22-9-02
Decididamente,
el domingo es el día de la realidad declarativa, usualmente arengas ante un
público incondicional. Inaugurada la temporada de caza del voto, los cinegéticos
líderes limpian los cañones y sacan la indumentaria apropiada del fondo de
armario: chaleco, canana, botas de goma
altas, sombrero de fieltro con pluma y ¡hala!, a escopetear contra la
sindéresis, los principios elementales de la lógica y la vergüenza. Aunque la
incertidumbre sobre quién gobernará los destinos de Alemania se lleva la parte
del león de la realidad foránea, la situación dramática de Arafat, a un paso
del abismo, simbólico y real, después de los ejercicios de precisión
misilística del ejército israelí, por fuerza tendría que suscitar una reacción
por parte de los países que han mostrado su preocupación activa por el
conflicto. Sin embargo, el máximo representante de la diplomacia europea,
Solana, se limita a expresar su “profunda inquietud”, para desconcierto de este
Clonista que no sabe exactamente cómo ha de traducirse a la jerga vulgar del
pueblo llano semejante filigrana diplomática. Probablemente la lectura de una
reacción así le haya permitido conocer de primera mano una muestra de la “alta
política” eurofuncionaria. Newsweek ha sacado a la luz las sucias bambalinas de
esa alta política al exponer las relaciones del actual Secretario de Defensa,
Donald Rumsfeld, con el régimen de Husein, al que ayudó a derrotar a Irán,
facilitándole armas químicas con las que masacró, por ejemplo, a la población
iraquí de etnia kurda. El gobierno Reagan culpó enseguida a Irán, pero no tardó
en conocerse la verdadera realidad. Y esto, que suena a película
hollywoodiense, “el criminal nunca gana”, suele acabar siendo cierto, aunque no
del todo, pues ahí están los famosos “misterios de la Historia” que tanto hacen
para entretener a legiones de historiadores. En términos generales, no
obstante, sí que es cierto que las imposturas históricas acaban siendo desenmascaradas.
¡Por fin apareció Pérez Royo! Lo hace en falsa polémica con Diego López
Garrido, pues ambos están de acuerdo en bastantes cosas, pero lo hace a medias.
Su impecable argumentación contra el recorte de derechos constitucionales que
supone la intervención de GarZón, no se completa con los argumentos que Clonista
buscaba para saber si los expuestos por Atutxa han de merecer todo el crédito
que a lectura de lego merecen. 103 africanos interceptados en Canarias y
Tarifa: suma y sigue. A ellos han de añadirse las 70 prostitutas esclavas –una
auténtica brigada internacional- a las que no se les dará otra alternativa a su
secuestro y explotación que la de ser extraditadas sin mayores consideraciones.
Hay destinos tristes, sin duda. Las realidades dominicales prensadas tienen la
virtud de introducir a sus lectores en mundos insospechados. El reportaje de
Juan Francés sobre los Invasores
destructivos es una buena muestra de ello. Desde el siluro descomunal -cuya
introducción en el Ebro contó admirablemente Arcadi Espada- hasta el lucio
voraz, pasando por el mejillón cebra o el cangrejo rojo americano que tiene de
todo menos de amigo americano, pues transmite una enfermedad que es letal para
el cangrejo autóctono. En resumen, que ciertas especies alóctonas –solo por
haber leído esta palabra le hubiera hecho espacio Clonista a esta realidad que
preocupa socialmente más de lo que pueda parecer- están poniendo en peligro de
extinción a las especies autóctonas. Que el PP catalán quiera indepiquendizarse
de Madrid parece un viaje ya ensayado con anterioridad y siempre saldado con un
madrileñísimo ¡firmes! que solía dejar las filas más prietas que las nalgas de
un aquejado de diarrea sufriendo un achuchón en una piscina pública. El jueves
pasado, Joan de Sagarra se burlaba del Folclòrum a partir de una proposta de programa que se le pasó para
que hiciera las sugerencias oportunas. Hoy le toca el turno a Sergi Pàmies, que
abunda sobre lo mismo. Se sabe que ambos articulistas no son antropólogos de
reconocido prestigio. De tan aburrida como es la perseverante guerra lingüñística –¡Clonista deja la errata
porque es el colmo de lo sintético!-, la misma que a veces tiene episodios
nacionales que exaltan los ánimos de los resistentes, de uno y otro bando,
dudaba Clonista si había de reflejar el escándalo provocado por el cardiólogo
Valentí Fuster al utilizar el castellano y el catalán en su pregón de las
fiestas de la Mercè. Supone Clonista que el primer sorprendido por las rasgadas
vestiduras erciunas habrá debido ser el
propio cardiólogo, quien, además, tendrá el inglés como primera lengua,
actualmente. Clonista ha declarado en numerosas ocasiones su ignorancia en no
menos numerosos asuntos, entre los que se encuentra la ¿ciencia? económica.
Ahora bien, ¿cómo no sentirse estafado cuando de la pluma de uno de esos
aprendices de gandalfes de la economía, en este caso Paul Samuelson, sale algo
como que “el bienestar de los pobres en las regiones productivas sigue
superando las rentas de los pobres en zonas menos acaudaladas”? De la realidad
sepia, porque el dinero es siempre un viejo retrato de familia, se queda Clonista
con la noticia del invento español para la bicicleta, el Rotor, que le permite
al usuario sufrir menos sobre ella, castigarse menos las rodillas y desarrollar
una mayor potencia con igual frecuencia de pedaleo. En la presentación de Ten minutes older, película coral donde
se exhibe el último trabajo de Víctor Erice, recordó éste una hermosa y
tramposa –como casi toda la belleza- frase de Jean Renoir: “los cineastas somos
ciudadanos del cinematógrafo, pertenecemos a un país que no viene en los mapas
y que se llama cine.” ¿Y quién no quiere ser ser de excepción? Perdónesele a Clonista
su debilidad atlética, pero el triunfo de Antonio Manuel Reina en los 800 m
lisos, en la Copa del Mundo, una distancia nada española, y los buenos
aficionados ya saben a qué se refiere Clonista, supone un éxito cuya
repercusión será mínima, como el propio atleta hizo notar al quejarse del “mal
trato que se le da al atletismo en España, aquí siempre estamos que si Ronaldo
y que si fútbol.” Quede aquí, al menos, constancia, por anónima que sea esta
clónica, nada prensada, de la admiración que Clonista siente hacia quienes
labran su éxito en infinitas jornadas de entrenamiento cuyo sentido depende
muchas veces de esta o aquella tarde feliz en que se dan cita la fuerza y la
inteligencia estratégica, ¡apenas un soplo! tras meses y meses de abnegada
dedicación solitaria y anónima.
¿El PP catalán quiere indepiquendizarse de Madrid ? jajaja entre eso, clonista y lo de GarZón amén de toda la truculenta historia que relatas me estás recordando al capitán Haddock de Tintín cuando empezaba a insultar con aquello de mamelucos iconoclastas ostrogodos ;)
ResponderEliminarUn besito y gracias .. por aquí me es más fácil encontraste .. a veces, como ahora entro!
Un divertimento que se convirtió en un padecimiento... ¡Una esclavitud diaria, aquello de la Clónica! Solo lo volvería a hacer con películas: 365 películas y 365 críticas... Pero no sé yo si también se convertiría en otro calvario... Gracias por la presencia.
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