jueves, 3 de marzo de 2016

23-12-02

La realidad del Gordo de ayer es la realidad prensada de hoy, aunque la huida rocambolesca del responsable de los comandos de ETA en Francia –custodiado tan chapuceramente que parece impropio de esa nueva Francia policial de Sarkozy cuyos descosidos han quedado a la vista, si bien la amenaza de ETA no se siente allí como aquí, obviamente, y poco, en consecuencia, empañará la fama dura del ministro escoba- y el Prestige compiten con ella. La gran aspiración de todos y cada uno de los ciudadanos de este país se convierte hoy en la gran decepción de casi todos ellos, aun de los no creyentes, pero practicantes. Con todo, la máxima realidad del día aparece en un cuadernillo central, acotada, aislada, como queda aislada la Ciencia, la Salud, la Educación o la Literatura, y en menor medida el Cine. La dinámica de las festividades en cadena, todas ellas dedicadas a la Gula y a Baco, además de a Consumo, que gobierna todas las devociones, incluidas las anteriores, obliga a Clonista, con la prole en casa, a hacer malabarismos horarios para recorrer el ultimísimo tramo de su aventura. El goppierno ha cedido a las peticiones de los pescadores que se habían puesto en digna huelga de hambre sin espectáculo, pues impidieron que hubiera fotografías de su encierro y su padecer. Más de un mes después de la catástrofe admiten que, en efecto, faltan medios y procurarán enviarlos. Pero ha habido otra reacción inconcebible y más propia de fulleros que de políticos, aunque muy a menudo cuesta lo suyo trazar la línea divisoria entre unos y otros: los políticos del Partido Popular gallego, que se ven en el futuro como ahora están los mariscadores y pescadores de bajura gallegos, han reaccionado como El Pardo, es decir, como  la Moncloa misma lo hubiera hecho: frente a la contundencia de los hechos, el embeleco de los dichos, de la propaganda: en vez del “Nunca mais”, que les da una buena patada cinegética en el trasero, quieren ellos vocear un “Mais que nunca con Galicia”, ¡y a ver cuántos pican! Que los votos se pesquen y que bajen las aguas revueltas, y enchapapotadas, no les beneficia, ciertamente. El truco del almendruco, que comenzó con el Españavabién ya está demasiado visto, según parece, y Cascos lo padeció en la inauguración de una autopista de pago, que podrían ser el emblema de este goppierno, casi como las autovías gratuitas lo fueron del anterior. La particular campaña política gratuita que le sirve en bandeja El País a la oposición incluye esta vez, en excelente ejercicio de hemeroteca, un caso idéntico acaecido en 1989, en el que la reacción fue exactamente la contraria de lo que ha hecho el goppierno, es decir, entrar el buque Aragón en puerto y traspasar la carga contaminante. La diferencia cualitativa cae del lado de que el Aragón era español y el Prestige de conveniencia, cree Clonista. Duhalde, que ha ido ganándose el respeto ajeno por la perseverancia en su tenaz lucha contra el Fondo Monetario Internacional por ajustar el pago de su deuda inmensa –equivalente a todas sus reservas- a su recuperación económica, que ya está comenzando a producirse, habla desde la posición de quien, ajeno a la competición electoral inmediata, le ha visto las orejas al lobo de la realidad y ha podido comprobar la facilidad con que puede destruirse un país, casi la misma con la que puede un presidente inepto, demagógico y voceras arruinar un club de fútbol y llevarlo a la desaparición. Con todo, afirmar que el hambre en Argentina tiene que ver con la “desorganización de la realidad” supone no haber perdido aún esos reflejos electoralistas que dominan el verbo político, una auténtica aguja de marear literal. Poco a poco, con una discreción impropia de los tiempos que corren, Francia se está involucrando en la guerra civil que asuela Costa de Marfil, el primer productor de cacao del mundo. De momento son 2.500 soldados los que luchan contra tres guerrillas enfrentadas al gobierno legítimo, pero la perspectiva no puede ser más oscura. Se intuyen tiempos tribales de represalias y exterminios. Hemos vuelto, acabando el año, al tema estrella del país a lo largo de todo este tiempo de aventura pseudoespeculativa: ETA. La manifestación convocada por Ibarretxe en defensa de su proyecto, amparado en la trampa escrita del ETA Kanpora y en el silencio desfilante, sólo se rompió cuando los miembros de ¡Basta ya! se sumaron a la manifestación con su propia pancarta, que incluía “Por la libertad” al lema único de la convocatoria. Y allí estaban, Savater entre otros, aguantando el tipo ante los insultos de manifestantes supuestamente del PNV, pues B se abstuvo. La conclusión del filósofo es evidente: los muy religiosos seguidores del PNV le indujeron a decir lo siguiente: “hoy hemos comprobado que el PNV nos odia más a nosotros que a los terroristas.” Ese es el trato que recibe el pensamiento libre por parte de la masa cautiva, lo cual tampoco es una novedad. Poco a poco, la Iglesia de ecónomos y gescarteras va imponiendo su cara rapiñadora y muy humana. Los profesores de religión que dejaron de cobrar sus sueldos durante cuatro meses han recibido del goppierno la notificación de que éste sí que los abonó a la Iglesia, ergo... La reclamación judicial de los mismos puede acabar volviéndose contra el goppierno si éste no fuerza a la Iglesia a que cualquier ecónomo que pase por ahí se avenga a librarlos a sus legítimos propietarios. Se ve que lo de la expulsión de los mercaderes del Templo no ha cuajado en el seno de la Iglesia, cuyas finanzas son más opacas que la capa de chapapote, pero tampoco muchos otros mensajes del Fundador, que no deja de ser un estorbo, según y cómo se mire, deben pensar sus fieles oficiales. El telepredicador Flavià, Carles, se ha asociado en un espectáculo nada menos que con Norma Duval, ex musa del PP. El ex sacerdote cambia de púlpito, con el pálpito de que se abrirá a nuevos públicos a los que endilgar sus monsergas de frustrado monseñor, si bien con la convicción de que cada vez más se asemejará al otro monseñor, don Quijote, según su asendereada vida artística lo proclama. Un apunte sincero: “yo he hecho cosas revestidas de elitismo mucho peores que este trabajo”. Clonista lo cree. Los revestimientos son toda una especialidad de la realidad, y descubrir el fresco original, todo un reto. A Clonista, con todo, se le acaba el tiempo para ello. ¡Afortunadamente!

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