martes, 15 de diciembre de 2015

12-10-02

     Presionado por los horarios infernales de las responsabilidades paternales, Clonista acomete el cumplimiento de su compromiso con las prisas por acostarse temprano, pues mañana le espera la primera media maratón de la temporada. A Carter le conceden el Nobel de la Paz por sus “esfuerzos” por resolver conflictos, lo que ya es premiar, sin duda. En la Academia sueca siguen el modelo de la primaria y secundaria obligatorias en españa: premiar el esfuerzo, se traduzca o no en conocimientos positivos. Que el premio haya de entenderse como una crítica a la actual administración usamericana no arregla el desaguisado que supone un premio que se va pareciendo, sospechosamente, a algunos doctorados honoris causa. Estremece la muerte de los cinco inmigrantes asfixiados sobre las judías verdes en un camión frigorífico, y no acaba Clonista de acostumbrarse a ellas, por más que se repitan tanto. Como resulta difícil de aceptar que en Argentina el 65% de la población subsista por debajo del umbral de la pobreza, lo cual se agrava por la quiebra del sistema público de salud. Que la acción política haya sido capaz de conducir al país a esa situación es fácil de entender si se considera que la corrupción arrasa con todo e impide, cuando llega a ciertos niveles, que se produzca el más mínimo progreso. ¿Habrá pensado algo así el joven rey marroquí, al defender la prioridad de la economía frente a la democracia? ¿O se trata sencillamente de mera alergia a la democracia, y al control o la limitación que pueda ésta ejercer sobre sus poderes? En cualquier caso, ¿son disociables economía y democracia? De siempre se ha vendido la idea de que, por lo menos en España, ha sido la democracia la que ha permitido los actuales niveles de desarrollo, y parece cierto. Clonista no iba desencaminado, la UE se encargará del control de sus fronteras, porque la avalancha de pateras con inmigrantes no puede ser “sólo” un problema español. Continúan las presiones para que Ibarretxe abandone sus planes puertorriqueños: Zapatero, ¡Basta ya!, que anuncia manifestación para el día 19 del presente mes y Rajoy, que se convierte en vaticinador tramposo del fracaso de la ronda de Ibarretxe, pues hace y deshace cuanto puede para que su pronóstico salga verdadero. El Tribunal Supremo exculpa al ministro Matas de un delito electoral “por ahora”, lo que significa que sigue pendiendo la amenaza de la imputación. En el PP, sin embargo, ya exigen disculpas y dimisiones. Mucho corren los galgos verdugos. Poco a poco se va dibujando el mapa del conflicto estelar de la próxima década: la guerra hídrica. Ahora le toca el turno al trasvase Tajo-Guadiana. ¡Qué ingenuidad la del PSOE, cuando exige que se aclare el papel de Arriola, el consejero áulico de Aznar y de Alierta, y boyante negociante! ¡El de chollero! ¿Y cuál si no? Un dato, como se dice vulgarmente: a partir de los 40 años el cuerpo humano segrega el ácido palmitoleico, que, al parecer, atufa. Se trata del olor “a viejo”. Verdú se agarra al dato para elaborar la hermosa teoría de la sociedad aromatizada y la identidad oliente, que huye del simulacro doliente en que la edad acaba convirtiendo a cualquier hijo de vecino. Lo dicho. Lo olido.

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