jueves, 10 de diciembre de 2015

7-10-02

     A punto ha estado Lula de salir elegido por mayoría absoluta. La segunda vuelta tiene toda la pinta de ser un mero trámite, aunque supondrá, para sus detractores, una pírrica victoria. Juan Pablo II el Papa más santero de la historia del Vaticano, corona como tal al fundador del Opus Dei, negotium mei, en una ceremonia casi de primera comunión a la que una ministra del que habría de ser gobierno de España ha acudido disfrazada con mantilla y peineta, al más puro estilo Carmen Franco bajo palio, para rendir pleitesía al nuevo santito milagrero y a su jefe de Iglesia. La estampa en primera plana de la ministra arrodillada ante el Papa llena de vergüenza a Clonista, y de una indignación de la que no le libra que la ministra sea representante colegiada del goppierno. A su manera, hereda los cabezazos marciales de su predecesor, para que quede claro que hay absoluta continuidad en la línea de sumisactuación. Ni se sabe, al otro lado de la página, qué historia sexoideológica tendrá el apuñalador del alcalde homosexual de París, Delanoë, para haber confesado que odia a los políticos y a los homosexuales. A Clonista le anonadan las cifras que se han invertido para poder simplemente realizar las elecciones en Brasil, y desea que una cantidad similar esté, como mínimo, a disposición del gobierno para hacer frente, con carácter de urgencia, a unos índices de pobreza y subdesarrollo que hasta el presente no parecen haber avergonzado a ningún dirigente de cuantos han precedido a Lula en el poder. El atentado contra un petrolero resucita a Al Qaeda, si bien a una escala infinitamente menor de lo que se esperaba que pudieran hacer, a juzgar por sus bravatas. Bravatas son también las declaraciones simultáneas, israelí y palestina, de Jerusalén como capital de sus estados, el reconocido y el por reconocer. Piedra de escándalo, parece que haya de ser siempre Jerusalén, la deseada. ¡Cómo no habían de tener éxito los lapidarios en los tiempos oscuros del pensamiento y claros del fanatismo religioso! Sigue la ronda vascongada de propósitos, despropósitos, disparates y ríos revueltos. Otegi saca pecho y hace suya la soberanía peneuvista, servida en bandeja por el desvarío de sus rivales fraternales. El papel de víctima y de verdugo se lo reparten peneuveros y peperos con tal desfachatez que a Clonista le sorprende que el pueblo vasco aún no haya caído en el juego de collares que se trae el perro nacionalista. ¿Lo peor? Que al PSE le van a llover mordiscos de ambos lados, así que se empeñe en mantener cierta cordura democrática. ¿No es encantador el rey Gaspar de las componendas izquierdistas? “Se pueden gestionar las diferencias con Madrazo”, sostiene Llamazares con esa verbosidad tecnocrática de quien se siente encandilado por el poder, por mínimo que sea. De aquí a poco, las parejas “gestionarán un polvo” que será un contento. Está al caer. ¡Ocho meses de campaña electoral! ¿Se lo han pensado dos veces? ¿Harán campaña a favor de la abstención, entonces? Nadie puede resistir un bombardeo demagógico durante tanto tiempo sin acabar seriamente afectado. A Clonista, tan escaso siempre de recursos, le parecerá un insulto el monto total de los gastos electorales. Si Woody Allen se propuso cómo acabar de una vez y por todas con la cultura, ¿por qué no podría surgir un grupo de ciudadanos hastiados que se propusiera lo mismo con las campañas electorales vía iniciativa legislativa popular? ¡Adelante! ¡Serán legión los firmantes! La fina diplomacia aznarí se escora hacia Argelia, a la que eleva en rango de consideración a la altura de Marruecos. No es mala manera de resolver problemas: despreciarlos e ignorarlos. Los pequeños e importantísimos asuntos de intendencia tienen una trascendencia que se traduce en vidas humanas. Que la epidemia del SIDA siga avanzando porque no se provee a los países de mayor riesgo con los condones necesarios para luchar contra ella ¿cómo puede entenderse? La tacañería occidental es tan miserable que, a pesar del despilfarro continuo que tanto ofende –Clonista piensa ahora en el Folclòrum 2004, por ejemplo-, no es capaz de reunir los escasos 300 millones de dólares que se necesitarían para comprar los 8.000 millones de condones que permitirían frenar –y no en seco, ciertamente- el avance de la pandemia. Igual la afortunada y desafortunada fumadora a quien se quiere compensar del cáncer con 28.000 millones de dólares pueda detraer esa limosna de su indemnización. Por fin en la realidad prensada tienen a bien “desprenderse” de una página –¡tan valiosa en términos de espacio!- para que la buena pluma discursiva de Eduardo Mendoza salgo al paso, afectuoso, del supuesto menosprecio de Poe en círculos intelectuales exquisitos denunciado por Bozzo, con  motivo del musical inspirado en la obra y quizás la vida del atormentado escritor usamericano. Tan sumido como suele estarlo en la corriente fétida de la actualidad, Clonista casi no ha sabido cómo reaccionar ante la felicidad de ver representarse ante sus ojos una realidad tan verdadera. Coincide, además, con la devoción con que lee el famoso Diario de la guerra del cerdo, de Bioy, tantas veces postergado injustamente. Pero eso tienen de bueno las lagunas pendientes, siempre que se disponga de tiempo: muchísimo mayor es el placer de desquitarse de ellas cuanto mayor es la edad, esmirriada la sabiduría y una entelequia el gobierno. Piqué pica en profeta y anuncia la descomposición de CiU cuando pierda el poder. ¿Hay que descubrirse? ¿Y la suerte de Piqué, a quien tanto favorece aquí el nacionalismo central de su caudillito y su jefe de armas? De circo. Un nuevo salto ¿también circense? y Clonista recibe con alborozo la noticia del próximo estreno de David Cronenberg, Spider. Su afirmación de que el lenguaje cinematográfico de los éxitos de hollywood está arruinando la libertad creativa es tan cierto como que, ahora mismo, directores como Bergman, Fellini o Kurosawa tendrían serios problemas para poder rodar, o estrenar. Clonista, que vio el otro día en la televisión El infierno del odio –Arriba y abajo en el original japonés, que es muchísimo más apropiado al contenido de la película-, duda mucho de que la película de Kurosawa durara en cartel más allá de los cinco días de gracia que se les concede a los estrenos antes de pasarla a la sesión  golfa o directamente prescindir de sus servicios. Compañero de sensibilidad, sin duda, aunque de orientación estética muy diferente, Sanchis Sinisterra anuncia una mezcla explosiva y con un sentido comercial innegable: una pieza sobre el Opus con estética de La Codorniz. Ya veremos. Clonista, un tanto pretenciosamente, para qué negarlo, se ha empapado de trascendencia barateja al plantearse una investigación sobre la realidad a través de su clónica que, además de quedar casi en nada, de ser bien poca cosa, no admite el contraste, o la falsación, con la verdad de las cosas, porque, ¿en qué realidad cabe que en ella no quepa el debut de Ronaldo en la Liga con el Real Madrid?  Pues eso. Y hoy que no hay maniozozobras bursátiles, pues menos aún.

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