15-11-02
A poco más
de mes y medio del final de la aventura, todo lo real prensado se tiñe de un
aura crepuscular, y con mayor intensidad aún cuando Clonista está a tres
páginas de acabar Las partículas
elementales, de Houellebecq, un desolado retrato de la modernidad que
coincide con la reedición y divulgación de La
náusea, de Sartre, vendido a precio módico por El País junto con el ejemplar de su edición de mañana. De todos
modos, la perspectiva conservadora del acusado de blasfemia poco tiene que ver
con la anarquistoide y nihilista de Sartre en aquellos inicios literarios
suyos. La realidad, y más concretamente la realidad prensada ha acabado por
ponerse de moda. Arcadi Espada ha presentado un libro de Jorge M. Reverte, Perro come perro. Guía para leer los
periódicos, en el que se pone en solfa el peculiar modus operandi de la
prensa, que es modus creandi, como debe haber quedado claro para el hipotético
lector que haya sido capaz de llegar hasta este día de noviembre, también
plenamente otoñal. A veces ni la indignación justificada es capaz de alterar la
serenidad escéptica con que suele asistirse a la representación de leo real
prensado, Clonista incluido. Que la inflación se haya encaramado al 4%,
contradiciendo la insistencia guppernamental en que la entrada del euro no
había afectado a los precios, es la mejor prueba de que los desiguales
contribuyentes y consumidores no son imbéciles: “los euros duran menos” es la
sentencia popular que se oye aquí y allá en cada cola donde aún pueda
conversarse con quienes aguardan, que no deja de ir siendo ya algo extraño y
casi peregrino. Si todo norte desarrollado, tiene su sur explotado y miserable,
China, que es continente ella sola y va por libre –es un decir, obviamente- en el
concierto mundial, tiene un este rico y un lejano oeste deprimido, azotado,
además, por tormentas de arena que amenazan al este. Ya se verá en qué paran
sus esfuerzos niveladores. Cuando las tres primeras páginas de España se
dedican al naufragio del Prestige, ad
maiorem infografia gloria, poca realidad sustancial debe de haber. Si, por
otro lado, Clonista está más espeso que la ciénaga de las privatizaciones del
goppierno, todo se alía para hacer del día un tránsito lleno de penurias
narrativas. La derecha francesa pretende eliminar la violencia en los programas
televisivos, aunque, como bien se indica, las autoridades están más pendientes
del tiempo dedicado a la publicidad y de la vigilancia de la contraprogramación
que propiamente de la protección de la infancia. Es una manera de verlo,
ciertamente. Las estadísticas, esas demiurgas manipuladas, indican que los
niños y adolescentes pasan demasiadas horas al día delante de la televisión,
solos, y en franjas horarias no adecuadas. El abandono de las responsabilidades
paternomaternas sin duda debe influir en esas estadísticas; pero cuando entre
la edad mental de padres y criaturas apenas hay distancia, todo es posible.
Este país de monjas y frailes, reserva espiritual de occidente en sus tiempos
de gloria católica, se queda poco a poco sin ellos. La edad media de ambos
“colectivos” es de 64 años. Se trata, pues, de “cuerpos a extinguir”, como se
dice administrativamente. De hecho, unos hábitos o una sotana son tan raros de
ver hoy en día por la calle que Clonista podría asegurar que no ha visto más de
diez en los últimos veinte años, y quizás exagera. Ahora bien, cuando el obispo
de Urgell considera que la incineración
es una competencia intolerable por anticristiana, y que su práctica va contra
la esperanza de la resurrección de los cuerpos, lo acaba de arreglar. La
chapucería española, tan famosa como su antigua –y presente- intolerancia
religiosa, se ha puesto de manifiesto en el numerito de la inauguración real e
inmediato cierre al día siguiente de las 22 salas del Museo de Bellas Artes por
problemas de personal para atenderlas. ¡De personal! Caritas, que se encuentra
“desbordada” por la invasión de inmigrantes, ha constatado que la entrada del
euro ha tenido una influencia a la baja en sus recaudaciones, del mismo modo
que la ha tenido al alza en los precios. De la moneda de 100 ptas, se ha pasado
a los 50 céntimos de euro, que son unas 80; y de las 1000 ptas se ha pasado a
los 5 euros, que son unas 800 y poco pico. De todo el día de hoy, quizá nada como
el rostro acartonado de un Michael Jackson con barba de días le ha impresionado
tanto a Clonista. A medio camino entre
la máscara de piel de La matanza de Texas,
la de El fantasma de la ópera y
cualquier película de terror de serie B, el rostro de expresión jibarizada de
Jackson representa el horror del disparate y del poder más truculento del
dinero.
una historia
ResponderEliminaruna manera de ver las cosas
me ha gustado leerte
Gracias. Se trata, en realidad, de un "desafio". Coserse a El País día tras día durante todo el año, generando la "Clónica" diaria del mismo no es un esfuerzo menor, ciertamente. Sí, con el tiempo va adquiriendo la naturaleza de "documento histórico", parece.
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