13-4-02
Despertarse con la realidad del día
anterior -en puridad de hace dos días- le hace flojear a Clonista, quien ha
renunciado a pasearse por la recién estrenada del domingo para no verse
asediado por los cruces endemoniados de informaciones que facilita el desorden
cronológico. La confusión en las ideas o los valores cree Clonista que debe ser
un reflejo de la que se produce al acercarnos a la realidad, donde el oráculo
Arenas, sin bajar a otras, sentencia que los socialistas degradan la vida
política. Viniendo de las campañas de acoso y derribo más sucias, degradantes,
miserables y cínicas que se hayan conocido jamás en la breve historia de la
democracia en España, aquel oráculo deja a Clonista, como a los millones de
ciudadanos que saben positivamente cómo llegaron los peperos a su actual
ppoder, sumido en la perplejidad absoluta. Revivida Eurovisión con los acentos
patrióticos del narradísimo gol de Zarra a la pérfida Albión -aunque hoy patria
amiga del Yellow submarine-, y abandonada la educación a su suerte -es decir,
la mala inapelable del mercado
intervenido por quienes llegaron al poder con las máscaras neoliberales que
semiocultaban el rostro depredador del
rancio capitalismo carpetovetónico-, ¿se le ocurre a alguien aún
admirarse de que la memoria histórica sea poco menos que un ítem en una ilegible
tesis académica? También debe haber un Alzheimer social, sin duda. Chávez ha
sido pronunciado hasta aquí hemos llegado -15 muertos y cientos de heridos- y
el caudillo bolivariano se ha quedado sin patria, sin retórica, sin ejército,
sin policía y con lo justo, es decir, una celda y el futuro de una causa
criminal. Castro se queda sin colega y sin petróleo, y protesta, y defenderá su
embajada hasta con la última sangre de sus diplomáticos, si es que estos no
salen a pedir asilo diplomático ante las nuevas autoridades, que a veces tiene
eso la retórica revolucionaria. Las cacerolas son el símbolo de la
insatisfacción popular y del despertar de quienes están hartos de su vacío de
esperanzas, alibles, tangibles e intangibles. A Clonista -heroico cocinero
doméstico día a día- le enternece el símbolo, pero le desengaña de su
romanticismo de latón la elección del sucesor: el jefe de la patronal, vulgo
Cuevas entre nosotros, lo cual, por vía imaginativa de política ficción, le
produce a Clonista unos escalofríos que no sabe si son similares, por vía
realista, a los posibles de los venezolanos. Toda revolución desemboca siempre
en el poder antiquísimo del dinero, y otro tanto ocurrirá con la cubana,
traumática o pacíficamente, pues ya toda la isla es en sí una empresa turística
a la que le sacan sus buenos divisexdendos. En España, no menos turística
-hasta hubo un ministro aznariano de asuntos exteriores que combinaba sus
visitas oficiales y sus asuntos interiores, esto es, familiares-, la zarzuelera
presidenta del Congreso ha ejercido la censura sobre las preguntas del PSOE al
goppierno acerca de los créditos de la A del BBVA a la familia Rato, la familia
más afortunada del país, pues tras el fabuloso crédito de más de 500 millones
de pesetas que captaron, aparecido en el caso Gescartera, puede que ahora se
descubra que su auténtica especialidad económica es la de conseguir créditos
más blandos que los relojes de Dalí, y tan provechosos como los cuadros de
éstos. Con todo, la primera escaramuza del temible GarZón, citando a declarar
al goppernador del Banco de España, ha sembrado el temor y el desconcierto en
el banco azul, donde quienes afirmaron desconocer, conociendo, e hicieron
patinar al estólido Aznar sobre sus tajanterías con rosco dédico galdosiano,
tiemblan azorados, ¿o aznarados? ¡Terrible será la venganza del Señor! Clonista
asiste a medias divertido a medias con fastidio al mediocre sainete Quien a garZón mata... Y Powell se deja
impresionar por el terrorismo minúsculo y espera la condena de Arafat, que no
tardará en llegar, como es obvio, para acceder a entrevistarse con él después
de rendir complaciente pleitesía al virrey Sharon, quien a buen seguro no debe
verlo tan oscuro como a sus vecinos palestinos. En una columna arrinconada,
tres asociaciones de editores de prensa se oponen a la prohibición en la UE de
la publicidad del tabaco en periódicos y revistas. El rincón amarillo de la
realidad prensada -que cada vez va ganando más terreno, ese tipo de espacios
con los que Clonista tiene pensado, cualquier día de estos, levantar la
realidad paralela, marginal, alternativa o excéntrica del día correspondiente-
incluye la fotografía de una anorexmodelo que exhibe un vestido diseñado por el
israelí Yael Chorav, en el que dos enormes cañas de bambú se cruzan sobre el
pecho de la escuálida joven formando un aspa. A Clonista se le vienen a los
dedos muchas preguntas malintencionadas, a las que renuncia, para no coger el
rábano por las hojas. Como en la última junta de accionistas de Telefónica,
descrita sabiamente por R.Muñoz, donde tras las amargas quejas de los
representantes de los trabajadores de Sintel, se aprobaron los puntos del orden
del día, "Y siguió lloviendo"; también en esta clónica se pasa de la
realidad prensada al día siguiente, y sigue lloviendo: cántaros que nunca caen
a gusto de todos.