sábado, 2 de enero de 2016

29-10-02

     Vista a través de la realidad prensada, la realidad plural no parece estar sujeta a las variaciones del estado de ánimo que, sin embargo, sí que  padecen los mortales, y algunos hasta en exceso. Y eso resulta, a la larga, insultante. Con el día mustio e hipotensionado que sufre Clonista, augurio quizá de un cambio de tiempo inminente, o acaso una simple reacción  hiperalérgica al desbarajuste del cambio de hora, acercarse a la realidad con cierto espíritu crítico se le antoja una heroicidad. La mustiedumbre que lo acogota, como una fiebre altísima, le fuerza a contemplar la consolidada  imperturbabilidad de lo real como un carnaval paradójico. Los tropiezos protocolarios con Jatamí, por ejemplo, parecen sacados de algún guion pasablemente cómico. El secretismo soviético sobre la composición del gas letal empleado en el asalto al teatro confirma que los rehenes muertos han acabado siendo conejillos de la guerra química, al tiempo que infortunadas víctimas del trágico azar terrorista con el que, supuestamente, se ha de convivir en las sociedades desarrolladas. Ayer comparaba Clonista la victoria de Lula con la de Felipe González. Hoy, el propio Felipe González acepta la comparación y saluda al compañero Lula. Los plácemes han sido generales, más aún si se tienen en cuenta los primeros pronunciamientos conciliadores, nada revanchistas, pero inequívocamente progresistas. ¿La excepción? La Bolsa, que lo ha recibido a cara de perro, con la consiguiente bajada de rigor. Mafiosconi, que comparte risas fotográficas con Gaddafi, no ha dudado en dar el salto desde su posición a la del ciudadano anónimo que no es para ponerles pleitos a todos aquellos que han buceado, librescamente, a la busca y captura de los orígenes de su fortuna. ¡Nada menos que 50 millones de euros pide el indigente protoempresario para desmancillar su honor! Y lo hace a través de un pleito civil, no penal. La sutil diferencia es que, en el segundo, el fiscal podría investigar la credibilidad de los datos publicados y cabría recurso, mientras que en el primero todo se reduce a la petición de un resarcimiento económico. La campaña socialista contra la privatización de pphecho de RTVE acabará convirtiéndose en uno de los mejores exponentes de la apropiación indebida del Estado que ha llevado a cabo el goppierno y su partido desde que están en el poder. Algo tendrá que ver en la atonía de Clonista la jornada de huelga contra la mal llamada Ley de Calidad, que, frente al sentir de otros compañeros que han decidido no hacerla en su propio centro de trabajo, ha observado escrupulosamente. Después de leer los elogios del cardenal Rouco a la Ley, Clonista sabe que no se ha equivocado. Lo que ignoraba es que trabajara rodeado de tantos rouquistas meapilas. Peores cosas debe de haber, sin duda. El problema de la pornografía en internet es tema recurrente, pero hasta ahora no se había dicho que todas esas páginas, sobre todo las que exhiben pornografía con menores, ha de alojarlas algún portal. Terra ha decidido suprimir las páginas personales “para combatir la pederastia.” Ahora hace falta que se animen otros portales a hacer lo mismo. Las contradicciones son siempre necesarias: indican, cuando responden al movimiento dialéctico que nos informa como seres racionales, los niveles de vitalidad de una persona. Ahora bien, las hay tan insoportables que acaban teniendo una virtud casi definidora. El gociuerno y el PP se han aliado para evitar que el hijo de Pujol, alto cargo de la Administraciuón, acuda a declarar al Parlament. La cuestión es sencilla: ¿no es el Parlament la sede de la representación popular, la genuina casa del pueblo? ¿Cómo es posible que desde esas instancias políticas se tenga, de pronto, una alergia parlamentaria tan acusada? Debe de ser que la concepción políticamente incorrecta, pero válida, del Parlament es que se trata del lugar donde se impone, no donde se dialoga. Una carta de Rosalía Medina alusiva a la imposibilidad de encontrar una escuela donde su hija aprenda en la lengua de sus padres parece sacada de un museo, a juzgar por la ingenuidad con que expresa una realidad que ya fue debatida y laminada en su momento, con el oportuno respaldo silencioso de tantísimos padres y madres cuyo miedo al fracaso social de la prole era mayor que su conciencia de los vínculos emocionales que se vehiculan a través de la lengua materna. La solución, con todo, es Aula, escuela europea, privada y la única respetuosa con lo que fue derecho universal –aprender en la lengua materna: una consigna irrenunciable de cualquier programa catalanista, como era y es lógico- hasta que en Cataluña se decidió que lo universal había de reducirse, por decisión política, no pedagógica, a una de las lenguas del territorio y sanseacabó la discusión, y donde dije digo digo inmersión y tente tieso. El candidato Mas estudió en aquélla, por cierto. Y allí aprendió a fondo ambos idiomas, más otros dos. ¿Se reconocerá algún día lo mucho que hizo aquella decisión cerril de carril único para afianzar el catallano –una variante dialectal y diastrática parecida al spanglish usamericano- tan desenvolupado entre una amplia capa de población a la que, a la postre, se la ha privado de ambos idiomas?  El olvido había caído sobre André de Toth, de esotérico nombre egipcio, aunque húngaro de nacimiento. Su muerte real, no la del olvido, se produjo ayer, ¡a los 102 años! El clonista reivindica la memoria de Los crímenes del museo de cera, con Vincent Price, un clásico de su corazón tenebrista y amante del horror. Nada que ver, sin embargo, con un autor como Cronenberg, cuyo Spider es una joya también del cine de horror, pero en versión trastorno mental.

viernes, 1 de enero de 2016

28-10-02

     La testarudez es una de las características singulares de la realidad. El gaseamiento criminal ordenado por Putin comienza a recibir la repulsa de quienes han tardado lo suyo en reconocer que la “fría determinación” de Putin tiene más de criminal que de otra cosa. Y a medida que aumente el número de víctimas mortales, que ya asciende a 115 rehenes, la indignación irá creciendo. El secretismo alarmante en torno a la composición del gas venenoso ha añadido no pocos reparos a la operación de rescate y condena. ¿Por qué ni tratando una circunstancia así puede Clonista dejar de observar el escaso sentido gramatical y lógico de un titular en el que “el secretismo del gas enturbia el rescate”?  Las noticias referentes al comando ofrecen la imagen de un grupo ebrio de juventud y de arrogancia, orgulloso de su “hazaña”, es decir, una pandilla de aficionados poco experimentados y nada curtidos en situaciones de una tensión extrema, unos chapuzas del terror que han acabado provocando una reacción tan desmesurada como su propia idiotez.  Con una ambigüedad, no sabe Clonista si calculada, Haro Tecglen destaca en su columna de hoy lo que destacó ayer, con menos ambigüedad Clonista, del editorial del diario de ambos: “ ‘Vertida la sangre, demasiada sangre, es la hora de las soluciones’. Es una frase que no se me va a olvidar.” A Clonista le sigue pareciendo que la frase echa un serrín inmisericorde sobre el baño de muerte gaseosa y ejecuciones ordenado por Putin. Por otro lado, coincide con IU y lamenta no haber leído una condena socialista de métodos represivos tan totalitarios. Los contrastes también son un rasgo distintivo de la realidad. Junto al duelo moscovita, un obrero metalúrgico acaba de llegar a la presidencia de un país con 175 millones de habitantes y con la riqueza peor repartida de su continente. Con todo, que el presidente electo anuncie la llegada de “una nueva era”, le parece a Clonista una proclamación excesivamente mesiánica. Lo que lamenta Clonista es no disponer de tiempo para agotar ese periodo de gracia de 100 días que se le concederá a Lula para ver cómo comienza esa nueva era. ¿O no se lo concederán? Clonista supone que las primeras medidas combativas y redistribuidoras de la riqueza, si es que se producen, desatarán la cólera del capital y comenzarán las “maniobras en la oscuridad”. Tiempo al tiempo. El regreso nostálgico y crítico al 28-0, cuando Felipe González llegó al poder casi como ayer llegó Lula, se ha convertido en trampolín electoral de Zapatero, y la realidad prensada que trabaja para llevarlo a la Moncloa. La iconografía de la portada es algo más que una noticia de actualidad, sin duda. En la realidad se producen encuentros y cruces de necesidades tan sorprendentes como imaginativos, si dependiesen de algún cerebro creador. Jatamí y el caudillito se reúnen porque se necesitan: Jatamí para abrirse al exterior y escapar al roce tangencial del eje del terror; el caudillito para decir un  aquí está él, que no es felpudo de nadie, ¡hombre! Lo que a Clonista se le escapa son las bromas que le gastará el simpático estadista español al ilustrado clérigo extranjero. El PNV, siempre atento a marcar su parcialidad y su falta de ecuanimidad, se vuelve papista -fiel a su tradición- y pide amparo al Poder Judicial para la juez Ruth Alonso. El contraste con su silencio ante el acoso a la fiscal que hubo de salir de las vascongadas lo dice todo. Ese es un aspecto de la realidad que siempre le ha llamado la atención a Clonista poderosamente: ¿por qué los políticos presuponen que los destinatarios de sus mensajes son absolutamente imbéciles?  ¿Y por qué....? No, mejor dejarlo, porque la cadena de porqués acabaría hundiendo este esquifillo hoy mismo, bastante antes de llegar al deseado 31 de diciembre del año en curso, que no año de gracia, ciertamente. ¿Cuándo lo hubo, de gracia? No sabe Clonista si aplicar al escogido por él el latinismo isabelino, annus horribilis, pero lo que sí sabe es que no está siendo de gracia, ciertamente. En el segundo por qué abruptamente cortado había una referencia a la pasividad judicial ante la situación insoportable que vive una mujer separada del marido, el cual, tras haber salido de la cárcel después de cumplir una condena por abusos deshonestos de uno de sus hijos, se ha instalado en un piso encima del de su ex mujer desde donde amenaza constantemente a su familia, y específicamente a su ex con matarla. De nada han servido las mil y una denuncias que ha puesto y que en nada han alterado una situación que Clonista no sabe si cualquier juez estaría dispuesto a soportar. Pero lo más hiriente de la realidad es la pluralidad de las varas de medir y de juzgar. Y junto a esa parcialidad de Temis, ¿cómo no va a resultar atractiva la creación cotidiana y antiartística de la realidad encarnada en Jean Claude Romand, el buen burgués que vivió toda su vida sin dar ni golpe pero manteniendo un envidiable tren de vida a fuerza de sablazos y trampas, con tantísimas horas vacías y “entretenidas” para justificar sus desvelos laborales, y quien, finalmente, acabó asesinando a su familia y a sus propios padres cuando le fue imposible seguir manteniendo su ficción? Tres son las películas que ha generado. La última, de un español debutante: La vida de nadie. Ese Romand es un claro ejemplo de quijotismo garbancero trágico, desde luego.

jueves, 31 de diciembre de 2015

27-10-02

     Se impuso la solución final: gaseados primero; rematados, después. No solo los terroristas chechenos sino hasta cien rehenes. Más de quinientos, además, están hospitalizados por asfixia debida al gas paralizante que emplearon los GEO rusos para asegurarse de que no hallarían resistencia al entrar en el teatro. Putin recibe parabienes de todo el mundo por su firmeza, y lamentos de boca estrecha por la pérdida de vidas humanas, el tributo que se ha pagado a la vetusta y siempre rejuvenecida  razón de Estado. Lo que empezó como un musical de evasión, acabó como una tragedia, tal y como se preveía desde el principio. Incluso el tibio editorial de El País parece sumarse a la resignación, a la aceptación de la inevitabilidad de las muertes habidas: “Vertida la sangre, demasiada sangre, es la hora de las soluciones.” Felicitaciones como la de Sharon, quien afirma que “Putin ha demostrado una vez más su coraje y su firmeza en la lucha contra el monstruo terrorista”, al tiempo que alaba “la operación militar perfecta”, resultan un sarcasmo de una crueldad que no se merecen los rehenes sacrificados. Hay elogios que denigran, ciertamente. Del lado del comando secuestrador llama la atención que su jefe fuera el sobrino de un oscuro líder checheno muerto en extrañas circunstancias.  La continuidad familiar es y ha sido, parece, una constante en los grupos terroristas. Las noticias, como la de hoy, sobre el asesinato de una palestina a la que se acusaba de colaboracionista, se suman al desconcierto y a la impotencia que produce siempre el abuso de la fuerza, y más aún cuando ésta está en manos de quienes tan arbitrariamente se conducen : su capricho es ley. ¡Cómo no van a sentirse tantos jóvenes atraídos por la violencia y por la ficción de poder que las armas conceden! Un domingo es extraño que lo noticiable se imponga frente a lo reportajeable, pero el desafío terrorista era un órdago que forzosamente habría de acaparar la atención del mundo, como así ha sido. Por eso, un debate como el papel actual de los sindicatos, planteado, además, desde los titulares con dos tópicos obsoletos: “¿Son necesarios?” Y “Sindicalismo útil”, resulta una pieza de museo, como si en la España que viaja hacia atrás del caudillito tocara plantearse cómo se releva el sindicalismo vertical. Después de las últimas noticias sobre las estafas en la educación de parados y tras el fracaso de aquellas iniciativas de convertir a los sindicatos en sociedades inmobiliarias, o poco menos, un debate así “mea fuera de tiesto”. Entre los retos del sindicalismo actual, a Clonista por fuerza ha de llamarla la atención la voluntad sindical de “reconocer la realidad sin instalarse acríticamente en ella.” He ahí, pues, cree Clonista, la suprema aspiración de todo el mundo: “reconocer la realidad”, y se diría que nadie lo logra. De hecho, no hay conversación común en la que no se acabe achacando a alguien con quien se discuta que “no vive en la realidad”. Parece tener el hombre la tendencia a negar al oponente la posesión de la realidad, como si fuera un tótem valioso. Se preguntaba Clonista si la jueza Ruth Alonso compraba su seguridad con las excarcelaciones, lo cual no dejaba de ser una manera tan cruda como miserable de acercarse al asunto; pero el envés de aquélla ha resultado ser la fiscal coaccionada por haber recurrido las excarcelaciones de la jueza. Y ya se sabe qué significa coacción contra alguien en las vascongadas por parte de los “alrededores” terroristas. Los “mossos” catalanes abortaron a tiros el intento de hacer una fiesta “rave” en una cantera abandonada. ¡Qué realidad tan distinta de la de Clonista la de esos convocados a través de internet para montárselo en plan carpa sin pagar impuestos! Carne de carpa, le parecen. Y por razones estrictamente literarias, a Clonista le ha atraído la noticia del hombre encontrado “ a la deriva” por una carretera, próxima a Blanes, tras haber perdido la memoria. Esto es, tras haber perdido la realidad. ¿Somos solo memoria?  ¿No se lee muchas veces la realidad prensada con esa sensación de haber perdido la memoria, de no saber adónde se dirige uno ni por qué camino se avanza? Tras la elucubración Infantina sobre el Quijote que no llegó a ser, se anuncia la presentación del Quijote de Aragón. Se verá, se verá. El debate sobre los Presupuestos ha dejado a Montlatón descalificado, devaluado; pero ahora, además se le acusa de obstruccionista y ferviente seguidor de la ficción contable usamericana, que debe haber tomado como el “último grito” en economía creativa. Sustituido el dato por la propaganda, ¿qué les queda a los analistas económicos con aspiraciones de solvencia e imposible imparcialidad? La dedicación política, sin duda.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

26-10-02

     Es imposible luchar contra el tiempo, como muchas veces lo es hacerlo contra la naturaleza humana. ¿Cómo comentar que los chechenos –en el titular ni guerrilleros ni terroristas ni verdugos- han asesinado a dos rehenes cuando Clonista ha recibido la noticia de que ya habían entrado a sangre, fuego y gas paralizante, en el teatro, las fuerzas especiales de la policía moscovita? Lo escrito: imposible. En un día de ajetreo familiar como hoy, con un único momento de libertad clonicante, éste, rozando ya la extinción del día, ¿cómo serenarse y afrontar la revisión del teatro general de la realidad prensada, sin que pesen los plomos del agobio? Clonista ha acabado aceptando que, en realidad, en realidad, lo suyo tiene más de recreación que de clonación, y lo vive sin complacencia, antes bien como un fracaso, ¡uno más! La tentación lúdica ha podido más que la especular, y aquí sigue, dispuesto a dejarse llevar por los derroteros verbales que quizás no le conduzcan a ninguna parte, salvo al cada vez más próximo 31 de diciembre, con el que suele soñar como un posible final apoteósico que equivaliera al bel morir que tutta una vita onora. ¿O no es así la cita de campanillas? De momento los que han muerto han sido dos rehenes a los que el maldito azar les puso en el sitio más inadecuado en el peor de los momentos. Que ellos dos pudieran haber sido cualesquiera de los que cómodamente leen su desgracia en la realidad prensada añade una dimensión estadística a su tragedia que, como muy bien dice Verdú, en columna final, en poco o nada se diferencia del azar que determina las bajas en acto de viaje en las carreteras de todo el país, sin distinción de clases: secundarias, comarcales, autovías, autopistas, caminos vecinales y cuantas hubiere. Las autoridades rusas no han engañado a nadie. Dijeron que si había ejecuciones entrarían y así lo han cumplido. Por el camino han quedado muchos muertos pero se han salvado más. ¿La enseñanza? De haber una próxima vez, lo primero que harán, sin jugar tanto de boquilla, será acabar de una tacada con la mitad de los secuestrados. Porque lo difícil será que una acción así haya servido del tradicional “escarmiento”. En todo caso constituye un escarnecimiento que encarnizará el conflicto, sin duda. Al otro lado del mundo, los “dos fracasados con un fusil”, en acertado titular de Enric González, no han hecho, al parecer, sino cumplir el tópico poético: el nombre crea la realidad. El veterano usaba con su hijo adoptivo un apodo cariñoso: “Sniper”, francotirador. Y un tópico surrealista, que tanto se le reprochara a Breton en su día y, sobre todo, en los posteriores. Que una película no realizada sea noticia digna de reflexión se debe a la pluma afilada de Cabrera Infante, tan cinéfilo como ingenioso. El fracasado Quijote de Guilliam es el pie no forzado. La entrevista con la juez Ruth Alonso, excarceladora de etarras acogiéndose escrupulosamente a las leyes, ha abierto un frente demagógico que enseguida ha fortificado el goppierno con un entusiasmo electoral digno de mejor causa. Con todo, no cabe duda de que a la jueza le han metido más de un gol arrepentido en esos procesos, aunque, como argumenta impecablemente, “ninguno de los etarras en libertad condicional que han pasado por el juzgado han reincidido, ninguno.” Tan tontos no son, la verdad. Locos sí, pero no imbéciles. El aval de GarZón a la jueza ha sido concedido desde las alturas olímpicas como una bendición papal que la ampara. Alfonso Guerra merecía esa doble página de desagravio que le brinda El País, al hilo de la conmemoración de la llegada al poder de los socialistas. No ha acabado de maestro de escuela rural, como auguró; pero se ha mantenido, como él dice, más inclinado a los más que a los menos, y eso le honra. El PSOE se ha volcado en esa conmemoración, pero el componente espectacular y propagandístico pesa excesivamente. Se entiende, no obstante, que corren tiempos electorales y hay que revolver los ríos. ¿Qué periódico leyó la autora de la carta que advirtió a Clonista acerca de los problemas protocolarios con la visita de Jatamí? ¿La edición de Madrid? ¡Misterio! Hoy, con todo, sí que aparece una última coletilla de Exteriores en la que reitera que ninguna mujer estará obligada a llevar velo en la visita de Jatamí, de modo que si alguna se cubre con él será por propia iniciativa. Habrá que ver qué decide hacer la ministra. Con lo gracioso que es el caudillito, ¿no se pondría él el velo? De Unió ya se ha pasado a Convergència la bola de las corrupciones pallerolsianas. Suma y sigue. Como se decía antes: pringaos, están pringaos, y con el peor pringue, o el que más repudian los representados políticamente. Ibarretxe ha dejado impronta en Cataluña, donde la cuestión de la reforma del Estatut o la redacción de uno nuevo se ha colocado donde CiU lo quería poner: en el centro del debate político. Y ahí han acudido todas las moscas, Maragall incluido. Malo, malo. Mientras, el gociuerno sigue siendo generosísimo con los dineros públicos, como ese estudio sobre el travase del Ródano hecho por los interesados franceses y pagado por los antitópicos catalanes rumbosos. La realidad del Folclòrum ya se ha consolidado: ¡ya tienen televisión ad hoc! Si toman como modelo, según afirman, el Canal Olímpico –del cual Clonista no recuerda haber visto jamás ningún programa ni por equivocación, y se confiesa un adicto al atletismo- es probable que acabe siendo una realidad clandestina. Lo sensacional del asunto es que se espera de ese Canal Folclòrum que “ayude a crear contenidos”, ¡nada menos! ¿Es posible que tanta improvisación, desorientación e incompetencia vampirice tantísimos dineros públicos? Todo sea en aras del diseño.  En aras del interés nacional de la selección de balonmano ha de ser, sin embargo, la vergonzosa actitud de una federación que hace la vista gorda ante un caso clarísimo y confesado de agresión voluntaria cometido por la “estrella” Duishebaiev contra la cara de un contrario con un balón a más cien quilómetros por hora –y Clonista aún recuerda de su niñez en pantalones cortos lo que podía escocer el baloncito de marras. En fin, se trata de dar un buen ejemplo de que el poderoso es el poderoso y que la ley no le afecta. Y lo han conseguido. Al final, Verdú, siempre atento a la realidad inmediata, aquella con la que hay que enfrentarse a bote pronto, sin casi tiempo para reflexionar, como le ocurre a Clonista, llega a conclusiones que éste subscribe porque las ha enunciado con anterioridad: “hay que convivir con el terrorismo como con las enfermedades incurables o la estadística de los muertos en vacaciones.” Pues eso.

martes, 29 de diciembre de 2015

25-10-02

     Un día como hoy es y no es como cualquier otro día. Y a través de la realidad prensada se advierte con nitidez cuánto cae del lado del lector para que así sea y cuánto del empeño de los prensadores para que no. El tirón uniformador de la realidad prensada es enorme, so capa de su diversidad, so capa de que en ella cabe todo. La trampa de la pluralidad de contenidos es el alibi de la estrechez de su esquematización de la realidad, de su jerarquización. Cierto que nada como un buen hábito para atrapar a un delincuente o para someter a un díscolo, pero también para crear la ficción de identidad y, por esta vía, la de libertad y, finalmente, la de que todo ello es real, ¡empíricamente! Y así vamos tirando. Ya ha habido una asesinada en el teatro de Moscú y la amenaza de un sanguinario final pirotécnico se afianza. Putin, a quien cogieron con un pie en la escalerilla del avión para irse al extranjero, donde tan bien le acogen, ha sentenciado que la operación “se preparó en el extranjero.” Y punto en boca. ¿Se deberá a la influencia de su sintonía con radiocaudillo –emitiendo desde la España libre para toda la Europa que no va bien- ese ramalazo franquista que le ha asomado a Putin y en cuya formulación sólo echa Clonista de menos aquella muletilla de la “conjura judeomasónica”, hoy islámica, sin duda? El asalto criminal tiene, como se decía antes, muchas lecturas, pues no hay gestos inocentes ni insignificantes cuando de una masacre se trata. El  hecho de que sea un teatro el edificio público que se ha asaltado indica bien a las claras el nexo talibán de la acción; pero la declaración de una viuda guerrillera, aspirante al santoral de mártires islámicos, añade una dosis de realismo integrista que equiparará, de producirse, esta matanza a la del 11-S: “Hemos elegido morir en Moscú y mataremos a centenares”, reza el titular de la columna exenta, si bien suprime -¿por qué?, ¿a qué prensador jefe le pareció que incluirlo era atizar el fuego del antiislamismo o algo por el estilo?- “de infieles”, que tan significativo se revela. Del otro lado de la irracionalidad, la Duma pidió a los secuestradores la liberación “de las personas inocentes, ante todo, de los niños y mujeres”. A Clonista, siempre con tan pocas luces –y hoy que escribe antes de que amanezca, menos- le parece que de una petición así solo cabe deducir que allí dentro hay culpables y que los hombres son, por serlo, más culpables que las mujeres y los niños. Que se sientan culpables, como sexo, por la mala vida que han dado a unas y otros a lo largo de la Historia bien está, desde luego, pero Clonista duda de que sea el momento idóneo  para mezclar temas tan distintos en un momento tan delicado. Más islam tangencial, el de uno de los dos francotiradores de Washington, ex combatiente de la Guerra del Golfo, el otro, su hijo adoptivo, o disparaba o jaleaba o conducía, aún se sabe poco. Sin la cooperación ciudadana, poco hubiera podido hacer la despistada mejor policía del mundo, incluido el FBI, tan fílmico como inoperante. Una carta al Director le pone a Clonista ante la evidencia de su mal ojo para captar realidades, y le hace sentirse culpable de no haber clonicado otro vínculo más con esa “ola de islamismo y antiislamismso que nos invade”: se queja Xènia Elías de que El País ha dado una información incompleta –que es el término cortés para falsa- el 23 del presente mes: “Contrariamente a lo que aparece en un artículo el miércoles 23 de octubre en su periódico, en el transcurso de los actos a los que asista el presidente de Irán, Mohamed Jatamí, las mujeres sí deberán ir con su cabeza cubierta y, tal y como bien decía el artículo, dichas mujeres no podrán dar la mano al invitado.” Como, más adelante, Antonio Elorza le dedica una columna al asunto, la culpabilidad de Clonista ha llegado a extremos tan insoportables que, ni corto ni perezoso, se ha ido al diario del día 23 para comprobar cómo había sido posible que se le hubiera pasado por alto un nuevo servilismo más del ahora goppusierno de España, tan reverente y considerado con las exigencias religiosas vengan de donde vengan, y arrasen con lo que arrasen. Una juez de vigilancia penitenciaria ha puesto en libertad a un preso de ETA que dice haberse arrepentido en cosa de dos meses, respecto de su anterior actitud, y cuya condena, por esos absurdos judiciales tan difíciles de explicar, ascendía a centenares de años. Como, al parecer, ya ha excarcelado a otros, el revuelo político ha sido considerable. ¿Compra esa juez su seguridad? ¿Se atiene estrictamente a la ley? Parece lo último y será lo que sea, que está por ver, que no por ser. La noticia de los posibles contratos millonarios con Irán supone Clonista que serán la ratio última que aclare la escasa repercusión del servilismo del goppusierno. La ciencia ha conseguido alargar la vida de un gusano sin que mermen su vigor ni su capacidad de reproducción. La extrapolación sensacionalista habla ya del futuro humano como de un futuro lleno de sesquicentenarios. Ahora bien, ¿para qué coño se estará a los 150 años, después de haber visto lo que, para entonces, se habrá visto? A este ritmo es probable que pase como con los móviles, que se expanden en proporción directa a la escasa importancia de las comunicaciones hechas a través de ellos: cuerpo sesquicentenario, mente protozoaria. Al tupido Luis/Lluís Izquierdo, lo han anonimado al dar cuenta de que "un informe señala que Cela no plagió 'La Cruz deSan Andrés'". Y la entidad de la tortura, comparar hoja a hoja las dos obras sometidas a juicio, bien merecía la autoría, ¿o no? Mcat (Mobilització Catalanista), un invento parecido al de Ciutadans pel Canvi, de Maragall, se presenta en sociedad animada, sobre todo, por su ardor patriótico, que está "por encima de las ideologías": "patria, patria, patria", y acabóse la historia. O bienvenidos al ruedo ibérico.

lunes, 28 de diciembre de 2015

24-10-02

     La realidad pasma. Y la realidad prensada vive de ese pasmo y, a menudo, lo aumenta o lo descoyunta. Un comando checheno, variante palestino-bomba suicida, ha secuestrado a 700 rehenes en un teatro de Moscú. La exigencia va implícita en el gentilicio, obviamente. Lo que en la realidad prensada aparece como “toma de rehenes” debería traducirse por “toma la primera plana de todos los periódicos del mundo”, que es el verdadero objetivo de la operación de agitprop, variante desesperada, muy distinta de las empleadas por Bush, por ejemplo. Espectacular es el adjetivo apropiado para lo sucedido, porque la condición de lo real es la de ser espectáculo para televidentes, radioyentes y, en mucha menor medida, para leyentes, a pesar de los diarios digitales (la web es un nudo de juegos, publicidad y pornografía, según las últimas estadísticas, que se suele decir). Los pilares del teatro y otros espacios han sido minados para volar el edificio ante cualquier intento de rescate tipo harrelson, geo o kagebé. Se acaba de superar la atonía del otoño caluroso. Hay carnaza. También la hay en la realidad que ha sido arrastrada a acompañar a la anterior: el asesino del tarot explica en una extensa carta que la policía le ha colgado el teléfono seis veces y que, obviamente, ha tenido que liquidar a cinco personas para que sepan con quién están hablando. El índice de perturbados mentales en Usamérica debe de ser tan alto que seis errores así los debe de poder tener cualquiera, supone Clonista. El hermoso juego de la verdad y la mentira, el cazador y la presa, la realidad y la ficción –aquí difícil de encajar, teniendo presente el número de víctimas- indican que posiblemente el asesino sea un aficionado a los videojuegos o a los juegos de rol, aunque también a algunas películas que deben haber acabado formando parte del olimpo mitológico de algunos perturbados, digamos Seven, por ejemplo. Otra iracundia muy distinta es la que se ha extendido entre los miembros del goppierno, quienes anuncian “represalias parlamentarias” contra la opsoesición. Ésta, a su vez, da el paso de llevar ante los tribunales a la teleppisión, acompañado de una promesa solemne para cuando llegue al poder: acabar con la televisión de partido. Que Clonista lo vea, para creerlo. El pasmo inicial que le ha dado fuerzas a Clonista para arremangarse y entrar en el lodazal de la realidad prensada se multiplica lo suyo al saber que 10 militares israelíes trabajaban como espías al servicio de Hezbolá, la guerrilla integrista libanesa, ¿por su origen beduino?, ¿por amor a la causa?, ¿por solidaridad religiosa? ¡Por droga y dinero!  No, si cuando la realidad se empeña en ser chabacana difícilmente se la disuade. O aviesa y carcunda. Sarkozy, el ministro lepeniano de Interior, eleva a rango de ley algo tan objetivo como la detención de mujeres por su “vestimenta o su actitud” si la autoridad entiende que insinúa la prestación de servicios sexuales, dentro de lo que califican como prostitución por “incitación pasiva.” No lejos de Sarkozy anda Mafiosconi, cuyas leyes antiprostitución aparecen en Sociedad, mientras que las de Sarkozy aparecen en Internacional. Acabarán formando una castísima Sociedad Internacional contra las Prostitutas Callejeras, porque contra la trata de blancas que no cesa –una expresión que Clonista ha descubierto que debe de ser políticamente incorrecta, cuando su diario de referencia ha dejado de usarla de un día para otro-, contra la explotación esclavista de tantas y tantas embaucadas, del este y del oeste, del norte y del sur, pero siempre puntos de pobreza cardinal,  ninguno  de los dos gobiernos está dispuesto a mover ni un dedo, y ni una uña contra las mafias que luego blanquean sus dineros en bancos respetables. Mientras haya en la sociedad vasallos, o lacallos, como Marià Nicolàs, en el caso de Cataluña, dispuestos a silenciar lo que el gociuerno no quiere oír, ¿qué se puede esperar? Y si esos informes desvelan algunos impresentables trapicheos contables, pues el buen Nicolàs cumple con su conciencia de votado exclusivamente por CiU. Menuda pieza el Marià ¿no? De otra condición, algo más honorable, es el empresario que, habiéndose enamorado de una esclava sexual albanesa, dejó a su familia por ella, intentó comprarla a los proxenetas que la explotaban y acabó, finalmente, enfrentado a tiros con ellos. Hoy está en la cárcel y su actual mujer albanesa  esperando un hijo suyo. El fiscal, emborrachado de compasión social, pidió inicialmente nueve años de cárcel. En la resaca acabó pidiendo cinco. Es posible que cuando se revise el caso, si se recurre la sentencia, acabe pidiendo la libre absolución. El título de la noticia, Por el amor de una mujer, desmerece danidanielmente una realidad cuyos flecos tienen unos tintes sombríos difíciles de encajar: la hermana de la albanesa redimida está en manos de su antiguo proxeneta. ¿Se seguirá la historia? La realidad prensada tiene mucho, también, de promesa incumplida. Abre ventanas por doquier pero, después del vistazo del lector, las cierra abruptamente, cuando uno ha creído entrever un movimiento sospechoso, amenazador, o la sombra actuante de un asesino. El Folclòrum va a hacer la esquina, pero no como reacción a la Sociedad Internacional francoitaliana –algo impensable en Clos, el closer del megameublé del Paralelo-, sino como homenaje a las ciudades del mundo, de las que se van a rescatar sus esquinas emblemáticas. Muy propio del Consistorio más arquitectural de todo el continente. Mientras, los intrépidos programadores del evento prosiguen sus arduas negociaciones para que se vean en la magna cita intercultural algunos guerreros de terracota de la tumba de Xian. Dicen que treinta y siete. Sí, sí, algunos de a caballo. En su modesto origen la realidad prensada se limitaban a ser un Diario de avisos. A veces esa es su mejor función o la que los lectores más agradecen. El anuncio de una retrospectiva de Lucien Freud en Caixaforum llena de tamizado alborozo a Clonista, admirador incondicional del estilo neobarroco -calificativo que vale  tanto como confesar la propia ignorancia de este Clonista- del autor, nieto de Sigmund Freud. El final del día lo llena la expresión desconcertada y desorientada de Boris Becker, juzgado por evasión de impuestos y bajo la amenaza de ingresar en prisión. La realidad prensada los creó y ella los fagocita. Y así vamos. A ninguna parte.

domingo, 27 de diciembre de 2015

23-10-02

     Que el goppierno haya enfriado el otoño caluroso con su desdecretazo debe contribuir lo suyo a que las aguas de la realidad prensada discurran con esta atonía que evita los sobresaltos. Hoy, sin embargo, la escaramuza electoral, el golpe de Zapatefecto que ha supuesto su defensa personal de la alternativa al Presupuesto del goppierno,  ha descolocado a éste y lo ha dejado con las vergüenzas al aire de un Cristóbal que no supo echarse a los hombros unas cuentas más amigas de la ficción contable que de las previsiones realistas. El otro empeño irrealizador, el de Ibarretxe, ha recibido la bofetada política europea: no caben en ella inventos como el estado asociado. Israel pondrá sobre la mesa del terror su plato frío cuando quiera y pueda, siempre con permiso usamericano o, por lo menos, sin entorpecer estrategias superiores, de los superiores. Que esa realidad empecinada tiene visos y trazas de enquistarse, de convertirse en lo que es, una rutina sangrienta, no hay quien lo modifique. La política, local, regional, nacional o internacional, es una lección nada amable de antropología. Por ahí anda Bush enfrascado en sus invenciones, esto es, en sus mentiras de agitprop que le permitan desatar otra tormenta del desierto sin pies ni cabeza. Félix Ovejero plantea un par de preguntas retóricas que tienen la virtud de ponerles a los nacionalistas ante sus narices el espejo donde puedan éstos contemplar el rostro inmisericorde de su sectarismo, y, llegados al poder, su más que probable fascismo identitario: llueve sobre muy mojado. En Inglaterra se abre el debate sobre si los padres tienen derecho a elegir el sexo de sus hijos o, como se dice en el artículo, a lograr el “equilibrio de sexos en la familia.” Como la política de cuotas lo ha acabado impregnando todo, no era mucho que preñase también la cuestión de la descendencia. Los estertores últimos de un gobierno débil siempre son provechosos para los poderosos. El axioma lo prueba por enésima vez la política de despilfarro de los dineros públicos seguida por el gociuerno de la Generalidad: nada menos que 18 millones de euros –aunque la cifra real se silencia, mientras se maquilla convenientemente en la justificación del Presupuesto-  se deben haber embolsado los propietarios de Casinos de Catalunya, próximos a Convergència i Unió, y perdónese la redundancia. Menos mal que en la realidad también hay un espacio destacado para artistas como Woody Allen, en España para recibir el Premio Príncipe de Asturias, y autor de obras, como Deconstructing Harry, imprescindibles para los cinéfilos. El provocador Houellebecq -¡cuántos colegas no habrán envidiado el encausamiento del deslenguado para tener esa presencia pública y aureolada de malditismo!- ha sido absuelto de ofender al Islam. Según el tribunal, las suyas fueron “palabras que pueden ser desaprobadas, discutidas y refutadas”, pero los mezquitadores lo que pretendían era refutarlo por la vía penal represiva, además de consagrar en el ordenamiento jurídico francés el delito de blasfemia, ¡de blasfemia! Cambio de religión, pero no de integrismo. El hallazgo de una urna con una inscripción en arameo relativa a que en ella se contuvieron los restos de Santiago, hijo de José y hermano de Jesús, puede convertirse en el primer rastro arqueológico de la existencia de Jesucristo. ¡Ah, la realidad de las piedras, los restos, las ruinas, las reliquias, los vestigios! Excesiva, para este Clonista tan apegado a la improbable existencia de la que se desarrolla ante sus ojos, ¡tan inaprehensible!, ¡tan escurridiza!, ¡tan inverosímil!