29-9-02
Definitivamente
Clonista ha perdido la batalla del timing,
que se dice allende la mar océana. No hay posibilidad humana de seguir el
ritmo, tan sencillo en apariencia, del día a día. ¡Qué capacidad, la de los
humanos, para echarnos encima responsabilidades y compromisos! Aún le duele a Clonista,
y señora, el hecho de haber tenido que salir del cine donde veían La virgen de la lujuria, de Ripstein,
cineasta seguido y admirado. Pocas veces, teniendo en cuenta las dificultades
familiares que tienen para poder ir al cine, se han salido de una película. En
esta ocasión, los aciertos precedentes no han valido como aval incuestionable.
Está visto que, en el cine, aunque lo mismo ocurre con cualquier arte, ninguna
película prejuzga la siguiente, y que siempre se está a tiempo de rodar el
mayor de los bodrios inimaginables. La actuación patética y aclichetada, amén
de indecorosa –en su sentido técnico-, de la señorita Gil, Ariadna, no fue lo
más insufrible, desde luego, pero lograba, en cada aparición, hundir la película
aún más de lo que un mal entendido planteamiento teatral ya lo había hecho.
Pero por dura que fuera esa realidad, tan insólita, no menos dura es la que a Clonista
le toca rescatar en esta aventura para la que el despiadado enemigo que es el
tiempo lo tiene consumido. Por si faltara alguna realidad en la ensalada, los
titulares del día instalan al consumidor en una realidad virtual en la que no
falta el presente centrípeto: “El PP pierde la mayoría absoluta y aventaja en
sólo tres puntos al PSOE.” Continúa, pues, el bombardeo propagandístico para ir
ajustando la realidad a los propios designios e intereses. ¿Quién no acabará
convencido -¡vox estadisticorum, vox dei!- de que Zapatero es el recambio
“natural” del caudillito? Y probablemente haya de ser así. Con todo, qué
parecidas son las estadísticas a las consolas de videojuegos infantiles. De
mayor importancia, aunque de menor molde prensado, es la amenaza de ETA, que
convierte en diana las sedes y los actos del PP y del PSOE, en toda España,
incluida Cataluña, a pesar de los ímprobos esfuerzos carodianos por
independizar a su rinconación del terror general. Aunque sea domingo, hay
ciertas viejas novedades del día que apartan la edición de hoy de la tónica
habitual de la festividad dominical. En Marruecos todo sigue igual, pero los
islamistas arañan escaños y amenazan miedo ¿real? Se irá viendo. Usamérica
recurre a la numerología judeocristiana y le propone, le señala, más bien, a la ONU un plazo de 7 días para el desarme
de Irak, pasado el cual se entendería que cuenta con el aval onuense para que
las empresas armamentísticas y petroleras suban en Bolsa a los cielos, con
huríes, por supuesto... Las 200.000 voces londinenses que claman contra la
guerra, y a las que su sumarán muchos miles más de ellas, le indican a Clonista
el difícil hallazgo de ese punto equidistante entre la ingenuidad, el realismo
y el cinismo. Junto a la buena fe de tanta ingenuidad, por fuerza ha de chocar
el discurso teísta de Arafat, convocando a la continuación de la Carnintifada
que está llevando a su pueblo a la destrucción. “Alá y Dios premiarán a los
palestinos que luchen contra el enemigo israelí!” Si eso no es ecumenismo, que
baje uno de los dos dioses y lo vea. Mucho más cerca de lo real está, sin duda,
la política usamericana para Sudamérica: “vamos a premiar a los países
democráticos y a los que sigan nuestras políticas económicas.” Papá es bueno,
papá no engaña a nadie, papá dice las cosas claras, y el chocolate de las
ganancias espeso. Mafiosconi, largo tiempo ausente de la clónica, salvo por
boda y como blanco de los italianos airados y “políticamente huérfanos”, como
diría el senyor Esteve, reaparece con
todo su esplendor fascistoide al contestar a un periodista el porqué de que
salieran los policías a recoger cadáveres en el mar con embarcaciones de
pedales: “los muertos no se han quejado”, sentenció el gran prócer de la patria
italiana. ¡Cuánta vergüenza ajena!, la de cuantos voto mediante lo instalaron
en el gran poder. Las repercusiones de la declaración indepententista de
Ibarretxe se reflejan bien en las tres voces catalanas que se manifiestan al
respecto: La de CiU la ve como legítima y ambiciosa. El PSC no comparte ni el
fondo ni la forma, y recuerda que la prioridad en las vascongadas es la lucha
contra el terrorismo. Ezquerra está satisfecha y felicita al lehendakari. Tres
voces distintas y una sola realidad verdadera. ¿Cuál? En el bazar de la
realidad puede negociarse hasta lo inverosímil, pero nunca se lleva uno una
ganga incuestionable. Cara de la realidad, aunque sea en reportaje dominical, y
bien dura es la necesidad teatral de buscarse un personaje que tienen los
familiares de los y las guardias civiles en las vascongadas, sobre todo los y
las menores que asisten a la escuela, donde, desde los catorce o quince años,
comienza la fase de adoctrinamiento, sumisión y captación de carne de cañón
lapa. Después de haber señalado la tendencia económica mundial hacia las
ficciones contables, la realidad prensada ofrece hoy el bonito ejemplo del
gociuerno: avala créditos en vez de dar subvenciones, créditos que se cargan en
la contabilidad de los ayuntamientos, pues en su nombre lo piden, no en las
cuentas con déficit cero de la Generalidad. Puigverd le da un empaque clásico a
la espantá de Esteve que, la verdad, Clonista duda mucho de que el
personajillo, característico tradicional, secundario imprescindible del
reparto, lo merezca. Clonista reconoce los destellos verbales en cuanto los ve.
En la crónica del Real Madrid-Valladolid, José Sámano no duda a la hora de
calificar una entrada de Salgado como “falta granítica”, es decir, una de
aquellas a las que antes se aludía como “de juzgado de guardia”, “criminal” o
“asesina”, probablemente. Progresamos que es un contento.
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