sábado, 7 de noviembre de 2015

4-9-02

     Con el león desdentado todos se atreven, es evidente. Al fiscal del goppierno, el felpudo cardenalicio, se le alborota la melena y sale por las peteneras privadas de pedir al Supremo que libere Euskadi de los “nazis de Batasuna”. Clonista se percata inmediatamente de que, en según qué bocas, la realidad cambia de arriba abajo, espectacularmente. Oir a la encarnación del ultraconservadurismo beato y gubernoescuderil desmelenarse juridicopolíticamente en plan resistente antifascista que aguarda el desembarco de los aliados para reconquistar las libertades democráticas es más de lo que Clonista puede aceptar como realidad real, incluso real-en-sí, si se quiere. Es excesivo, a todas luces, incluso para las que Clonista no tiene. Si se quería sembrar la duda sobre la oportunidad de la iniciativa ilegalizadora, Cardenal la ha servido en bandeja, desde luego. Con ese aliado, más valía que el PSOE se lo hubiera pensado dos veces antes de lanzarse a la piscina. No ocurre lo mismo con Blair, a la hora de respaldar al amigo americano, su coherencia belicista sí que no admite dudas. Las dudas las generará, en todo caso, la anunciada presentación de las pruebas que justifiquen la guerra contra Sadam Husein. Dada la imposibilidad de la verdad consensuada en este mundo manipulador de la información, ¿con qué convencerá Blair y a quiénes? Si, al parecer, en el propio Congreso usamericano no ven clara la guerra de papá que quiere acabar Bush, ¿qué pruebas le habrán amañado a Blair los micincos o los ciáticos para persuadirlo de que en Irak se cuece el apocalipsis gaseoso? A veinticinco o treinta años vista, como con la desclasificación de los documentos reservados argentinos ha sucedido, se verá la creación de la realidad que se montó entonces, que se está montando ahora. Pero el sino de la sociedad es llegar siempre tarde a su cita con la realidad. No nos dejamos arrastrar por ella, sino que se nos impone a veces sutilmente y a veces burdamente. En el segundo caso, siempre es posible reaccionar. En el primero ni somos conscientes de a dónde nos lleva el viento descerebrado de la Historia escrita por muy pocas manos. En Israel, el Supremo ha dado marcha atrás y ha autorizado las deportaciones de familiares de terroristas. Vuelve la godomanía y, sin ningún recato, vuelve así mismo el Supremo sobre sus pasos precedentes y actúa conforme a los deseos gubernamentales, es decir, se suma patrióticamente a la lucha contra el infiel. De la anticipación conmemorativa del 11-S descubre hoy Clonista –siempre tardo para la sospecha y perezoso para intuir las malas intenciones– el morbo de la columnita titulada La Cuenta Atrás. La morbosidad no es otra que la posibilidad, explícita en esa contabilidad, de que vuelva a repetirse un atentado terrorista de similares características justo en la misma fecha, un año después. No, de similares no, sino de peores características, porque las obras del terror nunca pueden producir menos horror del producido con anterioridad: se desacreditarían. Los sentimientos, en la realidad prensada, están umbilicalmente unidos a la contabilidad. Frente a la memoria reciente de la gran catástrofe, ¿quién pasará sus ojos por los tenebrosos destinos de las víctimas del dictador guineano bien visto y saludado en la Moncloa y en el Elíseo, el líder carismático –como el caudibaraquito Aznar-  Obiang? Matar por hambre y  por falta de asistencia médica a opositores políticos previamente torturados debe de ser un pecado venial para los gobiernos demócratas europeos, y simplemente una torpeza política, ni siquiera pecado, para el goppierno del caudillito, que mantiene un silencio expresivo como un tratado con infinitas notas a pie de página. Sorprende bastante a Clonista que un recordatorio de tanta trascendencia como el comunicado por Benegas sólo haya merecido el espacio prensado de una Carta al Director, en vez de un artículo de fondo, una entrevista e incluso un viaje a la hemeroteca del propio diario de referencia de Clonista para satisfacer exhaustivamente la necesidad de información precisa que el recordatorio ya incluye, si bien escuetamente. La decisión de oponerse a la legalización de HB, resuelta administrativamente por Barrionuevo –un represor antidemocrático para El País, que lo eligió como la bestia negra contra la que luchar durante casi toda su gestión ministerial-, fue revocada por una decisión del Tribunal Supremo, es decir, por la instancia a la que vuelven sus ojos implorantes los ilegalizadores. La realidad siempre es, por definición, inabarcable, y muy a menudo ininteligible. La resignación a vivir “descolgado” de buena parte de lo que sucede se lleva mal cuando alguien se disfraza con la castradora vestidura talar de clonista y aspira, ¡además!, a identificar la realidad, ¡ahí es nada!, casi a levantar acta y dar testimonio de su existencia, o de su ficción, que viene a ser lo mismo. A estas alturas de año calendárico, a Clonista ni se le ocurre hablar de límites de la realidad, naturaleza de la misma, multiplicidad de ellas o trampantojos varios, pero es evidente que si ha de escoger la verdadera realidad, por encima de las decisiones bushamericanas o los vaivenes bursátiles cuyo aleteo de mariposa deja maltrechos tantos destinos individuales a los que golpea como les llegaba a los personajes de la tragedia griega la fatalidad,  escogería la escena que tuvo lugar en una playa de Barbate. Entre los inmigrantes desesperados que llegaron en patera hasta ella lo hicieron una madre nigeriana y su hija de seis meses de edad. La madre llegó exhausta y la pequeña lloraba desconsoladamente porque tenía hambre. Una enfermera de Protección Civil le pidió a una bañista, María Isabel Caro, un biberón como el que le había acabado de dar a su propio hijo, de dieciocho meses, para alimentar a la niña. Como rechazaba la tetina del biberón, sin duda por falta de costumbre, María Isabel se la puso al pecho y la niña mamó que era un contento. ¡Esa es la única realidad que merece su nombre alto, sonoro y significativo! A Clonista, que es padre, pero que siempre ha envidiado a las madres –si se inventó la tontería de la envidia del pene, ¿no podría haberse inventado algo bastante más serio como la envidia de la maternidad?-, se le abrieron las carnes de la emoción, porque supo, mientras leía la noticia, los muchos caminos del azar inescrutable que se cruzaron en aquella playa para producir el milagro cotidiano de la solidaridad que no existe, pues no hay prensa donde se estampe, salvo excepciones. Al volver la página, sin embargo, la otra cara de la realidad, una de las muchísimas que tiene, pero tal vez una de las más sombrías, abofetea al clonista y le vierte en las mismas carnes que antes abriera la emoción un chorro inmisericorde de salfumán: “Cuatro detenidos, 2 de ellos menores, por matar a palos a un vagabundo.” Los detalles sórdidos añaden que el robo fue la causa, y el “efecto personal” una billetera que estaba vacía, pero por la que luchó como quien lo hace por la esperanza, pues, para él, en aquel instante crucial de su vida debió representar la posibilidad de tener dónde meter el fruto de los buenos tiempos que no habrían de tardar. Murió a estacazos y, al final, el botín se redujo a un anillo, muy probablemente de escaso valor. El mendigo, búlgaro, ocupaba un banco de un parque y era de talante pacífico, según los vecinos de la zona. Para sus agresores, sin embargo, su bulgaridad y su soledad lo convertían en lo más cercano a un animal rastrero y dañino. ¿Una rata? Por ejemplo. Tras meses y meses no dándose por enterado de la bodísima  -acontecimiento que alcanza el rango de “episodio nacional” de la Moncloa de los Milagros que nadie nunca escribirá-, El País, sale, pocos días antes del enlace, con un despliegue informativo que da algo más que pelos y señales sobre el ¿evento? Y hasta invento, desde luego. Da para sainete, si siguiera el género vigente. ¿Acabará dando para una  morancada? Quizás sea, entre los dos o tres posibles e imposibles, su único destino espectacular, si el felpudismo reinante en TVE no se descuelga con un reportaje en Informe Semanal, algo que se sale de lo posible y lo imposible y cae del lado de lo caudillable. Ya se verá en qué queda la cosa.  En Francia la derechona se ha puesto el casco policial y pretende meter en cintura a la sociedad a golpes de leyes como la aprobación veraniega de la rebaja de las responsabilidades penales a los 13 años. “Depositarios de la autoridad pública” serán, a partir de ahora, todos los profesores, y no sólo los directores de los centros educativos. En consecuencia, cualquier vejación verbal a un profesor puede acarrearle al infractor una pena de hasta seis meses de prisión. Junto a ese paraguas, que puede parecer excesivo a quienes no lidian cada día con mozalbetes de todo pelaje, el gobierno de Chirac anuncia una reducción de plantilla cercana a los 3000 puestos de trabajo. Las novedades cinematográficas, a las que el clonista presta infinitamente más atención que al cansino y aburrido serial hebdomadario del fútbol –por más que esté dispuesto a reconocer que ese serial tiene una capacidad inverosímil de generar realidad y adicción-, son anunciadas como promesas que luego suelen defraudar a quienes aún distinguen la crítica de la propaganda. Lo mismo pasa con las novedades literarias y con cualesquiera novedades que sólo tienen de tales el hecho de aparecer. Que Patrice Leconte recobre el pulso de El señor Hire y de El marido de la peluquera les suena a gloria al clonista, y a su Conjunta. Tampoco parece un desperdicio Nackt (Probablemente Desnudos en castellano) de Doris Dörrie, pero todo se verá. Lo que ya se está viendo es que la nueva caída  de Wall Street, más propiamente Tabique Street, lucrará a cientos de vivos y espabilados a costa de cientos de miles de ingenuos y pardillos. La realidad de los dineros públicos admite alguna leve transparencia que contrasta con la opacidad de los dineros privados, a veces inexpugnable incluso para los controles estatales. Las subvenciones del gociuerno de Pujol a la empresa propietaria de Opening, que ha quebrado por bastante más de la mitad a quienes se han entrampado con un crédito para pagar los cursos de inglés que ofrecía, además de a sus propios trabajadores, habrán de ser explicadas en el Parlament. Lo que no se sabe es qué contendrá la plica, además de las exculpaciones de rigor. ¿Realidades o ficciones contables? ¿Proteccionismo económico o amiguismo? ¿Pallerolsadas o puro y simple despilfarro prepociutente?

jueves, 5 de noviembre de 2015

3-9-02

     Tras el primer día de vasallaje laboral, ¡qué palidísima realidad le parece a Clonista la realidad prensada a la que se aboca cada día para extraer de ella la conciencia de existir dentro de un entramado cuya naturaleza aún sigue escapándosele! Quizás sea, como ya intuyó, la misma del tiempo, o la inverosímil de los deseos. Quizás ni tenga naturaleza. Tal vez la realidad sea solo el estrecho espacio de una palabra sin referente. Pudiera ser. Su índole circular, aburrida como la de los años futbolísticos, en los que, de temporada a temporada, nada cambia, no dice mucho a su favor; pero Clonista no ha iniciado esta aventura para defender a la realidad, ni para reivindicarla. La clónica del año 2 la busca, y a menudo la encuentra, si bien parapetada tras disfraces que, en vez de ocultarla, la desfiguran. Chirac y Blair se llenan la boca de propuestas humanitarias para ayudar a los países pobres y, sabedores de la mala mano que llevan, juegan de farol, como ocurre con la propuesta chiraquiana de la tasa mundial contra la pobreza, eco, se supone, de la famosa tasa Tobin. Al menos andan por donde se cuece el descontento y se les sacan los colores de la vergüenza a los países ricos; porque su homólogo Aznar ha preferido quedarse en el bodorrio de nuevos ricos con que ha querido obsequiar a su hija antes de desalojar el inhóspito Palacio de la Moncloa. ¿Duda alguien de que muy otros hubieran sido algunos de los invitados a la bodísima, de haberse celebrado estando el padre de la novia fuera de la Moncloa? Se sigue tensando la situación prebélica y Rusia amenaza con desmarcarse de la iniciativa usamericana, alegando que un ataque así “solo conduciría a una desestabilización  política en toda la región”, lo que significa... ¿qué diablos significa? Considerar estable una región que incluye la guerra israelí-palestina, la represión iraní y turca contra los Kurdos y el desastre libanés, entre otras guindas, parece un caso de ceguera política aguda, desde luego. A Clonista le llama la atención la ironía finísima de uno de los jueces que juzga a Milosevic: “su salud es esencial para esta sala”, le dijo, tras recomendarle que requiriera la ayuda de un abogado para aliviarle algo la tensión que puede incluso acabar con su vida, dados sus problemas cardiovasculares. Fina y cruel, desde luego, aun a pesar de su intención moralizante. José Luis Molinuevo se extiende en un enrevesado e indecantado artículo sobre la relación entre el arte, la política, la propaganda y la responsabilidad, a propósito del posible perdón que, sin embargo, y a pesar de haber cumplido ya cien años, no parece merecer la cineasta de Hitler, Leni Riefenstahl. ¿Es la persecución de la belleza suficiente excusa para disculpar la colaboración con ideologías genocidas, a las que tan hermosa propaganda se presta? Que esa estética haya sobrevivido, que aún siga formando parte de nuestra sociedad, de lo peor de nuestra sociedad, ¿exime a la cineasta de su responsabilidad intelectual por no haber denunciado un régimen de terror como el nazismo? Que aún hoy, según parece, ponga en entredicho la existencia del holocausto lo dice todo, y en esa mentira no hay ni un ápice de belleza. A su manera, tan colaborador del terror es Atutxa, antaño achuchado  por los bombistas, cuando era jefe de la policía, al dar por sentado que la ilegalización de facto de B no atañe al grupo parlamentario de B, el cual seguirá actuando con todas las bendiciones del presidente del Parlamento vascongado, por si, en algún momento, dado que el consorcio tripartito no tiene mayoría absoluta, los mocetones pudieran descuidar algún votillo de esos a los que no se pregunta de dónde vienen y que, como el dinero, ni huelen ni tintan de sangre. De Chaves suelen destacarse sus ya famosos tropiezos verbales, los “minoyes” entre otros, una afección más común de lo que parece, y bien lo sabe Clonista, que la padece, por eso le ha parecido un esmero notable la frase con que resumió la diferencia entre el PSOE y el PP a la hora de gobernarse democráticamente: “En nuestro partido todos elegimos a uno, mientras que en otros uno elige a todos.” Bien chavisto, desde luego, y ajustadito a la realidad, como bien lo sabe Lucas, no el proverbial, sino el lacayo de Aznar. El ex alcalde de Benidorm presenta un plan para luchar contra los malos tratos a las mujeres y copia, según parece, el proyecto de ley presentado por los socialistas en el Congreso. ¿Votará próximamente a favor de él o lo rechazará alegando que él tiene otro mejor? Si hay un pacto para no hacer electoralismo del terrorismo, y el PP lo ha incumplido sistemática y deliberadamente, ¿puede esperarse que las ayudas a las mujeres maltratadas escapen de ese juego diavótico? Que las guarderías públicas sólo cubran el 50% de la demanda ha sido una gravosa carga que Clonista conoce bien y por duplicado, pues a las nulas ayudas a la familia, y menos a las de hecho, se suman las inexistentes para la escolaridad. Se trata, pues, de un país, éste, que se sorprende de estar a la cola mundial de los índices de natalidad, cuando se trata de una realidad nada sorpresiva, dada la lucha ecónomicotormentosa que supone sacar la prole adelante. Rábago ha vuelto, El Roto ha devuelto a la realidad su espejo más fiel: “¿A cuántos sabios nos sale un futbolista?”, se pregunta. ¿Y a cuántos accidentes laborales nos sale lo que se gasta el gociuerno en publimascidad, tres veces más en lo último que en prevenir los primeros?, según denuncia acertadísima de Joan Saura, quien ahora sí que acierta con la política que verdaderamente tiene que ver con la realidad. Sigue el modelo Zapatero, por supuesto, pero bien está imitar aquello que acerca lo políticamente real a la realidad de la polis. ¡Por fin volvió, con la apertura del curso político, la polémica sobre la fantasmada maragalliana del Fórum 2004. La carga de profundidad la han lanzado los antropólogos, reunidos en congreso en la ciudad de Barcelona. El portavoz de la organización del congreso, Manuel Delgado, ha arremetido contra el absurdo de una convocatoria sobre cuya solvencia intelectual y científica tiene más que serias dudas. Clonista supone que el hecho de que los antropólogos como especialidad no hayan sido buscados para garantizarle al Fórum la solvencia en entredicho no tendrá nada que ver. La crítica acerba de Delgado llega al extremo de convertir sus propuestas en una suerte de contrafórum, pues frente a la operación urbaninmobiliarioturística del Ayuntamiento, pretende Delgado que los asistentes a su congreso conozcan la plaza André Malraux  o el Forat de la Vergonya, en vez del distrito 22@, por ejemplo. La crítica, a pesar de los rasgos anecdóticos que señala Clonista, es de fondo, conceptual. Como ya han quedado expresados todos los escepticismos que Clonista alberga frente a lo que le parece, en el mejor de los casos, una gran Expo folclórica, no abundará en lo que los antropólogos censuran con perspicacia: “Las culturas son realidades dinámicas, no contactan sino que son contacto e interrelación; por ello hablar de contacto de culturas no tiene sentido.” Lo escrito. El anuncio de la aparición de un nuevo disco de Paco Ibáñez siempre es una realidad placentera. En esta ocasión, el vasco canta a José Agustín Goytisolo. Clonista, que es Ibáñezadicto, musicalmente hablando, espera la aparición del CD con ansiedad. Eso sí, no se le pasa por alto la redacción –de Agencias- que amplía la noticia y da noticia de la muerte del poeta: “murió, el 19 de marzo de 1999, a los 70 años, al desplomarse desde la ventana de su casa en Barcelona.” ¡No tiene precio, ese desplomarse con cursivas de Clonista y cursilería eufemística del redactor” Lo que sucede es que en una ciudad como Barcelona, donde se desploman los balcones con una frecuencia excesiva, una redacción así resulta hasta casi ofensiva. El insulto, también ofensivo, como corresponde, es el anuncio que ha hecho el goppierno de las próximas subidas de las tarifas telefónicas. Ahí está Piqué, oscuro y maniobrero hombre rosáceo de empresa, dispuesto a reconocer la necesidad de Telefonica (sin acento, lo cual le confiere esa pueblerinidad forgiana, tan propia de la empresa como del goppierno) de volver a la senda de los beneficios, y a ello se aplica el piqador por delegación del caudillito. ¿Quién convenció a Rosa Montero de que había de convertirse en la voz de la conciencia de la democracia española? Sus indignaciones, previsibles y prelegibles, pasan de las gruesas acusaciones deshumanizadoras, los “cerdos”, a exigir, ¡nada menos!, “que se les caiga el pelo” a los “canallas” esclavistas. No está de más acusar, pero el “yo acuso” debería sacudirse la cólera que ciega y obnubila y sustituirla por la cólera apodíctica. Clonista, sin embargo, peca de atrevido, sin duda. Algo tendrán las vacas sagradas cuando lo son.

miércoles, 4 de noviembre de 2015


2-9-02

     Ya no hay excusas agosteñas. Ahora va en serio. Y ahí está la realidad en toda su plenitud: Ronaldo renuncia a cuatro millones de euros anuales para jugar en el Madrid. Arenillas de Aznar coge protagonismo y ofrece traspasos negociados a Ibarretxe, un poco más suave en sus modos y en sus Ibarretxulerías de hechos consumados. Lo de las barbas del vecino ha causado su efecto, desde luego. Lo intuido: el año después del 11-S puede ser un mes de realidad prensada, que se inició con el recuerdo de las víctimas españolas, seguirá con análisis y más análisis, noticias colaterales, como el despiste de los servicios de inteligencia sobre el antiguo aliado Bin Laden y acabará con todo aquello que pase por ahí mientras dure. Tras 33 años en el poder, el rebelde Gaddafi afirma que su estado particular ha dejado de serlo, rebelde, y que ahora va a aceptar la legalidad internacional, hasta el punto de reconocer incluso al “estado sionista”. El primer paso fue aceptar el pago compensatorio a las víctimas por el atentado aéreo consumado por sus terroristas en tierras británicas; el segundo, según su propio anuncio, ha sido el encarcelamiento de los libios enrolados en Al Qaeda. ¿Quién puso de moda política la lastimera canción de la petición de perdón? Ahora la entonan los socialistas franceses, a la búsqueda del electorado perdido. La crónica reposada sobre las inundaciones en centroeuropa y en Alemania obvian la tendencia de la especie a instalarse en las riberas de los ríos, con esa suerte de confianza omnipotente en que el símbolo de la vida no acabe con las de quienes se acercan a él. A muchos quilómetros de vergüenza y de devastación, sin duda, se halla el origen de esos desmadres. La petición de reforma del Estatuto de Guermica, hecha por Ibarretxe en uno de los típicos saltos hacia delante para esconder la basura terrorista del presente bajo la alfombra del ideal soberanista, amenaza con convertirse en un nuevo victimismo, primo hermano del reflejado en la fotografía de la pancarta que encabezaba la protesta “particular” contra la ilegalización de B: “The basque country is a nation! Stop to the fascism!” ¿Quién a estas alturas terroriborroqueñas creerá, en esas tierras extranjeras a las que se dirige la pancarta, que el fascismo lo representan los partidos constitucionalistas? La propaganda suele ser cabezona, o caboinazona, en este caso, pero no advertir las evidencias cae ya del lado peligroso de las patologías mentales. Está visto que cualquiera está dispuesto a reclamar su cuota de protagonismo en la barahúnda armada. El jefe antiterrorista de la policía vascongada, sin demasiado trabajo hasta el momento, dice en la prensa francesa que la ilegalización de B sólo servirá para que sus militantes se clandestinicen, muchos pasen a ETA y todos le  hagan más difícil el trabajo a la policía. ¿Qué trabajo? A la vista del paisaje después de la batalla, saldada con un detenido que fue puesto en libertad sin ser llevado ante el juez, no parecen muy sensatas ni congruas las declaraciones del señor Ormaetxe. La otra guerra, la del agua, sigue su curso. El gobierno murciano reconoce que, en una región desértica como la suya, siguen creciendo los cultivos de regadío de forma imparable, gracias al agua importada vía PHN guppernamental, aun a pesar de que, desde 1986, están prohibidos los cultivos intensivos. La Cumbre de la Tierra se ha convertido en una suerte de Expo ecológica a la que van los gobiernos estatales, regionales y hasta municipales, como en el caso de la premiada Calvià, para hacer propaganda de sus bondades y, por supuesto, de su existencia. El acceso al agua potable –versión global de la guerra nacional ibérica- y a las fuentes de energía acaban siendo problemas irresolubles para tantas mentes lúcidas y activistas bien intencionados como allí se han reunido. ¿Cómo puede ser considerada realidad prensable la realidad a voces de las beneméritas y generosas ayudas vía gociurnamental, esto es, con el dinero de todos los contribuyentes, sean nacionalistas o no, al cadavérico y al tiempo bulímico AVUI? La excepción cultural catalana sigue cuadrurampante. ¿Será parte de la misma la exigencia de una formación y titulación específica para los portegorilas de discoteca? ¿Abrirán cabezas y romperán costillas  ahora con precisión quirúrgica? Clonista creyó que el primer día oficial de la vuelta a la realidad pura y dura tendría una enjundia y un espesor de realidad que identificaría enseguida. Lo cierto es que, como viene advirtiendo desde hace ocho meses, la propaganda se come lo real y a Clonista no le queda sino reseñar el eco de los regüeldos de aquella, si es que quiere cumplir con su reto y hacerse creer que su aventura tiene algún provecho. Pasear por las calles es la mejor prueba de que agosto no ha existido; contemplar los rostros de la lucha por la vida, el paradigma de que agosto ha sido una invención diabólica. El propio Clonista, sujeto al síndrome depresivo del comienzo de curso, sabe que no hay más realidad que la que arde. Y ahí está, más pirado que nadie.

martes, 3 de noviembre de 2015

SEPTIEMBRE
1-9-02

     Se inicia el último cuatrimestre. O un nuevo curso académico. Es decir, comienza el enero laboral de Clonista, el de los buenos propósitos de enmienda, el de los “¡hasta aquí hemos llegado!”, el de los ¡borrón y cuenta nueva!, pero Clonista, uncido a su yugo aventurero, poco nuevo puede proponerse, y menos aún realizar. Bastante tiene con no arredrarse para no renunciar a su interminable aventura inemocionable. Los domingos, con mucho, son los peores días. Una y mil veces ha dicho que la realidad dominical está hecha de pausas y realidades prensadas en conserva, de las que tanto sirven para febrero como para julio, entrevistas incluidas, como la intrascendente de Espada a Bofill. Imposible razonar de forma inteligente con quien solo está dispuesto a recibir el elogio que, tal y como está el patio, prefiere autohacerse, antes de que le llegue de quienes, al parecer, se lo niegan. Eso tiene la vanidad: siempre se echa de menos el elogio de quien lo escatima, el que se prefiere a todos los demás, por muchos y buenos que sean. Tras un mes usando el ordenador portátil, Clonista le ha cogido el gusto y se ha instalado en la mesa de mármol de la cocina, un rincón en el que puede trabajar con la tranquilidad del escudo que representa la emisora de música clásica de RNE, auténtico valladar que, a fuer de sinceros, no siempre impide la invasión infantil, pero la dosifica hasta el punto de no percibirla como una molestia. Otra cosa son los aromas tentadores que, a un sometido a la dictadura de una dieta hipocalórica, generan una tensión gustativa difícil de sobrellevar con la tranquilidad mandibular correspondiente. A pesar de iniciarse el curso político, la festividad dominical le confiere a este 1 de setiembre una relajación que explica el despliegue informativo de la marea que se avecina: la conmemoración del atentado contra las Torres Gemelas. A Clonista le sorprende que a diez días vista se inicie semejante despliegue informativo. Supone que les dan la razón a quienes piensan que el 11 de setiembre constituyó el primer día del siglo veintiuno. Al rebufo de esa conmoción, Inglaterra e Italia están dispuestos a conceder a Usamérica la inmunidad diplomática que pide para sus fuerzas militares desplegadas por todo el mundo. Europa, pues, sigue lejísimos de la famosa voz única en asuntos exteriores; como sigue igual de lejos de convertirse en una auténtica superpotencia. ¡Ah, qué poder el del amigo usamericano! En tanto que día de análisis varios, hoy le toca el turno a la voz autorizada de la referencia prensada de Clonista, Javier Pradera. Del empinado Sinaí opinante desciende la luz que ilumina, en esta ocasión, la enrevesada realidad vascongada. Ahora bien, en todo el artículo no se mencionan ni una sola vez los artículos bien fundamentados jurídicamente que Pérez Royo le ha dedicado a la cuestión. Con esta premisa, ¿qué puede aportar esa sólita luz? Bien poca cosa, en verdad, al margen de la complacencia acrítica con lo actuado hasta el presente. Siempre en rincones, hasta que la acumulación de noticias idénticas la lleva al primer plano del que no tarda en desaparecer, la trata de esclavas sexuales ocupa espacio reservado en el mapa de la realidad. Lo que podría llamarse el sexo alternetivo en locales infames con mujeres esclavizadas, ¿cómo es posible que siga teniendo clientes? Cierto que buena parte de los clientes habituales debe de ser auténtica escoria esclavista, ciega a cualquier situación de explotación, y que a un local así no se va con la conciencia cargada, sino con la libido empalmada, pero en esas auténticas ergástulas modernas se consuman auténticos crímenes contra la humanidad. ¿Por qué raZón no ha metido nunca GarZón sus jurídicas narices escarmentadoras en ellas y se ha propuesto disolver las bandas de proxenetas que parecen campar a sus anchas por toda la geografía española? No muy lejos andarán esas redes de las que no dejan de inventar venenos para que los malditos que danzan y danzan sean capaces de aguantar el ritmo frenético del cuerpo descerebrado. Muy distinta, aun siendo parte de la misma realidad, es la juventud que se ha manifestado en Johannesburgo para pedir la erradicación de la pobreza y la consecución de objetivos sociales tan básicos como los resumidos por el presidente surafricano: “trabajo, dejar las chabolas y vivir en casas, agua potable, buena salud y educación”; objetivos que ni dando todo el siglo recién iniciado de margen se conseguirán. Antes es posible que la parte rica de la humanidad haya causado daños irreparables al planeta. En Cataluña, por ejemplo, la contaminación ha crecido un 50%, según un estudio de la Asamblea de Entidades Ecologistas de Cataluña, con datos que, tras una lectura superficial, necesitarían ser contrastados con algunas otras fuentes. La contaminación lingüística, por ejemplo, no deja títere con cabeza ni castell con anxaneta, a juzgar por esas “nueve construcciones de la gama alta” que han culminado los Castellers de Vilafranca. La cursiva indicativa es de Clonista, por supuesto, pero pide disculpas por el desliz pedagógico. Desaparecida, afortunadamente, la Revista de Agosto, el cuadernillo Domingo inicia la temporada política con el apasionante tema de la sucesión del caudillito. Y entre los grandes reportajes sobre los “temas de nuestro tiempo” destaca la crónica del declive de la iglesia católica en Iberoamérica (America Latina para el galicista Aznárez) y el ascenso de las confesiones protestantes. Paseando por el suplemento Negocios, es decir, pasando las hojas, Clonista halla un titular hiriente: “La banca gana en el río revuelto de los mercados.” Gratamente sorprendido se queda Clonista al ver a la ministra de Asuntos Exteriores posar para la entrevista de contraportada con una peluca dieciochesca, un gesto de mercadotecnia política  que la honra.

lunes, 2 de noviembre de 2015

31-8-02

     Por una de esas jugadas malévolas de la informática, a Clonista se le ha borrado la clónica mediada del presente día, cuando había hecho un derroche de imaginación, paciencia y piedad sincera. Decía en el anterior principio que a día de hoy, un sábado plácido y lluvioso en la propia casa, de la que llevaba descasado más de un mes, y dado su compromiso, no disponía de la libertad suficiente para tomar una decisión que sólo ha conseguido aplacar hasta el uno de enero de dos mil tres. Y decía que aplacar era una errata evidente, pero que la dejaba porque era bastante más fiel a la realidad de su estado emocional y psicológico que el vulgar aplazar. Curiosa situación, la de rehacer lo hecho durante casi una hora de atención a la realidad prensada. Pues a ello. Desde la primera plana, Clonista ya se percató de que lo más cansado de su aventura no es la atención constante a la realidad, sino el hecho de saber que ésta no es más que un engaño contra el que Clonista, como cualquiera, se ha de precaver. Ahí estaba para demostrarlo la práctica usamericana de subvencionar a sus empresas para exportar más y mejor, esto es, a precios contra los que resulte imposible competir. Un tribunal de la Organización Mundial de Comercio ha fallado contra Usamérica y ha autorizado a Europa a imponer sanciones de hasta 4000 millones de euros. Lo sorprendente es que Europa no se anime a imponer la totalidad de la sanción. Tratándose del comercio ya se vio ayer que los criterios se relajan hasta lo inverosímil. Más engaño seguía siendo, por ejemplo, el que a los trabajadores de larga duración y ningún futuro en la Italia meridional se les llame “socialmente útiles” para darles la caridad de unos 400 euros mensuales. Uno de ellos, con seis hijos, decidió quemarse a lo bonzo en el patio de su ayuntamiento. En el primer mitin electoral argentino, el efímero presidente Rodríguez Saá, que le cogió, perdón, que le tomó gustito al puesto y quiere repetir, se leyó la adhesión telegramática y bolivariana de Hugo Chávez: el Luna Park bonaerense se vino abajo. Y eso que ya han tocado fondo. Hastiado de la realidad repetitiva de la ilegalización de B, machacona hasta decir basta, sólo le faltaba a Clonista que Arzalluz se subiera al púlpito –porque él no sabe hablar a la altura de los demás mortales, mirándoles a los ojos, sino sobre ellos, imponiéndose– y se empeñara en iluminar las tinieblas de sus recioraciales seguidores. Excesivo para cualquiera, se lea como se lea. Tras una entrevista con su homólogo británico, Palacio se ha puesto chespiriana y ha optado, desde Elsinor, por la vía hamlética de la duda sobre el futuro de Gibraltar, en vez de piquear unas esperanzas de reincoporación al suelo patrio inminentes. El caudillito va picando aquí y allá para ver dónde halla algo que le permita pasar a los libros de Historia de España por algo más que por su afición al déficit cero y a rendir pleitesía a los poderes fácticos, amén de por su genialoide sentido del humor, claro está; en vista de que lo de pasar a la Historia de la literatura española anda algo más que crudo, poéticamente hablando. La Junta de Andalucía ha sufrido un buen varapalo judicial por pecar de alarmista y paternalista. Los dos padres que han conseguido la devolución de su hija, tras ser acusados de maltratarla, cuando en realidad se cayó, han denunciado al médico que alertó sobre los posibles malos tratos y a la Junta que no creyó ni a la niña ni a los padres. El exceso de celo puede provocar situaciones dramáticas, pero Clonista desconfía de que la justicia repare el daño sufrido por los padres. Ya se verá. La realidad prensada insiste tanto sobre esas situaciones violentas que quizás las autoridades prefieran pasarse que no llegar, para no ser acusadas de negligentes. Los esfuerzos de Vivendi, vendiendo esto y lo otro y lo de más allá para sobrevivir le recuerdan a Clonista los lejanos tiempos de su infancia y las partidas de Palé, cuando pasaban su exorbitante  factura aquellas estancias hoteleras en la calle de Alcalá, por ejemplo, y tenía uno que deshacerse de excelentes propiedades para no ser echado del juego. El Rummikub no es tan cruel, aunque sí igual de decepcionante, como siempre que el azar tiene un peso excesivo en el desarrollo del juego.
30-8-02

     Hoy, tras un día de viaje que nos devuelve a casa, de la que llevamos más de un mes ausentes, Clonista apenas tiene fuerzas para meterse en su particular camisa de once varas. Al mediodía siguiente la realidad ya se ve distinta. No obstante, una acometida de la alergia colinérgica que padece Clonista, y que le ha mantenido en vela desde las 3 hasta las 4’30, le ha permitido, por lo menos, acabar de leer la realidad prensada del día y tomar nota de lo que habría de aparecer en esta clónica del día de hoy, penúltimo del mes y ya lleno de la dura realidad de la inmediata reincorporación laboral, entre otras varias. La realidad prensada sigue construyéndose alrededor de B, como muestra gráficamente la fotografía del día, rodeada de asuntos tan dispares como el fracaso del bloqueo de las cuentas bancarias de Al Qaeda, el insoportable ascenso de los accidentes laborales y la sólita declaración maragalliana de plantearse en serio la evolución de la Constitución (la cursiva es de Clonista, pero bien podía haber sido del propio Maragall, que conste). El retrato de Luis Carandell, sin premio institucional alguno que hubiera podido tocarle en suerte, hace presagiar lo irremediable, como así ha sido. Una lástima. Clonista ha pasado muy buenos momentos leyéndolo y escuchándolo, y ha aprendido lo suyo a conocer la intrahistoria de este país a través del magnífico Celtiberia Show, una crónica carpetovetónica impagable, cuya última descendencia ha sido el celebrado Florido Pensil, entre otras. A Bush se le complica el ataque contra Irak, no por méritos defensivos de Sadam, sino por los escrúpulos diplomáticos de Europa, que se han agarrado a la necesidad de que la ONU dé el visto bueno. Hoy sí que la realidad se ha manifestado con toda su crudeza inescrupulable: las autoridades alemanas han confiscado dos contenedores de material militar israelí que iba a ser vendido a Irán. ¡A Irán, nada menos! Pues así es la realidad. Si lo que parece impensable y abominable fue cierto, que Hitler tuvo admiradores y seguidores judíos –por cierto, Clonista tiene pendiente una película, The Believer, americana, que narra un caso parecido–, no menos evidente es que hay comerciantes judíos dispuestos a venderle lo que sea incluso al diablo. Muy ilustrativa, la realidad sucia del comercio de armas, desde luego. Ahí sí que a Clonista le ha parecido estar tocando la médula de lo real. Emilio Alfaro escribe un artículo de opinión en el que se recoge una idea muy perspicaz: el golpe contra B ha sido contundente y no tendrá respuesta, porque B había nacido para moverse, como un vampiro, en el ambiguo terreno de la legalidad. Pasar a la clandestinidad es pasar a lo desconocido, a aquello para lo que no están preparados. En la clandestinidad las fronteras con ETA aún se desdibujan más y muchos de ellos incluso pueden verse abocados, perdida su legalidad, a tener que empuñar las armas y pasar del grito al disparo o al detonador, algo para lo que quizás no estén todos preparados. No lejos de donde tienen esos problemas organizativos los de B, un crimen pasional apenas habría de despertar el interés prensado. No ha sido así y G.P.C, alias El Vargas, fue detenido tras haber asestado numerosas puñaladas a su compañera sentimental. ¿El reconocimiento? “Se le fue la mano.” En la excelente novela de Raúl Guerra Garrido, Tantos Inocentes, en la que se recoge otro asesinato, de muy distinta índole, se ofrece una misma explicación por parte de los asesinos. Esa creencia a pies juntillas en la capacidad de control de la mano, hasta que se desmanda y pasa lo que pasa, es algo que no deja de sorprender al clonista. A los inmigrantes ya les chupan la sangre cuando logran encontrar un puesto de destajo en el negocio de cualquier empresario esclavista de los muchos dispuestos “a compadecerse de esas pobres bestias hambrientas”, pero siempre hay desaprensivos literatos dispuestos a vivir del cuento, como los que han querido hacer su agosto al propalar el rumor embaucador de que enviar una solicitud de regularización desde la sede central de Correos en Barcelona era sinónimo de obtener una respuesta positiva. ¿El negocio pícaro? Vender a 10 euros los formularios que a los inmigrantes les cuesta uno en las sedes oficiales. Hoy parece el día de la realidad a pie de obra. El precio del pollo ha caído por debajo del precio de coste. Al consumidor, evidentemente, esa depreciación no le llega ni por asomo. El productor se queja y ¿qué pide? Que se luche contra la competencia desleal de las importaciones de Brasil y que el Estado les proteja, amén de mejorar las relaciones con Marruecos, para exportar más, y costear una campaña publicitaria para promover el consumo de la carne antibiótica de pollo. Lo que  ignoraba Clonista era que, en los sofisticados tiempos de Internet, las fantasías contables, los timos gescarterienses y otras virguerías financieras, aún hubiera pardillos dispuestos a pasar 190.000 euros a Andorra cosidos a la ropa, en forros y bolsillos. Clonista aún recuerda el desfile de maletines con divisas camino de Suiza, propio del final del franquismo. ¿Será una noticia de mal agüero? Qué tristes las postrimerías de CiU, escondiendo su responsabilidad en el caso del buscador OLÉ. De pena. ¡Hay que ver las bromas del espacio! Habiendo llegado a la Agenda, Clonista ha pasado la vista rápida a que está acostumbrado, y como a menudo la Vida Social y las Necrológicas cambian su colocación en la página, ¡menudo susto al ver la imagen familiar y simpática de Juan Cueto, en foto tamaño carné! Enseguida ha comprendido que una necrológica así se merecería un despliegue incluso mayor que el dedicado a Luis Carandell, pero ese pensamiento ya pertenecía a milésimas de segundo alejadísimas de la primera impresión despreocupada y rutinaria. Los accidentes laborales, ya metidos en asuntos necrológicos, ascienden porque las empresas no realizan la evaluación obligatoria de los riesgos propios de cada actividad. ¿Y los inspectores? Al servicio de los datos macroeconómicos, faltaría más. Clonista ya dejó escrito que no solía internarse por el suplemento Tentaciones excepto casi tan de pasada como suele hacerlo por el paisaje prensado de la Agenda, pero hoy, que lo ha hecho con más detenimiento al acompañarse de él en el cuarto de baño para aliviarse del vientre, se ha encontrado con la pifia mayúscula de haber adjudicado La semilla del diablo a John Casavettes, en vez de a su auténtico creador, Roman Polanski. Que aquel fuera su excelente y diabólico protagonista no lo convierte en el director. Probablemente el articulista desconoce la faceta fecunda y excepcional de Casavettes como director, con películas tan excelentes como Un niño espera, Noche de estreno y Gloria, entre otras. Errores así los puede cometer cualquiera, desde luego. Al fin y al cabo, ¿no es la propia realidad un error descomunal? Pues eso.

domingo, 1 de noviembre de 2015

29-8-02  
La gallina de los huevos de oro es el oscuro asunto de la ilegalización de B, y va a poner la tira. No habrá día que no haya una u otra realidad relacionada  con B y su desaparición en la primera plana. Hoy, además, ha merecido los honores de la misma un apagón televisivo de tres horas en Madrid. ¡Tres horas sin televisión! Debieron vivirse momentos de pánico y desesperación, sin duda. ¿Aparecieron aquellos cartelitos de la niñez de Clonista,  quien pertenece a la primera generación televidente del país, con su inalterable petición de disculpas y el ruego de que se permaneciera atento a la pantalla? Lo anecdótico no puede apagar, sin embargo, la realidad sustancial del día, que pasa por el enfrentamiento entre B y el PNV por actuar éste como instrumento de la legalidad vigente. En un rifirrafe que presagia, quizás, la desaparición de la tregua que mantenía ETA respecto del PNV, los peneuveros acusan a los bes de ponerle “alfombra roja” a la labor desalojadora de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y resistirse a mordisco batiente ante la ertzaintza “para desprestigiarla.” ¿No será que intuían los bes la gustosa, precisa y justificada contundencia con que serían desalojados por los policías y los civiles si se les hubieran resistido? Aunque algunos policías vascos arreaban con ganas, ciertamente, como señala Peridis con inequívoco placer en su tira. Y es que hay poco cristiano de la otra mejilla en este país, y el primero de ellos Setién.  Poner la otra cara, sin embargo, la de la “emancipación nacional”, para recoger votos de B, sí que lo ha sabido hacer el inefable Egibar, desde luego. Lo sustancial del día, con todo, es el análisis jurídico que hace Pérez Royo de la actuación de GarZón. De hacerle caso, asistiremos, andando los lentos y perezosos tiempos judiciales, a una nueva pifia del jueZ estrella. Royo es convincente y desapasionado, al tiempo que es sabido el desprecio que siente hacia los totalitarismos, el de ETA el primero. A Clonista, atento siempre a la letra pequeña, no le pasa inadvertido el titular desmadrado que el culto a la personalidad de los veloces paisanos de pro –es decir, de prisa devotos- ha puesto sin rubor alguno en el plumín del plumífero: “Manuel Rivas ilumina la vida de A Coruña desde el faro de la Torre de Hércules.”  ¡Ahí es nada el poder demiúrgico del cuentista! En cuanto a lo de A Coruña, sobre lo que no recuerda Clonista haber leído ningún dardo de Lázaro Carreter, ¿pues qué decir que incluso los de La Coruña no hayan dicho ya, hartos de soportar tamaña estupidez toponímica en castellano? De la amplísima realidad, extramuros de B, Clonista observa un curioso “barómetro”, el de la corrupción mundial. ¿Cómo se identifica ese cáncer de la democracia? El índice “se basa en diversos sondeos de opinión entre empresarios y analistas internacionales sobre los niveles de corrupción a escala internacional.” No parece un criterio muy sólido, sin duda, pero tampoco es muy difícil intuir que las conclusiones no andan muy lejos de la realidad. De lleno en ella está, sin embargo, la polémica sobre la obligación o no de los periodistas de colaborar con la justicia. Una periodista de la BBC, sin embargo, se ha atrevido a declarar contra Milosevic en La Haya. ¡Lo que está costando algo que parecía tan evidente, como probar las responsabilidades asesinas de quien se defiende como gato panza arriba! Hoy aparece un comentario a la noticia ¿de ayer?, ¿de anteayer? Clonista sufre lo suyo con esta desorientación temporal. Bien, el caso es que la mujer de Joaquín Almunia protesta, vía carta al director, por la fotografía que publicaron de ellos en la playa, cuando se cruzaron, como suelen cada día, con el matrimonio Zapatero. La señora Mila Candela -¿acaso Milagros?- ve en la selección de la fotografía un caso de amarillismo periodístico, por la frivolidad subyacente, o subliminal, que se decía antes y que ya parece haber dejado de decirse. Posiblemente. Que un pícaro se haya aprovechado del prestigio ético de las ONG para fundar una que le servía de tapadera para introducir droga en España, no es algo muy distinto del negociete ideado por un alcalde del PP que vendía carnés de conducir a quienes no dominaban el castellano y no podían aprobar la teórica. El alcalde tiene autoescuelas, claro. La cumbre sobre el Desarrollo Sostenido centra hoy sus esfuerzos en convencer a los ricos del planeta de la necesidad urgente de ayuda para los 2400 millones de personas que no tienen acceso al agua potable en condiciones satisfactorias mínimas. El revés sombrío de esa ausencia de agua potable es la prohibición de expender bebidas gaseosas y azucaradas en los Institutos de Enseñanza Media de Usamérica, para evitar la obesidad que se está convirtiendo en una pandemia en aquel país. Finalmente, quebrada Opening, a los alumnos se les quebrará el presupuesto pagando unos créditos que los listillos de la banca comparan con los de quienes lo piden para un coche y les roban el coche. O sea, que esto es la ley del sálvese quien pueda. Estos banqueros... Hechas las reclamaciones oportunas, quienes primero han de cobrar serán los proveedores, las deudas de mayor cuantía, y después los alumnos. Es decir, como siempre, la ley de perogrullo: a mayor riqueza mayor poder.