lunes, 16 de noviembre de 2015

13-9-02

     Así van las cosas de la realidad política. Después de acusar a la oposición de hacer catastrofismo con la inseguridad ciudadana, el goppierno se descuelga con un megaplán antidelincuencia –no sin haber enterrado clandestinamente el antiguo Policía 2000 o algo parecido- cuyos ejes básicos son el endurecimiento de las condenas y la contratación de miles de policías y guardias civiles que los ciudadanos jamás verán patrullando por las calles. Clonista recuerda la tan llevada y nunca traída “policía de barrio” de la que nunca nada supo, en ninguno de los barrios donde ha vivido. Municipales multones no para de ver, que al fin y al cabo son recaudadores de contribuciones; pero policías... La información de páginas interiores ofrece un  dato elocuente: “dos patrullas para 200.000 vecinos.” Parte del plan es también el cumplimiento íntegro de las condenas por parte de los terroristas, lo cual tiene todos los visos de una concesión electoralista, además de suponer un descreímiento absoluto de la capacidad reeducadora de las cárceles, que debería ser su función esencial, tras la de mantener a buen recaudo, alejados relativamente de la sociedad, a quienes delinquen contra ella. La portada del día se la lleva, con todo, la súbita moderación de Bush. Que pida el aval de la ONU para su intervención bélica en Irak no deja de ser un aplazamiento de su decisión personal, pero concede un respiro al mundo, desde luego. La intervención israelí en Palestina, más la usamericana en Afganistán y más adelante en Irak, parecen haberle dado alas legitimadoras a Putin para lanzarse a una guerra contra Georgia si ésta no hace todo lo posible por reprimir a los guerrilleros chechenos –terroristas para Putin y el caudillito-, quienes lanzan la piedra en Chechenia y esconden el cuerpo en Georgia. ¿No es excesiva la extensión de la sección especial 11-S Un año después hasta el propio día de hoy? ¿O la amenaza es continuarla durante un año? Clonista está dispuesto a reconocer su torpeza hermenéutica, pero interpretaciones más disparatadas han resultado muchas veces las correctas, por eso no se extraña de que lo increíble pudiera ser lo real. Nueve meses de intensa clónica le autorizan a sostener que la realidad no está sujeta a definición, que no admite límites y que su condición cae más del lado de lo ignoto y remoto que de lo falsable y próximo. Su condición la emparenta con la ficción, desde luego, pero desde ahí Clonista no se atreve a dar ni un paso más. Los ciudadanos unidos, al margen de los partidos, se han autoconvocado, con la ayuda de algunos intelectuales que se han sentido compelidos a asumir el papel cívico a que los dirigentes de los partidos han renunciado,  para protestar contra el gobierno de Ducecosni y en defensa de la igualdad de todos ante la Constitución. Todo ello a cuenta del artículo metido con calzador en el Código de Derecho Procesal italiano que recoge la “sospecha legítima” sobre la parcialidad del juez que a uno le toque en suerte y la posibilidad de recusarlo y trasladar la causa a otro juez que se presente más favorable. Moretti vuelve, pues, a las andadas manifestadoras, y a su lucha cívica se suman Flores d’Arcais, Roberto Benigni y el único militante del partido unipersonal con el que participó en la política tradicional Claudio Magris, entre otros. La simpatía atlética de Clonista por Joschka Fischer, con quien comparte la práctica del maratón, debe haberse extendido, como señala el cronista, a buena parte de la sociedad alemana, pues la crónica en cuestión tiene todo el aire de un panegírico quizás merecido, pero Clonista, hecha la salvedad atlética, duda mucho de que esa hagiografía no hubiera debido aparecer en la sección Gente, en vez de en las páginas de Internacional, pero si algo se tiene vedado este Clonista es la crítica de la organización de la realidad prensada, ¡hasta ahí podría llegar! El Decretazo que provocó la huelga general sigue su curso parlamentario y se acumulan las derrotas de quienes reclaman del goppierno un esfuerzo para crear trabajo, en vez de, como señala el PSOE, “borrar parados del Inem.” Esa es la tentación estalinista del goppierno: reescribir, no tanto la Historia, cuanto el día a día... Readatalidad habría de llamarse lo real, y no solo la realidad prensada, si se mantuviera una cierta coherencia con lo que nos permite orientarnos en el batiburrillo incomprensible del famoso cuento lleno de ruido y de furia que significa nada de nada, nonada. La enseñanza pública pierde tantos alumnos como gana la privada protegida por los presupuestos del goppierno y, en Cataluña, de su gociuerno. Hasta 200.000 en cinco años, según UGT y CC OO. Qué alivio, con todo, entrar en el paisaje con figura de la cultura, donde Sábato se emociona, a sus 92 años, porque los jóvenes se arracimen junto a él para oírlo. Clonista ignora si también para leerlo, pero no estaría de más. Algo de cola habían de traer las declaraciones protomartirológicas del filatélico Xirinacs, y el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, lleno de la caridad cristiana que no parece compartir el filosanguinario Xirinacs, se ha apresurado a correr, sobrecogido y estupefacto, un tupido velo sobre las mismas, atendiendo a la falta de relevancia política actual del soflamador. Las víctimas de Hipercor, no obstante, se plantean algún tipo de denuncia, pues al mossén se le ocurrió decir que ETA avisa cuando pone bombas, y, consecuentemente, lo que pasa después debe ser ya culpa de a quienes no les da tiempo a poner pies en polvorosa, a juicio del terrible inquisidor, ¡afortunadamente sin tribunal ni competencias! Los reportajes cinematográficos de los viernes consuelan un tanto a Clonista de otras realidades deprimentes, como la recién consignada, pero le suscitan un interrogante malicioso: ¿qué haría A.F-S. si no existiera la palabra “geometría”? ¿Sería capaz de escribir ni un solo renglón? Malicioso, ya lo avisó.  Los humores de Greenspan y su colega Duisenberg han conseguido que caigan las bolsas, para que no pierda su hermosa costumbre de tiovivo. Lo sorprendente es el diagnóstico: “las principales economías del mundo se enfrentan a un horizonte lleno de riesgos e incertidumbres.” Desde que la especie ha puesto por escrito su visión de la realidad, o como se le quiera llamar a lo exterior a las personas, ¿cuántas veces no se habrá escrito que el horizonte está lleno de riesgos e incertidumbres? Parece pues que puede detectarse una continuidad dentro de lo real que, de establecerse sólidamente, ahorraría no pocas angustias y permitiría relativizar bastante la supuesta trascendencia decisiva de no pocos acontecimientos. Vuelta al caos, se titula la crónica bursátil. Pues ya está todo dicho.

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