27-9-02
Hay
silencios culpables, desde luego, y algunas denuncias los ponen de relieve de
tal modo que se imponen avasalladoramente. Nueve escritores vascos publican Otro artículo inútil para manifestar su
repulsa ante la deriva antidemocrática y por supuesto autoritaria del goppierno
y de sus adláteres. La ilegalización de B ha sido, para ellos, el punto de no
retorno de una política que lamina la democracia en las vascongadas, lo cual
viven como una auténtica “tragedia política”. Expresadas con suma corrección y
tibieza todas las condenas políticamente correctas contra el terrorismo y
manifestada su repugnancia nominal por la situación política de los cargos
públicos del PP y del PSE, los firmantes están convencidos de que la estrategia
no nacionalista consiste en lograr, vía estado de excepción, la mayoría
política a cuyas puertas se quedaron en las últimas elecciones. Pero sentirse
personajes de su “tragedia” ha sido lo que les ha obligado a elevar su queja
inútil ante los dioses de la razón, conscientes de que, tan tópica como
literariamente –es decir, redundantemente-, viven “en el filo de la navaja”.
Después de haber visto ayer The Boxer,
poco después de leer su trágico artículo, y atar los cabos pertinentes, a Clonista
sólo se le ocurre que esos escritores vascos en ningún momento han considerado
una “tragedia”, por más que les repugne la situación, el hecho de que haya un
acoso nazi contra los disidentes del nacionalismo imperante y de que siga
habiendo muertos, como la niña de Santa Pola. Que no existan libertades
democráticas en las vascongadas, que el miedo se haya apoderado de todo el
territorio, que haya una Banda política mafiosa nunca les ha parecido motivo
suficiente para asociarse y escribir un artículo denunciando esa situación. ¿De
qué realidad hablan “los firmantes”? En la numerada justificación de por qué
están viviendo –desde la cómoda acera de quien no se siente amenazado por un
tiro en la nuca, como sí les sucede, por el contrario, a Savater, por ejemplo,
o a Rosa Díez, por citar dos polemistas ideológicos que a buen seguro
responderán a este provocador artículo- una “tragedia”, en ninguna ocasión se
expresa la más mínima piedad o desconsuelo por las víctimas constantes del
fanatismo terrorista nacionalista. Que se considere un estado de excepción
encubierto la aplicación de la legalidad vigente y no un estado de excepción
manifiesto el hecho de que la mitad de un Parlamento haya de asistir a las
reuniones del mismo con escolta, por ejemplo, le parece a Clonista más una
negación de la realidad que un ejercicio de análisis de la misma. Es decir,
desde visiones tan alejadas de una misma realidad siempre será imposible el
entendimiento. Y la realidad que vemos no es algo dado, sino construido: vemos
lo que queremos ver. Las evidencias, en algunos casos, como el presente, son
auténticos ejercicios de videncia barata y afectada. Clonista lamenta, en el
día del aniversario de su única tú , dejarse llevar por los demonios de la
indignación. Algo tendrá que ver el haber compartido ayer el horror ante el
fascismo nacionalista que tan cruelmente se retrata en The Boxer. Desde la
puerta de entrada a la realidad impresa, sin embargo, Clonista había señalado
ya el choque de realidades que lo irrealiza todo. Por un lado, la fiscalía se
querella contra los exaltadores del terrorismo, por otro, Ibarretxe, levitando
con no poco cinismo sobre lo real, se abstrae a la república de las ideas para
promover una reforma del Estatuto de Gernika. Imposible encontrarse. Clonista
siempre pensó que ETA se acabaría cuando el PNV quisiera enfrentarse a ella y a
su Bentorno con la radicalidad que exigen las convicciones democráticas, que
están por encima de las propias relaciones familiares, pero para ellos la
familia siempre será la base ancillar de su ideología, de ahí que sean pocas
las esperanzas de Clonista de que se acabe con lo que ha de considerarse un mal
endémico. Habrá que esperar a la democratización del PNV, por doloroso que sea
el proceso. Que un asesino nacionalista sea antes nacionalista que asesino para
tantos, incluido el PNV, es el quid. El gobierno francés se ha dejado de
tonterías y se ha empeñado en acabar con la delincuencia por vía policial y
restringiendo derechos, siguiendo el modelo Le Pen, quien ha acabado gobernando
en la sombra, que es más cómodo. Chirac, así pues, está siendo más sensible al
electorado de Le Pen que al propio, una amalgama variopinta que le deja las
manos libres para seguir su mediocre inclinación autoritaria. ¿Qué poder de
atracción no tendrán los bárbaros, que tanto se prodigan electoralmente? Ahí
está Sharon misileando a diestro y siniestro, caiga quien caiga, tan terrorista
como a quienes persigue, que al fin y al cabo la identidad esencial de los
contrarios es axioma con cierta edad. Xirinacs no se escapa de la querella,
impulsada por las víctimas del terrorismo, no por la fiscalía, que se ha visto
obligada a ello por esa presión. Al goppierno le está costando lo que ni se
imaginaba el conseguir enchufar a Retuerto en el alto tribunal europeo. Frente
a una realidad prensada tan llena de política, como el día de hoy, es decir, de
excitación constante y erección permanente, según los dictados de la archidicha
erótica del poder, que los estudiosos alerten del peligro del aumento de la
obesidad entre los niños, dada la inclinación cómoda de los padres
irresponsables a renunciar a la dieta tradicional mediterránea y a echar mano
de bollería, refrescos y dulces, no deja de ser un soplo de realidad que, a la
larga, tendrá unas adversas consecuencias presupuestarias evidentes, además de
las infelicidades personales que puede provocar una enfermedad como la
obesidad. Hoy es el día de Pere Esteve, sus quince minutos de gloria brillante,
quien tuvo horas de notoriedad gris y oscura al servicio del cortijero.
Unánimes son los elogios, y quizás ya esté pensando que algo hizo mal. Desde su
antigua secta los ataques son en tromba y en trompa, como era de esperar.
Esquerra le abre los brazos para sumar soberanismo. Maragall lo respeta. Pero
la pregunta sigue siendo: ¿qué soberanía compartirá Maragall con Esteve a
través de un futuro pacto con Esquerra? El señor Esteve se considera un
“huérfano de la política”, sin referente electoral. Se acaba de sumar a la
única mayoría consolidada del oasis catalán: la abstención. Pues que le vaya
muy bien y a ver cuánto dura. Poco, se intuye. A toda plana se anuncia Los lunes al sol, de Fernando León,
previsible Concha de plata de San Sebastián. Clonista la verá. Lo que le será
difícil ver es la verdad que subyace a los engaños contables de los
presupuestos del goppierno. Delegar, esa es la palabra, delegar. Y después de
ella, ¡venga la propaganda! SEAT le echa un pulso-trampa a los sindicatos y
amenaza con llevarse a Eslovaquia la joya de la corona, el Ibiza. En columna
ilustradora se nos dice que el sueldo en Bratislava es cinco veces menos que en
Martorell. ¿Se necesitan más explicaciones? Les piden cinco días más de trabajo
en octubre y noviembre para asegurar pedidos en firme. Los datos son claros. La
ley del mercado, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario