martes, 9 de febrero de 2016

5-12-01

Un nuevo día, se miente Clonista con más desvergüenza que hábito. Quizás porque disminuye la fiebre y la realidad vuelve a verse sin esa distorsión hirviente que todo lo contagia de desgana y desánimo. De hecho, una buena sesión de 10 km en cinta contra el gripazo le ha dejado a Clonista suave como la piel de cabritilla de los guantes. Zapatero exige a Aznar que “coja el timón” en la crisis del Prestige. ¡Qué temeridad! ¿Y si le hace caso, para llevar la contraria! Teniendo en cuenta cómo luchan heroicamente los pescaderos gallegos contra los vómitos de fuel del Prestige, quizás lo más oportuno sería que el goppierno siga dedicándose a la caza y el turismo rural, no vaya a ser que acabe consiguiendo que esos vómitos del gran capital lleguen hasta las casas cercanas a la costa. Desde que el goppierno consideró los vertidos como una amenaza dálmata de mínima envergadura, las “manchas sueltas” siguen desplazándose hacia costas aún más lejanas: Portugal, la costa cantábrica y Francia se aprestan a la defensa, con una diligencia que pone en evidencia la dejadez cinegeticoturística del goppierno español. Por otro lado, y a pesar de aquel ejercicio de cajas chinas que fueron los artículos dedicados a las sociedades interpuestas que se dedican al transporte del crudo, ¿no se ha dicho más bien poco de la responsabilidad última del grupo petrolífero ruso Alfa, una de cuyas empresas fletó el cascarón de solemne nombre? El goppierno dice poco y mal, pero hasta la fecha no ha salido en sus comunicados ni una sola palabra de la exigencia de responsabilidades a los responsables reales del siniestro. Un juez de Usamérica le ha reconocido a un detenido por la histeria postonce de setiembre el derecho a defenderse. La Administración Bush, sin embargo, lo considera “combatiente enemigo”, lo que lo sustrae a la acción de la justicia ordinaria, lo mismo que hace con los prisioneros de Guantánamo, una especie de paraíso fiscal de la ausencia de derechos, pues, al no considerarse territorio americano, se halla en ese limbo donde uno puede despedirse de cualquier derecho humano de los reconocidos en las leyes internacionales. La propaganda sigue labrando el fértil terreno de la realidad prensada y ya ha dado un nuevo fruto: las milicias de Al Qaeda se han fusionado con las milicias palestinas y se está formando, en consecuencia, el gran ejército terrorista del mal contra el que ya están deseando misilear los halcones israelíes como entrenamiento para ayudar después al “amigo usamericano” cuando la emprenda a misilazos contra Irak. El rey en Navarra se las ha tenido tiesas con los guerreros batasunos que armados de canciones defendían sus ficciones políticas con barítona energía. ¡Si siempre lo hicieran así! Cuanto más se conoce del genoma, más se cree en la importancia decisiva del azar, como ya sostuvo Monod, en la evolución de las especies y, sobre todo, de la humana. Compartir el 99% del genoma con el ratón no es algo tan “sorpresivo” como reza la propaganda. Intuitivamente se ha entendido que era así desde los albores de la ciencia experimental, que escogió por algo las cobayas, ¿o no? El goppierno prepara una nueva visita del Papa católico a la cada vez menos católica España. La cercanía de las elecciones municipales convierte un poco la visita en algo así como sacar el santo en procesión, a ver si llueven votos. Pero por más que se queden rouncos gritando amenes, es bien probable que no tengan el santo de cara. La pregunta inevitable es: ¿en qué país la palmará el Papa?, porque su afán viajero lo llevará a morir lejos de su casa, eso se ve venir. ¿Será en España? Vale que el dúo Aznar-Cascos es siniestro y gafe, y ahí está el hundimiento del Prestige para certificarlo, al final de la travesía caudillista, pero... En fin, Clonista no quiere recurrir al humor negro, que Azcona tiene la exclusiva del invento. Y casi a él pertenece ese juego siniestro entre la viuda de Juan Antonio Bardem y sus cuatro hijos, que desmienten a la madre y dicen que ni está  desahuciada ni en la miseria, aunque su situación, como la de cientos de miles de españoles, no es muy boyante, y que ellos se encargan de ella. Le han chafado un poco la columna a Haro, siempre dispuesto a flagelar a diestro y siniestro, pero no en lo esencial, claro. Como si la realidad se empeñara en desmentir a los teorizadores, he ahí, en la contraportada, la guerra del velo llevada en Francia a las empresas privadas. Según la solución de Gil Calvo, el asunto se reduciría a una simple intermediación de los asistentes sociales, en su calidad de representantes del estado del bienestar, pero no parece que las posiciones de una y otra parte admitan mucha intermediación. ¿Y en esos casos? Clonista recuerda que anda por medio la religión, y al respecto del presente caso son las palabras recientes de Wole Sonyinka las que mejor definen la situación: cualquier espacio que se cede al integrismo es irrecuperable, y le servirá a éste de palanca para extenderse hacia otros. Clonista, después de tantos movimientos nacionales como ha tenido que sufrir en este país biedmesco de todos los demonios, tiene clavada la herida de que aún no se haya conseguido una auténtica separación entre Iglesia y Estado. Y tiene la impresión de que ese objetivo político no forma parte de la agenda de quienes pueden suceder al caudillito, lo ve venir. Cualquier año se mide también por sus necrológicas: los hay cargaditos, otros no tanto y algunos prescindibles. Iván Illich ha muerto. Probablemente su nombre vaya asociado al título que le abrió un extraño camino entre la juventud contestaria de finales de los años 60 y comienzos de los 70: La sociedad desescolarizada. Clonista, instintivamente primero, intelectualmente después, ha estado siempre de acuerdo con la idea de que la institución académica es una instancia represiva y carcelaria, que es lo que los padres en general desean, y que los alumnos aprenden contra la escuela, nunca a causa de ella, pero sabe que son mensajes muy pero que muy políticamente incorrectos. Al fin y al cabo, como bien sintetiza Reyes Mates en su necrológica, la escuela era para Illich el ídolo de la religión secular de nuestro tiempo. Y Clonista, como sacerdote descreído de ese papanatismo, lo sabe perfecta y dolorosamente. Las ayudas públicas francesas a France Télécom, en la que el estado sigue siendo accionista mayoritario, ¿no son una burla a la UE, un “yo voy por libre” que se ríe de los controles para la libre y leal competencia? El FMI, por su parte, el verdadero poder económico mundial, recomienda a España que suspenda las cláusulas de revisión de los convenios, gracias a las cuales puede recuperarse el diferencial con la inflación anual que, como este año 2, por ejemplo, va ser más que considerable, en esa línea ininterrumpida hacia el fracaso económico, aunque a los funcionarios públicos no les alcance tan benéfica y justa medida.

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