidad supuestamente verdadera para intentar cambiar la
imagen de Usamérica en el globo. Nunca hubo época histórica tan dominada por la
imagen. Antes, a la imagen se la llamaba gesto. La devaluación del referente es
lo trágico. Ahí está la precaria paz firmada entre Congo y Ruanda tras cuatro
años de guerra que arrojan un saldo de más de dos millones de muertos inexistentes.
Ni Clonista ni nadie es capaz de hacerse a la idea de los grandes números del
dolor físico y espiritual. Leer ese saldo inmoral sin el más mínimo
estremecimiento y sin sentirse especialmente anestesiado por la globalización
es hiriente y espeluznante, pero obra de la realidad, al fin y al cabo. El
sufrimiento prensado permite tener un valor enorme y una entereza a prueba de
casi cualquier horror. La capacidad para sentirse herido por las declaraciones
hechas a través de la prensa, no solo afecta a los conquenses. El presidente de Brasil, Cardoso, ha exigido
una rectificación pública al Secretario del Tesoro usamericano, O’Neill, quien
ha afirmado que los fondos que recibe Brasil del FMI acaban en cuentas
particulares. O rectifica o será declarado persona
non grata. Se trata del bonito juego del trampantojo de la honra. El día de
hoy, que es realidad de ritmo horchatesco para Clonista, es en la realidad
prensada un día de dramas humanos muy del tiempo también. Como si detrás de la
política y la economía, el destino de los seres humanos fuera meramente asunto
de tragedias colindantes con la ficción. Los patrones marroquíes de una patera
que siguió su derrota sin hacer caso de que había caído al agua un bebé de dos
años al agua han sido encarcelados, acusados de homicidio involuntario. A Clonista
no le extraña la depreciación de la vida humana, y menos aún para según quiénes,
pero no está de más que el concepto de responsabilidad, un valor en peligro de
extinción, se asiente aunque sea a golpe de sentencia. La variedad de lo real,
que es algo así como su marca de fábrica, de ahí que la prensa de partido
político tenga tan escasa viabilidad, se manifiesta incontrovertiblemente en noticias
como el varamiento repetido de esas 40 ballenas en cuarenta y ocho horas. Clonista
ha oído hablar, como todo el mundo, de los suicidios de tan hermosos cetáceos,
pero le cuesta creer en un suicidio colectivo que tanto tendría de apólogo como
de tragedia ecológica. Bastante más sórdidas son algunas realidades como la del
matrimonio de 92 y 85 años que, impedidos por haberse caído ambos, fueron
rescatados gracias a la vecina que los oyó gemir. Mostraban síntomas de
desnutrición. Su único hijo apenas los visitaba. Quien sí ha visitado un barrio
degradado, el de Pan Bendito, que confirma la mala leche de la gracia nominal
de este pueblo dicharachero, retrechero y zumbón, ha sido la candidata
–impecablemente de blanco, como exige su condición- Trinidad Jiménez. ¿Qué
realidad de realidades sacará en claro la misteriosa candidata tras su periplo
tenorial? La denuncia del poblachón manchego es la inseguridad, pero a veces
esa inseguridad esconde otras marginaciones como la soledad. Eso le pasó a la
señora de 78 años que alojó, por el único precio de la compañía, a un
indeseable, que rápidamente extendió el beneficio a su costilla, y que acabó
siendo atracada por ambos. El final fue feliz, aunque no se libró de un golpe
tremendo que la hizo sangrar por la boca. El verano español ha consolidado una
dedicación cultural casi epidémica. Bien puede decirse que quien no ha
impartido o recibido un curso de verano, desde lo más trivial a lo más
peregrino, es una pobre alma extraviada y necesitada de urgente redención. Esa
epidemia había tomado el relevo de las presentaciones de libros recién
aparecidos -¿por qué llamarlos novedades, si son ganas juguetonas de
confundir?-, de ahí que la insólita aparición de la noticia de una auténtica
novedad haya alertado a Clonista. El arte
de medrar. Manual del trepador, de Maurice Joly es la referencia de una
adquisición inminente. El traductor, como siempre, el convidado de piedra: no
existe. Lo que sí existe es la incansable labor de privatizaciones interesadas
del caudillito. Transmediterránea, que era algo así como el Azor del
patrimonio, ha acabado pasando a manos de aquel inefable ministro de exteriores
y agente comercial de sus propios negocios que fue Abel Matutes, y no de
matute, precisamente. Justo al lado, codo con codo, Repsol sigue hinchándose a
ganar millones de euros a costa de los precios estratégicamente convenidos con
la inexistente competencia y que tanto esquilman el escaso patrimonio de los
currantes movilizados de este país. A modo de compensación, y en la estela de
la condena a Conde, los estafadores de Bankpyme también han recibido el
varapalo judicial que no los obligará, sin embargo, a dormir entre rejas, dada
la escasa cuantía temporal de la sentencia. El resfriado del real brasileño, se
ha convertido en una buena gripe en las bolsas españolas, alérgicas, por lo que
se ve, a cualquier manifestación de lo real y propensas a toda ficción
contable, que es lo que cuenta, parece.
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