lunes, 26 de octubre de 2015


23-8-02

     Flojucha debe de andar la realidad cuando las fotografías de primera plana pertenecen a la Revista de Agosto y a la sección deportiva, por más que, a menudo, el mercado imponga esa selección, como ha observado Clonista en varias ocasiones. Hoy, a finales de agosto, con la primera tormenta de verano que se lleva por delante el último día de playa de la abuela, quien regresa al infierno de los manzaniles, Clonista ha de volver la vista atrás sin ira para recoger la incierta realidad prensada de un día poco propicio a las noticias. Retalidad, podría llamarse a la realidad de retales que tiene Clonista entre las manos. Que el ministerio fiscal apoye la lucha sin cuartel de GarZón contra B, ¿puede ser noticia? Si acaso lo contrario. Que la cara dura política del goppierno por los nuevos regalos a las eléctricas haya suscitado protestas generalizadas, ¿puede ser noticia? Si acaso lo contrario. Ha de viajarse al interior del día sin chicha ni limoná para hallar algunas realidades prensadas dignas de tal nombre, como la muerte de una huelguista de hambre en Turquía, Melek Birsen, perteneciente al partido de extrema izquierda Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo. A dicho partido se le acusa de haber tomado esa iniciativa que ya ha acabado con 54 de sus militantes y seguidores. La protesta tiene como pretexto el cambio de las condiciones de reclusión,  pues de las celdas con capacidad para decenas de personas se ha pasado a otras para solo tres personas, lo que evita los motines con toma de rehenes, parece ser. Los aguerridos militantes fueron apoyados, en principio, por más de mil presos, pero la firmeza gubernamental ha conseguido que se quedaran solos. Clonista desconoce la realidad turca, pero no cree que noticias así contribuyan a mejorar su proceso de integración  en Europa, y menos aún el trato infame deparado a los kurdos. La descripción del tipo de huelga incluye una errata, así lo cree Clonista, que resulta más verdadera que la forma normativa de la palabra. Los huelguistas toman solo sustancias líquidas, azúcar, sal y algunos complejos vitanímicos. ¿No es hermoso que el error tenga esa capacidad de enseñar? Por lo demás, no deja de ser paradójica esa ingestión de ánimo vital para caminar hacia la muerte. Lo que sí constituye una noticia de primera magnitud es la decisión del movimiento pacifista israelí, Goush Shalom, de demandar judicialmente al jefe de las Fuerzas Armadas israelíes, acusándolo del bombardeo de Gaza contra un objetivo civil, con el resultado de 17 muertos, nueve niños entre ellos, y un líder de Hamás. El general en cuestión, Dan Haloutz, ha pedido, a su vez, que se procese a los pacifistas “por traición.” La justicia israelí ya ha dado alguna muestra de tibia independencia frente al gobierno asesino de Sharon, pero Clonista duda mucho de que la demanda de los pacifistas pueda prosperar. ¡Ojalá!, que ya es en sí una declaración de solidaridad con las víctimas. ¿Cómo han esperado tanto, no obstante, esos pacifistas para hacer oír su voz? Es muy probable que ellos hayan tenido esa posición beligerante contra la guerra genocida desde un buen principio y que sólo el hecho de emprender una acción penal llamativa, pero quizás con escasas posibilidades de medro, haya sido lo único que los ha convertido en reales, al ser recogidos en el bazar del gran mercado de la realidad prensada. Que en Cuba las autoridades hayan decidido adaptar su producción de azúcar a las leyes del mercado es apenas un primer paso hacia la desaparición del régimen totalitario castrista –y castrador, aunque, por otro lado, hayan convertido la isla en un inmenso y turístico burdel la mar de rentable–, si bien la muerte del dictador acabará acelerando el proceso de descomposición, al modo franquista. Clonista comprueba que sus Alqobayas también lo son para el editorialista, como no podía ser de otro modo. Mayor Oreja es entrevistado con total generosidad espacial y de sus declaraciones, impecables en lo que a separar la lucha contra ETA de la oposición al PNV y adláteres se refiere, Clonista deduce una lucha política de envergadura: ¿es posible celebrar unas elecciones auténticamente democráticas en las vascongadas? Dado el acoso asesino que sufren los concejales del PP y del PSE, que tanto condiciona la elaboración de listas municipales, ¿serían verdaderamente libres dichas elecciones, ya próximas? El PNV, con su teoría política arzalluziana del “estos chicos”, ha dejado que la realidad vascongada se pudriera, al no impedir, por ejemplo, la violencia cotidiana de la lucha callejera, taller de aprendices de ETA. Desde esa perspectiva, se hagan las matizaciones que se hagan, siempre queda el hecho incontrovertible de que en las vascongadas no existe la democracia plena, y que es prioritario restablecerla. A vuelta de página, un representante del PNV, Íñigo Urkullu Rentería -¿acaso “orgullo” en castellano, quizás un orgullo ignaciano?-  titula su ataque a la ilegalización de B La gran mentira. Y así ad líbitum y ad náuseam. Por los terrenos de Izquierda Unida siguen pasando vientos de desunión, por las divergencias entre los unidistas vascongados y los del resto de España, un nadar entre dos aguas que quizás sólo les lleve a ser arrastrados por la riada electoral inminente. Ya se verá.

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