3-9-02
Tras el
primer día de vasallaje laboral, ¡qué palidísima realidad le parece a Clonista
la realidad prensada a la que se aboca cada día para extraer de ella la
conciencia de existir dentro de un entramado cuya naturaleza aún sigue
escapándosele! Quizás sea, como ya intuyó, la misma del tiempo, o la
inverosímil de los deseos. Quizás ni tenga naturaleza. Tal vez la realidad sea
solo el estrecho espacio de una palabra sin referente. Pudiera ser. Su índole
circular, aburrida como la de los años futbolísticos, en los que, de temporada
a temporada, nada cambia, no dice mucho a su favor; pero Clonista no ha
iniciado esta aventura para defender a la realidad, ni para reivindicarla. La clónica del año 2 la busca, y a
menudo la encuentra, si bien parapetada tras disfraces que, en vez de
ocultarla, la desfiguran. Chirac y Blair se llenan la boca de propuestas
humanitarias para ayudar a los países pobres y, sabedores de la mala mano que
llevan, juegan de farol, como ocurre con la propuesta chiraquiana de la tasa
mundial contra la pobreza, eco, se supone, de la famosa tasa Tobin. Al menos
andan por donde se cuece el descontento y se les sacan los colores de la
vergüenza a los países ricos; porque su homólogo Aznar ha preferido quedarse en
el bodorrio de nuevos ricos con que ha querido obsequiar a su hija antes de
desalojar el inhóspito Palacio de la Moncloa. ¿Duda alguien de que muy otros
hubieran sido algunos de los invitados a la bodísima, de haberse celebrado estando
el padre de la novia fuera de la Moncloa? Se sigue tensando la situación
prebélica y Rusia amenaza con desmarcarse de la iniciativa usamericana,
alegando que un ataque así “solo conduciría a una desestabilización política en toda la región”, lo que
significa... ¿qué diablos significa? Considerar estable una región que incluye
la guerra israelí-palestina, la represión iraní y turca contra los Kurdos y el
desastre libanés, entre otras guindas, parece un caso de ceguera política
aguda, desde luego. A Clonista le llama la atención la ironía finísima de uno de
los jueces que juzga a Milosevic: “su salud es esencial para esta sala”, le
dijo, tras recomendarle que requiriera la ayuda de un abogado para aliviarle
algo la tensión que puede incluso acabar con su vida, dados sus problemas
cardiovasculares. Fina y cruel, desde luego, aun a pesar de su intención
moralizante. José Luis Molinuevo se extiende en un enrevesado e indecantado
artículo sobre la relación entre el arte, la política, la propaganda y la
responsabilidad, a propósito del posible perdón que, sin embargo, y a pesar de
haber cumplido ya cien años, no parece merecer la cineasta de Hitler, Leni
Riefenstahl. ¿Es la persecución de la belleza suficiente excusa para disculpar
la colaboración con ideologías genocidas, a las que tan hermosa propaganda se
presta? Que esa estética haya sobrevivido, que aún siga formando parte de
nuestra sociedad, de lo peor de nuestra sociedad, ¿exime a la cineasta de su
responsabilidad intelectual por no haber denunciado un régimen de terror como
el nazismo? Que aún hoy, según parece, ponga en entredicho la existencia del
holocausto lo dice todo, y en esa mentira no hay ni un ápice de belleza. A su
manera, tan colaborador del terror es Atutxa, antaño achuchado por los bombistas, cuando era jefe de la
policía, al dar por sentado que la ilegalización de facto de B no atañe al
grupo parlamentario de B, el cual seguirá actuando con todas las bendiciones
del presidente del Parlamento vascongado, por si, en algún momento, dado que el
consorcio tripartito no tiene mayoría absoluta, los mocetones pudieran
descuidar algún votillo de esos a los que no se pregunta de dónde vienen y que,
como el dinero, ni huelen ni tintan de sangre. De Chaves suelen destacarse sus
ya famosos tropiezos verbales, los “minoyes” entre otros, una afección más común
de lo que parece, y bien lo sabe Clonista, que la padece, por eso le ha
parecido un esmero notable la frase con que resumió la diferencia entre el PSOE
y el PP a la hora de gobernarse democráticamente: “En nuestro partido todos
elegimos a uno, mientras que en otros uno elige a todos.” Bien chavisto, desde
luego, y ajustadito a la realidad, como bien lo sabe Lucas, no el proverbial,
sino el lacayo de Aznar. El ex alcalde de Benidorm presenta un plan para luchar
contra los malos tratos a las mujeres y copia, según parece, el proyecto de ley
presentado por los socialistas en el Congreso. ¿Votará próximamente a favor de
él o lo rechazará alegando que él tiene otro mejor? Si hay un pacto para no
hacer electoralismo del terrorismo, y el PP lo ha incumplido sistemática y
deliberadamente, ¿puede esperarse que las ayudas a las mujeres maltratadas
escapen de ese juego diavótico? Que las guarderías públicas sólo cubran el 50%
de la demanda ha sido una gravosa carga que Clonista conoce bien y por duplicado,
pues a las nulas ayudas a la familia, y menos a las de hecho, se suman las
inexistentes para la escolaridad. Se trata, pues, de un país, éste, que se
sorprende de estar a la cola mundial de los índices de natalidad, cuando se
trata de una realidad nada sorpresiva, dada la lucha ecónomicotormentosa que
supone sacar la prole adelante. Rábago ha vuelto, El Roto ha devuelto a la
realidad su espejo más fiel: “¿A cuántos sabios nos sale un futbolista?”, se
pregunta. ¿Y a cuántos accidentes laborales nos sale lo que se gasta el
gociuerno en publimascidad, tres veces más en lo último que en prevenir los
primeros?, según denuncia acertadísima de Joan Saura, quien ahora sí que
acierta con la política que verdaderamente tiene que ver con la realidad. Sigue
el modelo Zapatero, por supuesto, pero bien está imitar aquello que acerca lo
políticamente real a la realidad de la polis. ¡Por fin volvió, con la apertura
del curso político, la polémica sobre la fantasmada maragalliana del Fórum
2004. La carga de profundidad la han lanzado los antropólogos, reunidos en
congreso en la ciudad de Barcelona. El portavoz de la organización del
congreso, Manuel Delgado, ha arremetido contra el absurdo de una convocatoria
sobre cuya solvencia intelectual y científica tiene más que serias dudas. Clonista
supone que el hecho de que los antropólogos como especialidad no hayan sido
buscados para garantizarle al Fórum la solvencia en entredicho no tendrá nada
que ver. La crítica acerba de Delgado llega al extremo de convertir sus propuestas
en una suerte de contrafórum, pues frente a la operación
urbaninmobiliarioturística del Ayuntamiento, pretende Delgado que los
asistentes a su congreso conozcan la plaza André Malraux o el Forat de la Vergonya, en vez del
distrito 22@, por ejemplo. La crítica, a pesar de los rasgos anecdóticos que
señala Clonista, es de fondo, conceptual. Como ya han quedado expresados todos
los escepticismos que Clonista alberga frente a lo que le parece, en el mejor
de los casos, una gran Expo folclórica, no abundará en lo que los antropólogos
censuran con perspicacia: “Las culturas son realidades dinámicas, no contactan
sino que son contacto e interrelación; por ello hablar de contacto de culturas
no tiene sentido.” Lo escrito. El anuncio de la aparición de un nuevo disco de
Paco Ibáñez siempre es una realidad placentera. En esta ocasión, el vasco canta
a José Agustín Goytisolo. Clonista, que es Ibáñezadicto, musicalmente hablando,
espera la aparición del CD con ansiedad. Eso sí, no se le pasa por alto la
redacción –de Agencias- que amplía la noticia y da noticia de la muerte del
poeta: “murió, el 19 de marzo de 1999, a los 70 años, al desplomarse desde la ventana de su casa en Barcelona.” ¡No tiene
precio, ese desplomarse con cursivas de Clonista y cursilería eufemística del
redactor” Lo que sucede es que en una ciudad como Barcelona, donde se desploman
los balcones con una frecuencia excesiva, una redacción así resulta hasta casi
ofensiva. El insulto, también ofensivo, como corresponde, es el anuncio que ha
hecho el goppierno de las próximas subidas de las tarifas telefónicas. Ahí está
Piqué, oscuro y maniobrero hombre rosáceo de empresa, dispuesto a reconocer la
necesidad de Telefonica (sin acento, lo cual le confiere esa pueblerinidad
forgiana, tan propia de la empresa como del goppierno) de volver a la senda de
los beneficios, y a ello se aplica el piqador por delegación del caudillito.
¿Quién convenció a Rosa Montero de que había de convertirse en la voz de la
conciencia de la democracia española? Sus indignaciones, previsibles y
prelegibles, pasan de las gruesas acusaciones deshumanizadoras, los “cerdos”, a
exigir, ¡nada menos!, “que se les caiga el pelo” a los “canallas” esclavistas.
No está de más acusar, pero el “yo acuso” debería sacudirse la cólera que ciega
y obnubila y sustituirla por la cólera apodíctica. Clonista, sin embargo, peca
de atrevido, sin duda. Algo tendrán las vacas sagradas cuando lo son.
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