martes, 23 de febrero de 2016

14-12-02   

A medio mes vista del final, concluido el primer trimestre escolar, sigue el clonista conquistado por esa sensación de balance de temporada que le invade como una amenaza. La realidad se ha resistido al escalpelo analítico y a la mirada intuitiva –por redundante que sea la expresión- con unas defensas que se han revelado inexpugnables. La desazón se ha convertido en desaliento, que no ha sido pequeño el trecho recorrido, porque los resultados, le duela o no a Clonista, son tan magros como las carnes del galgo corredor quijotesco. El desconcierto de Clonista ante la potencia proteica de la realidad no acaba nunca de desvanecerse. Y las realidades, que se suman a velocidades cibernéticas, componen, al final, un entramado de ficciones verosímiles y de verdades ficticias –que no son una y la misma cosa, salvo en apariencia, aunque las limitaciones de Clonista le impiden explicar esas diferencias sustanciales- en el que perece el afán de claridad, de luz, de entendimiento. No hay, pues, como la pasión para enfrentarse a la realidad, e incluso para instalarse en ella y dejarse arrastrar por el torbellino de los cambios perpetuos. Lo que no cambia, por ejemplo, es la mediocridad e incapacidad política del caudillito, quien no ha conseguido que la UE trate a España como trató a la Alemania de las inundaciones. Y probablemente en la UE tengan razón: las riadas fueron un desastre natural; la marea dálmata/ negra del Prestige ha sido un desastre de gestión guppernamental. ¿Les escuece que les signifiquen, para mal? Les da igual, probablemente. La desidia con que se han comportado durante la tragedia indica bien a las claras que el estado de descomposición en que ha entrado el goppierno, espoleado por la indeterminación de la sucesión del Gran Jefe de Negociado, es irreversible. Al mismo tiempo que ponía la UE al Caudillito en su lugar, de bien poco relieve continental, se aceptaba la ampliación hacia el este y el Mediterráneo, no sin algunos interrogantes que posponen la “alegría” para cuando la máquina ande rodada y la Babel resuelta. Turquía sigue a la espera. Kissinger ha optado por los negocios inconfesables, antes que por el empleo público, si ambos, como le han sugerido desde el Congreso, son incompatibles. Adiós a Bush y allá se las componga con gentes más dóciles y menos ambiciosas, qué caramba. El editorial del día analiza la “inflación de fondo”, pero se abstiene de señalar la repercusión microeconómica de la misma, limitándose solo al análisis macroeconómico, a la economía de los grandes números, que, traducido a la vida corriente, es la economía de los grandes números rojos, por los que, además, te cobran un interés de escándalo; unos números que te llevan a tocar fondo, sí. El rey de Marruecos tiene un gesto piadoso y ofrece sus caladeros a la flota gallega durante tres meses renovables. Por el desacuerdo respecto a la negociación de la UE con Marruecos para pescar en esas aguas comenzó la gran crisis hispano-marroquí. ¿Vendrá por este ofrecimiento el restablecimiento de la buena vecindad? Pasado el mes ya se sabe quién tomó la decisión final: José Luis López Sors, director general de la Marina Mercante, subordinado plenipotenciario de Cascos. Como se ha demostrado, esta crisis se ha gestionado desde el escalafón, de ahí la escalada del desastre. El guirigay nacional en que se ha convertido el desastre, con comisiones de seguimiento de las que se echan a los del bando político opuesto, con acusaciones de “separatismo” por entenderse con las vascongadas y con privación severísima de información a cuantos no sean leales y manifiesten adhesión incondicional al caudillito y sus ministros está llamado a convertirse en uno de esos episodios que, con el tiempo, requerirá de un Valle, no necesariamente gallego, que lo esperpentice para devolverle su auténtica realidad, la inteligible, al menos. Los paquetes bomba enviados a El País y a la sede de Iberia en Roma, al parecer como represalia por el encarcelamiento en España, tras sentencia judicial firme, de un peligroso delincuente italiano, son llamados “libro bomba” en la edición de hoy. ¡Libro bomba! En vez de una imagen que describa el poder del libro, la expresión convierte al libro en un adjetivo que ni especifica ni explica, sino que asesina. Como a su manera asesinaba también el ciudadano –de origen desconocido, aunque con Folique de nombre bien puede pensarse que sea de la misma nacionalidad que los adolescentes explotados por él: de Bangladesh, o alrededores, si bien se admite cualquier sorpresa, por supuesto- adicto a la esclavomanía que ha propiciado las necesidades de mano de obra sumisa y barata. ¿Cuándo se tomará en serio la UE la necesidad de acabar con la esclavitud de nuevo cuño ancestral en el continente, incluida la explotación sexual? Que el cambio es el fundamento necesario de la realidad se advierte, sin ir más lejos, en el recuerdo que le ha llegado a Clonista de lo bien que le sonaba al PSOE la “música” de la nueva ley de sanidad del goppierno y que tanto contrasta con el “rechazo total” que se recoge hoy. Debe ser que la “letra” no había por dónde cogerla, supone Clonista. Que Mas corrija a Pujol tiene de noticia lo que supone de reconocimiento de la chochez política del mentor, sujeto al calentón mental del desvarío de quien anda en permanente dejación y despedida, en cesión de trastos que acabarán por dar al traste con su deseo de ser sucedido por lo que ve como una reencarnación más bien pobretona, aunque atildada y barrada, de su propio proyecto político; pero no deja de ser una noticia de saldo.

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