lunes, 18 de enero de 2016

14-11-02

     Primer día de otoño real: viento, lluvia y fresco, que no frío, mientras Clonista subía y bajaba las cuestas de Montjuïc con la facilidad de quien acababa de levantarse del transporte sufrido en casa mientras repasaba la realidad prensada. Se ha llevado con él la sensación de que la caducidad de lo real prensado no tiene plazo, que es inmediata. Y de poco vale en la feria prensada que la atracción acongoje, espante o soliviante, pues tumbar las páginas equivale a levantar lápidas. Hoy, a propósito de otro caso parecido, ha vuelto fugacísimamente a la actualidad el caso de la madre, enferma psiquiátrica, que quería cuidar de su hijo, pues la ayudaría a combatir su enfermedad. El niño había sido cedido en preadopción a una familia de El Royo, Soria. Clonista recuerda la viva polémica que se desató en su momento entre los partidarios y detractores de devolver el hijo a su madre biológica y entonces como hoy Clonista se mantiene visceralmente del lado de la madre, a quien le negaban incluso un régimen de visitas a la criatura mientras estuviera con la otra familia, una crueldad absurda e innecesaria que contribuyó lo suyo, sin embargo, a que se hubiera podido llegar a una entente cordiale entre la madre y la familia adoptiva. En fin, de un año para otro, pues, hay noticias que deberían volver, con esa u otra periodicidad, para garantizarnos que aún seguimos dentro de lo real, Clonista siempre padece matices y reparos de cierta enjundia. De todos modos, es raro que la realidad prensada produzca sensación de continuidad. Antes bien es todo lo contrario: la fragmentación impone una discontinuidad esencial que deshace la vinculación del lector con lo real, que siempre se le aparece como un mundo aparte, ajeno, una ensoñación y un espectáculo. Sadam Husein acepta “sin reservas” la llegada de los inspectores, que ya se encargará él de distraerlos con su pasen por aquí, husmeen por allá, tomen medidas acullá y vuelta a empezar, hasta que regresen con las manos vacías y pongan en un  compromiso a quien desde antes de que vayan allá los inspectores está convencido de que no encontrarán lo que van buscando. En el macabro juego de ataques defensivos entre israelíes y palestinos, le toca mover ficha destructiva a los israelíes, cuya invasión de Nablús ha sido bautizada como operación Rueda de Inercia, un alarde poético de denotación sin precedentes en su cultura lírica. Inercia antiecológica es la de las empresas petrolíferas que continúan llenando de crudo las panzas de barcos antiguos con bandera de conveniencia. Frente a las costas de Galicia está a punto de consumarse un desastre de magnitudes desconocidas, pues en esa panza se almacenan 77.000 toneladas de fuel. ¿El nombre del barco? Prestige, naturalmente. En Vigo han detenido a sospechosos del doble asesinato mediante bolsabomba solo porque en un bar se jactaban de su capacidad para fabricar bombas. ¿Precipitación? ¿En cuántas tabernas de B no se oirán idénticas jactancias?  La realidad también es espera, a veces excesiva, y lentitud. Josu Ternera bien lo sabe, y bien se ha reído de quienes no anduvieron prestos para evitar la carcajada social. No se trata tanto de que la realidad prensada moldee los acontecimientos cuanto de que les dé condiciones de existencia y después alardee de haberlos previsto. La expresión más ingenua de lo anterior son esas secciones de "Mañana será noticia...." Hoy lo es, y por derecho propio, que es atentado contra el derecho, la ratificación por el Supremo de una condena de solo 5 meses de arresto -¿atenuantes?: estar borracho y arrepentirse- a un teniente de infantería que hizo desnudar a una soldado para hacerle “la prueba del frío”. Teniéndola desnuda ante él, le sugirió que si quería conservar el calor “se sirviera de él”. El patetismo de la escena ¡cuánto no dice de las complejas represiones que se liberan en la escala de mando! A Clonista le cuesta creer que la soldado llevara la sumisión al superior hasta el extremo de perder la propia dignidad, pero ignora circunstancias y, sobre todo, con el famoso antecedente del infausto y criminal Cañete, cuánto miedo puede haber llegado a pasar la joven militarista. El defensor del teniente argumentó, no obstante, que estando el desnudo femenino “a la orden del día” -¿querría decir “en” la orden del día, el muy chusco?-, no debería considerarse infamante que un superior obligara a desnudarse a una inferior estando ambos solos. Que alguien le libre de sus amigos, al teniente... Un amigo letrado que sería recibido con los brazos abiertos en la conferencia episcopal usamericana, donde han blindado a los sacerdotes de su secta católica para impedir que los abusadores sexuales queden al alcance de la justicia ordinaria y sean juzgados, por el contrario, ¡a puerta cerrada y manteniéndose el anonimato de los pecadores!, por tribunales eclesiásticos. ¿No lo llamaban tolerancia cero? Pues le han puesto un uno delante la mar de empalmado, ¡a fe!  El sol que más calienta también tiene sus manchas, y ahora son más visibles con nuevos telescopios. La imagen recogida recuerda extraordinariamente los girasoles de Van Gogh. Tocan a derribo, en Convergéncia i Unió, y antes de convertirse en escombros regalan a sus amistades un paraguas mediático donde puedan acogerse y reorganizar sus tropas para la reconquista. Las frecuencias radiofónicas regaladas, teniendo en cuenta el dominio hegemónico de la SER en toda España, ¿valen el escándalo? ¿No se extralimita la oposición por una cuestión de calderilla? Teniendo en cuenta, además, la irregularidad manifiesta de las concesiones, ¿no serán recurribles judicialmente? Pues eso. Lo del derribo se advierte también en la torpe desesperación gestual con que piden los Masistas que Maragall se avenga a debatir con él los presupuestos, reconociéndole un plus presidencial inequívoco. Clonista ha dado, por fin, lejos de la superestructura, con una realidad de esas que te parten por la mitad, una historia de frontera: Varios camiones aparcan en los terrenos de la antigua fábrica Montesa de Esplugues. Los vecinos del solar, que lo son, sin embargo, de Cornellà, el Ayuntamiento limítrofe, han recogido firmas para que se haga algo, porque no pueden dormir debido a los ruidos que de buena madrugada hacen los camiones y los camioneros, habituados, por lo que se ve, al tono elocutivo del grito y tente tieso. La imposibilidad de conciliar el sueño somete al organismo a un estrés que puede conducir a una violencia asesina, como varias veces se ha constatado en la realidad prensada cuando algún vecino ha acabado con otro ruidoso. La Generalidad legisla ad hominem para evitar que el Presidente de La Caixa siga siéndolo. ¡Gran escándalo! Las entretelas del dinero andan en juego, y las influencias políticas sobre quienes gobiernan el capital. ¡Gran preocupación! La opereta acaba de comenzar. ¡Se ha desatado la vesania! ¡Casi todos los actores principales pasan de los 70 años!  ¡Gran emoción de activos y pasivos, de audiencias y de legislación!  Deprimente.

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