martes, 24 de noviembre de 2015

21-9-02

     En mala, precipitada y adelantada hora cantaba victoria ayer Clonista sobre los plazos que cumple o incumple. Con las malas consejeras aparece hoy antes de salir de expedición cinematográfica gracias a la benevolencia -literal- de la abuela de las criaturas. Con la insultante prepotencia del gato gordo y mal criado sobre el famélico ratón, Sharon acorrala a Arafat y lo tiene a tiro de tiro desgraciado, y si algo le frena a la hora de dar la orden de la ejecución, es decir, del asesinato, quizás sea que, automáticamente, se convertiría en un criminal internacional que ni dentro de sus propias fronteras podría sentirse a salvo. A su manera, esa realidad es continuidad del proyecto de política exterior esgrimido por Bush ante el Congreso y que puede resumirse en el viejo adagio: quien da primero, da dos veces. Y desde que se formulara el axioma hasta hoy, la humanidad no ha avanzado ni un pasito, como quien dice. Quienes reclaman una fuerza internacional de interposición tienen la razón, pero no tendrán esa fuerza. Que EFE era una institución en fase de extinción se había convertido en un lugar común. Clonista advierte que esa desgana informativa alcanza a la redacción, en este caso la de La Habana, desde donde se nos comunica que evacuan a los cubanos por la llegada de un huracán que va dejando a su paso fuertes lluvias ¡y vientos de 250 kilómetros por hora! Pues eso, a evacuar. ¡Qué terrible que haya grupos policiales o parapoliciales, como demuestra el tipo de arma usado en el asalto, que hayan buscado como objetivo nada menos que a la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo! ¿Qué pretenden acallar: la Historia, la memoria, las acusaciones de robo de niños, las acusaciones de asesinatos, la esperanza de volver a ver a los familiares perdidos, o de saber si aún existen, en alguna fosa colectiva sus restos? ¿Por qué, a pesar de algunas polémicas posturas políticas de la anterior presidenta, no le han concedido a ese movimiento cívico ejemplar el Premio Nobel de la Paz que insulta a quienes lo conceden, a quienes le dan eco, y a quienes escuchamos ese eco, desde alguna vitrina de la casa de Kissinger o de Peres?  A Javier Tusell le asusta la espiral de despropósitos que se ha adueñado, como una borrasca activísima, de las vascongadas. El título de su artículo, Por el órdago al vértigo, tan esdrujular, no cae en la cuenta de que ese vértigo está atontando ya, de hecho, a muchos, y que va a más, que es amenaza popular patentada. Sobre el regocijo de los violentos no se atrevería Clonista a llegar a tanto, pero coincide con el articulista en lo que coincidió casi un millón de personas en la manifestación tras el asesinato de Ernest Lluch: que dialoguen. Hasta el presente el único diálogo practicado ha sido el de sordos, pero, como no se le escapa a nadie, eso es una frase hecha que menosprecia la inteligente y activa capacidad dialéctica de los sordos, bastante más dicharacheros, en términos generales, que los políticos con responsabilidad en el goppierno y en el gopnvierno. ¿Habremos entrado en la fase mudal de la democracia? ¿Asistirán los mudamentarios al Mudamento? De hecho, el suma y sigue diario de detenciones de inmigrantes sin papeles ni siquiera parece interesar ya a los parlamentarios, ni su situación provoca parlamento alguno. Incluso el cálculo prensado de los dos metros por inmigrante campoconcentrado es algo que le suena a viejo a Clonista, casi como de otro año, tras haberlo echado él hace más de un mes, quizás. ¿O ni siquiera ha pasado un mes? Esta clónica tiene un efecto demoledor sobre las inseguridades temporales de Clonista, quien padece de una desorientación-devastación  temporal aguda. Luego dicen que todos somos iguales ante la justicia. Hachuel y Pérez Escolar, dos delincuentes de alta escuela, no han pisado la cárcel más de 53 días el primero y 40 el segundo; y ambos han sido excarcelados por razones de edad y se supone que de sabiduría y de gobierno, ya puestos, qué puñetas. Seguro que hasta le sacan partido social a su temporada a la sombra, y, entre cóctel y canapé, se convierten en Dantes redivivos que asombran a las señoras dijetales con su tétrica descripción del infierno carcelario, antes de reírse con ellas de lo tonta que es la justicia, y lo encantador que es el caudillito, a pesar de que aún no les hubiera dado el pasindulto, que seguro que estaba al caer. El caudillito estaría muy ocupado en establecer, desde su Castillo, la prioridad de las subvenciones a las fundaciones culturales: Primero Franquito, eh, ojo. Y a Juan Ramón Jiménez, ni un duro, que ese ya es un poeta reconocido y no se lo merece, y además era un tío estiradísimo. Se ha instalado la Feria del Libro de Ocasión. Clonista siempre la espera y, al final, siempre se desespera: no hay ocasiones, ni con pelo ni calvas. La marea de libros anodinos que han de recorrer los ojos cansados del lector habitual le provoca un vértigo que le hace desistir a la hora de haber comenzado el escrutinio. La burbuja de las telecomunicaciones sigue pasando factura y eso significa despidos. Lo mismo sucede con el textil en Cataluña. ¿Llegan las vacas flacas? Nunca es el tiempo de las vacas flacas para todos, ni siquiera donde el hambre es espectáculo de televisiones que acuden como buitres y moscardas.

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