NOVIEMBRE
1-11-02
Inauguración
de la pendiente. Un desplazamiento a Miravet le permite a Clonista, cerca del
Ebro, adentrarse con cierta relajada distancia en la realidad prensada nuestra
de cada día. Después de un día orientándose en el Paint Shop Pro, dejándose
fascinar por los recursos informáticos para modificar las imágenes, reales o
no, cree Clonista que, a su manera, los periódicos son una variante del mismo
programa. Por ejemplo, “El PP logra aprobar su Ley de Educación.” ¿Cómo que
“logra”! ¿A qué viene un retoque tan necio y simplista, considerando la mayoría
absoluta de que disfruta sádicamente el goppierno? Pues eso. La gran mentira,
más allá de las parcialidades ultraderechistas que contiene la Ley, es la de
que se promulga para “combatir el fracaso escolar.” ¿Otro retoque con el pincel? Que Sharon
busque el apoyo de ultranacionalistas. ¿Qué es él? La constatación de que los
atentados terroristas palestinos lo son, terroristas, y crímenes contra la
humanidad, por consiguiente, con independencia de la espiral acción reacción
que equipara sus acciones a las de los represores israelíes, la recoge la ONG
Human Rights Watch y quizá fuera conveniente que se convirtiera en principio
básico de la Autoridad Palestina. Que Turquía sea rechazada políticamente en
Europa porque no se ajusta a los parámetros democráticos exigidos por la UE es
algo que contrasta fuertemente con la tolerancia de la propia UE para con Putin
o Jatamí, por ejemplo. ¿Cómo va a extrañar que un iluminado mafiosconi turco,
Cem Ulzan, proponga darle la espalda a la UE al grito de “los extranjeros son
los culpables de todos los males de los turcos”? La mayoría absoluta del
goppierno se ha transformado en sordismo absoluto, a juzgar por la indiferencia
con que dos leyes tan polémicas como la Ley de Educación y la de Haciendas
Locales han sido aprobadas por el Congreso. Las administraciones locales
gobernadas por los socialistas se han rebotado contra la acusación de Aznar de
freír a impuestos a los sufridos ciudadanos. Quizás sea éticamente incorrecto,
desde su responsabilidad guppernamental, pero hay verdades que ni la lucha
política ni la ideología ni los memoriales de agravios pueden disimular ni
justificar. Clonista, residente en Barcelona, anda, como tantos otros
conciudadanos, da fe de ello, escocido fiscalmente. Un ejemplo: la zona azul de
aparcamiento (en Mataró los vecinos se han rebelado contra la pretensión del
Ayuntamiento de instaurarla: ¡unos nuevos héroes de la independencia, sin
duda!). Otro: el uso recaudatorio de la grúa. Otro: los impuestos sobre el
agua. Otro: el impuesto de circulación, más alto que en cualquier otra ciudad.
Y así sucesivamente. Continuará la polémica sobre las excarcelaciones. Un
supuesto arrepentido iba a participar en un acto a favor de la repatriación de
los presos políticos vascos, es decir, a favor de aquellos de quienes se había
desligado, según confirmó a su ángel de la guarda judicial. En día de Tentaciones, un suplemento menor de
edad, la noticia sobre el asesinato de un rapero y los enfrentamientos entre
raperos de una y otra costa americanas desvela un mundo de violencia propio de
un género nacido al amparo de su elogio. A menudo la realidad prensada recupera
historias, como que al gociuerno le fue imposible aprobar su reforma del Juego
para que los patronos de las máquinas tragaperras ganaran más. Y lo hace a
propósito de la petición de dimisión del director general del Juego por sus
vínculos con los empresarios del sector.
Cándido Méndez sostiene que el Pacto de Toledo “está tocado del ala”.
Pues muy bien. Entre lo que se quiere decir y lo que se dice, hay un agujero
negro donde debe reírse la realidad a mandíbula batiente.
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