sábado, 16 de enero de 2016

11-11-02

     Un nuevo día es siempre una nueva oferta de realidades competitivas que, en algunos casos –casi en todos-, luchan encarnizadamente por adueñarse del espacio prensado. Otras veces, sin embargo, los taumaturgos establecen por decreto la jerarquía y ya no hay más que aguantar la imposición. Que el ministerio de Economía no haya sido capaz de penetrar la opacidad de las cuentas de HSBC, salvo en 12 casos, habla bien a las claras de la impenetrabilidad de la realidad, y de la escasa capacidad perforativa de quienes no están interesados en absoluto en gruyerear el secreto bancario. ¡Menuda pamema usamericana la de la resolución onuesca! ¿Y si resulta que Sadam no tiene las armas que los americanos dicen que tiene? ¡Pues a por ellos, porque mienten y esconden, incluso a la comisión de zahoríes, las armas del mal supremo! Lo sorprendente, como noticia, son los detalles del plan para atacar a Irak, publicados en la prensa con la anuencia del Pentágono, es decir, una carnaza absurda que crea un ambiente prebélico cuya tosca función propagandística ignora Clonista qué finalidad pueda tener. Mientras, en Jordania, despachan integristas por la vía rápida para evitar desestabilizaciones que pongan en peligro la siempre precaria estabilidad del reino jordano, que ya estuvo a punto de convertirse en algo así como la Nueva Palestina cuando recibió casi millón y medio de refugiados palestinos. ¿Es frivolidad una realidad como la destapada por el mayordomo real que, ahora, acusa al príncipe Carlos de encubrir una violación homosexual? Las habladurías, los rumores, forjan realidades sólidas como el basalto; las denuncias, sin embargo, siempre generan un escepticismo: la justicia tiene por costumbre desacreditar lo real, reducirlo al absurdo en decisiones muy a menudo incomprensibles. En algo acabará, pero las opacas realidades palaciegas siempre acaban teniendo rendijas, intersticios y, por supuesto, testigos, más a menudo cómplices que mirones. El virreyezuelo ha dado en despedirse con los aires de derechón cortijero con que ha mostrado su desprecio por los gitanos o ha mandado a la mierda a los socialistas repetidamente, en ese grotesco desmelenamiento Hyde sobre el que hacen tanta vista gorda sus turiferarios de fuera del rincón. Inaccesible es la realidad para determinadas ideas que no logran encaramarse a ella. “Necesitamos un catalanismo integrador, no excluyente, que busque sumar nuestras peculiaridades a España”, escribe Dolors Nadal. ¿Cuántos años repitió Raimon Obiols idéntico mensaje con la misma misérrima suerte electoral y un descomunal desinterés conciudadano?  En la fundación de Cela se exhibe, según se sabe hoy, el garrote vil con que se ajustició a Puig Antich. No había otro para ilustrar una sala dedicada a Pascual Duarte; ni el realismo sin escrúpulos del Nobel debió admitir, en su momento, la posibilidad de una reproducción. La memoria se fija a los objetos y el dolor no entiende de museos. Hoy se pide su destrucción. Mañana, a años luz del dolor de hoy, tan relativamente reciente, se verá como pueda contemplarse una guillotina.  Que el caudillito es barroco se advierte en la facilidad con que han aumentado los contratos temporales, que es un modo de recordar a los españolitos de a pie la condición fugitiva del tiempo, la precariedad de la existencia y la triste condición del paria, todo ello al servicio de la grandeza del reino y de su valido balidor y muñidor.

jueves, 14 de enero de 2016

10-11-02

     Domingo de nuevo que nunca es un nuevo domingo. Y menos hoy, que tiene toda la realidad prensada un aire de resumen detenido que hiede. El día del análisis desmiente la función del diario, y a Clonista le recuerda demasiado los púlpitos de misa de doce de su infancia. Sarkozy continúa su lucha desigual contra los pobres de solemnidad que buscan su lugar bajo el sol. Deja a los inmigrantes clandestinos en la calle, y todos saben en Francia qué supone “la calle” en pleno invierno, para lanzar un mensaje claro a “las organizaciones de tráfico de personas”: que no cuenten con el auxilio social estatal para seguir alimentando su negocio esclavista. La Iglesia lo critica duramente y, al tiempo, pide ayuda policial para sacar de un templo a los inmigrantes irregulares que lo habían ocupado, en un hermoso ejercicio de hipocresía típicamente católica. ¿Cómo reciben los lectores de la realidad prensada el inicio de una campaña electoral que se va a extender siete meses? Durante todo ese tiempo, que cae fuera, ¡afortunadamente!, de la aventura clónica de Clonista, la realidad se convertirá en  publicidad y olla de grillos, como el torpe simbolismo de Gutiérrez Aragón en su Caballero don Quijote. Después de los elogios inmerecidos leídos en El País, ¿quién se atreverá a decir la verdad, el estruendoso fracaso que supone un guión insensato trufado de imágenes preciosistas, eso sí? ¿Cómo es posible que un libro en el que no se deja nunca de hablar, un libro lleno de palabras hasta el agotamiento, dé pie a una película casi bergmaniana, invadida de silencios? ¿Cómo es posible que en la película no haya ni rastro del principal rasgo definitorio del libro: la ironía? ¡Qué patéticos los esfuerzos por imitar la interpretación de Fernando Rey, un Quijote que hubiera complacido a Cervantes! ¿Dónde queda, en el estilizado retrato de la película, el buen realismo en el que se inserta la genial aventura del caballero? Sábato tenía razón: cualquier adaptación cinematográfica de El Quijote estaba condenada al fracaso. Lo propio sería centrarse en una aventura que lo resumiera. Sábato proponía la aventura en el palacio de los duques, que presenta una unidad narrativa clara. Lo visto en la película de Aragón sobre los duques inspiraba lástima, ciertamente, y la aventura de la ínsula Barataria era una mamarrachada insultante. En fin, que el piadoso olvido siga su curso. La campaña electoral se centrará, al parecer, en la seguridad, pero parece que el PP ha olvidado algo elemental, que lleva ya seis años en el poder. De entre las escasas noticias del día, hay una especialmente que representa una novedad: el ayuntamiento de Albacete ha cedido la gestión de 100 millones de euros a los colectivos sociales, en un elogiable ejercicio de democracia directa, porque eso es la democracia, en realidad, tocar los presupuestos. En día de recapitulaciones, resúmenes y rescates del olvido que tanta realidad devora, reaparecen los despedidos de Lear, con la bendición del gociuerno de la Generalidad, para conocer la verdadera cara de las promesas gociubernamentales: sólo el 15% de la plantilla se ha recolocado. El empresario de Jazztel, Varsavsky, acusa al dúo goppierno-Telefónica de actuar en comandita para ahogar a los competidores de la empresa instrumental del goppierno. Se supone que sabe de lo que habla, ¿o no? Se supone.

miércoles, 13 de enero de 2016

9-11-02

     Sábado de extenuante agenda y de realidad prensada bajo el síndrome prebélico que tanto le pone a Bush. Incluso Siria ha votado a favor del ultimátum, pues del río revuelto siempre algo sacará que permita la afluencia de inversiones o cualquier otro beneficio no visible.  ¿Nos instalamos por orden en la realidad? Estamos tan acostumbrados a la sucesión temporal y al pensamiento estructurado en discurso que tendemos a aceptar que el orden de la realidad prensada es algo así como el orden propio de lo real, que la jerarquía va de las noticias del corazón del imperio a la información de los programas de televisión y a la anécdota sorprendente. ¿Qué pinta, entonces, la última columna en ese final, a no ser que se trate de un remedo del Apocalipsis –lo que acercaría demasiado, para su más hiriente inri, el diario a la Biblia-, a juzgar por ejemplos como el de hoy, Las cifras, de Verdú? La realidad ha sufrido un ataque de tal dimensión por parte de los organizadores y creadores de la misma, que se nos ha deshecho entre los dedos: “En un mundo recubierto de publicidad y propaganda, lo que cuenta no es la verdad, sino lo que parece verdad.” En la feria de las apariencias, pues, ¿a qué carta quedarse? Teniendo en cuenta el baile de cifras, la contabilidad creativa, extendida a la demagogia política, y las manipulaciones informativas ¿qué realidad le queda al ciudadano interesado en saber qué ocurre en ella? Normalmente hace como Clonista, compra un diario, lo lee y lo comenta, para sí o para otros, convencido de que ese orden de realidades expuestas según criterios validados por la tradición es casi casi un orden natural. ¿Su libertad? Hacer como hoy Clonista: empezar por la despedida de la realidad para saber que la travesía canónica tiene tan poco sentido como la arbitraria, como la caprichosa. La primera reacción de Clonista al leer el titular sobre el rechazo de Giscard a la entrada de Turquía en la UE, expuesta, por cierto, en un tono apocalíptico, ha sido la de hacerlo valedor de la referencia al cristianismo en el proyecto de Constitución que ha de salir de la comisión que él preside. En páginas interiores lee que esa reacción islamófoba se produce una semana después de haber sido recibido por el Papa. Lo que es la intuición, Señor. Los llanitos gibraltareños se pronuncian en referéndum contra la soberanía compartida del Peñón entre España e Inglaterra. Al margen del paraíso fiscal, pronto a ser clausurado, la reticencia numantina a integrarse en la Españavabién del caudillito, donde se atan los perros con longanizas y los precios de los pisos andan por las nubes porque la mayoría tiene avioneta particular, algo querrá decir ¿no? ¿O son ellos los únicos proclives al taifismo, tan arraigado en toda la pell de brau? La mancha electoral se extiende hasta desfigurar por completo la ya de por sí escasa racionalidad de los discursos políticos, la mayoría de ellos ajenos a la realidad. La tan traída y llevada cohesión de España, a la que se le da vueltas y revueltas desde hace más de 500 años, ¿cómo es posible que se les venda a los electores como el asunto fundamental de unas elecciones municipales? Eso sí, si se empeñan en que todo gire alrededor de ese bizantinismo estéril, pues girará, claro, ¡a ver si no! Lo de la España oficial y la España real, y las elevaciones pertinentes, que tanto cultivara Suárez, se ha podrido de raíz. Se ha desandado el camino: la España del caudillito es la del “usted, calladito, y siga su camino sin meterse en política, joven, que, aunque no le guste, mis desvelos y mi valía sin par le garantizan la Españavabién que no tiene parangón en la larga Historia de nuestro país.” En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, los vecinos y los ayuntamientos afectados por el también sinpar invento del tranvía andan a la greña del desconcierto. ¿Hay algo que pueda superarlo? Pues sí, el Folclòrum. Dada la animadversión de las asociaciones de vecinos, ¿puede acabar convirtiéndose el descabellado acontecimiento –y descabezado- en el Folclòsrum? ¿Será el magno Palacio de reuniones y congresos, o como se llame, el mausoleo político de Clos?  Tiempo al tiempo. Lula, por el contrario, busca una edición brasileña de los Pactos de la Moncloa, quizás la única realidad política exportable creada en nuestro país después de los pronunciamientos del XIX. Si se ha de sancionar a las eléctricas por pactar precios, es decir, por arrasar el ideal de la libre competencia, ¿en qué ha quedado la obra política y económica del gopierno? ¿De verdad se merece un premio quien acierte la respuesta?
8-11-02

     ¿Se agota un discurso sobre lo real? Sin duda. Lo real siempre vence. No hay testarudez como la suya. Agota a cualquiera. No es extraño, pues, que quien más quien menos sienta de vez en cuando la necesidad de desconectar de ella, de marginarse del fluir universal de ¿la infamia?, ¿la estulticia?, ¿el tedio?, ¿la alienación?, para, ilusamente, refugiarse en ese yo que, sin embargo, ¡ay!, está dominado por la ansiedad, según lo recoge Verdú en su siempre penetrante visión pluridisciplinar de la modernidad. Nada moderna es, por otro lado, la previsible, pero aún no decidida, incorporación de la caudillita a las listas municipales del PP en Madrid. ¿Cómo será la publicidad? ¿Vote por la “mujer mujer”? ¿¡Por fin una candidatura del corazón!? Que minucias reales de esa naturaleza se eleven en la caprichosa jerarquía de lo real prensado a los puestos de honor confirma la gran carga de banalidad que ha de soportar lo real y que, por ende, han de sufrir quienes se acercan a la realidad prensada con la esperanza vana de huir de aquélla. ¡Nada tan democrático como la mediocridad!  Las elecciones también han despertado la piedad del goppierno, el cual ha dispuesto que se les dé a los funcionarios unas migajas miserables del Presupuesto para reducir en un 2% el 30% de desfase que llevan respecto de los constantes incumplimientos del control de la inflación. Las imágenes no valen más que mil palabras, obviamente, pero una imagen como la de Bush, distribuida por Reuters, en la que se recorta la cabeza del presidente contra una chapa circular en la que figura su cargo, suma la santidad a la moneda en una mezcla muy del gusto americano, teniendo en cuenta la leyenda de sus dineros: in god we trust: en dios confiamos. China, tan ausente de esta clónica, ahora que Clonista se da cuenta de ello, es, podría decirse sin exagerar, una realidad aparte, si bien hace lo imposible por converger con la de todo el mundo. Su imparable camino hacia el capitalismo está jalonado de decisiones como la de la restructuración de las empresas estatales, que ha dejado en la calle a ¡48 millones! de trabajadores. La totalidad de los españoles en paro, por ejemplo. China es algo así como la física de los grandes números. Después de vender la democracia iraní, Jatamí vuelve a casa y se encuentra con la sentencia a muerte de un escritor reformista cercano a sus tesis. ¿De qué se le acusa? De blasfemia. De lo que acusaban  a Houellebecq los mezquiteros de París... Josep M. Colomer analiza la victoria de Lula y no tarda en airear unos miedos que Clonista ya expuso. Lula, ¿Otro Allende?, titula Colomer su artículo, con una pedagógica capacidad de síntesis que hace innecesario cualquier resumen de su pensamiento. Necesarias son, por el contrario, las explicaciones de cómo puede haberse producido un incendio en el centro desde donde se controlaban todos los sistemas informáticos de la compañía aérea exbandera. Hay días en que los ojos pasan por las tiendas del bazar y tienden a cerrarse por el aburrimiento que produce la insignificancia de lo expuesto, o su vanidad, que a veces es lo mismo. Las reseñas cinematográficas, por ejemplo, con seis a cargo del plurifable A. F-S. Con todo, hay promesas de buen cine, lo que vale tanto como decir de buena realidad, porque nada como la mentira cinematográfica es capaz de crear tanta realidad auténtica.

martes, 12 de enero de 2016

7-11-02

     Las sociedades humanas son organismos de una relativa complejidad que, sin embargo, son capaces de elevar hasta la cumbre rectora de las mismas a los seres más mediocres de la especie, y ahí está el clamoroso caso del presidente Bush, reforzado por los votos de sus conciudadanos, quienes le han regalado la mayoría republicana en el Congreso y en el Senado. Si Birnbaum no sabía lo que pasaba en Washington, ¿cómo va a tener ni la  más remota idea de lo que ocurre en un país tan vasto como el suyo? Si Washington, es decir, el gobierno de su país, se le vuelve una realidad indescifrable, ¿cómo llegará nunca a entender las reacciones políticas de sus compatriotas?  Hemos nacido para no entendernos, que decía Sartre, según parece. ¿Tendrá algo que ver con ese triunfo la rebaja del precio del dinero en Usamérica a “niveles de hace 40 años”? Clonista es poco ducho en asuntos económicos –y en casi todos, la verdad sea dicha-, pero la tibia acogida de la Bolsa indica que el valor del dinero no les importa gran cosa a los inversores, más amigos de la especulación que del tejido productivo, del mercado de valores que del mercado de bienes y servicios. Aun con un interés semejante, si los precios de la vivienda están como están, aquí en la Españavabién del caudillito, ¿quiénes pueden atreverse a un endeudamiento de casi 400.000 €? Pues eso. Mal, pero que muy mal, deben pintar las encuestas para el PP cuando el caudillito saca la artillería gruesa de la desestabilización constitucional que significaría la llegada de los socialistas al poder. Llegados a ese extremo, más allá del agua al cuello, la ingesta excesiva de líquido parece haberles trastornado por embotamiento, por abotagamiento. Como si fuera un comentario subliminal, hoy, día de la victoria de Bush, se llenan las páginas de Internacional de accidentes y catástrofes varias. Porque accidentes los hay todos los días, eso está claro. La naturaleza cíclica de la realidad, la propia del ritmo natural de las estaciones, no por sabida deja de asombrar.  De los regresos al pasado, al peor de los pasados, no está exenta ninguna sociedad. Si en las vascongadas se empeñan en hacer realidad el ideal racista sabiniano, en Alemania se vuelven a oír gritos contra los judíos, y no provenientes de cabezas rapadas o grupúsculos neonazis. Tal ocurrió, según parece, en el acto de devolución del nombre original a la calle Kinkelstrasse, que ahora ha recuperado el suyo tradicional de Judenstrasse, que lo había sido durante 400 años, hasta 1938. Lo chocantes es que se recoja el testimonio de una testigo presencial de los hechos que afirma no haber oído tales gritos. El redactor da por buena la confusión y deja al lector desamparado frente a las dos versiones. ¿Hubo o no hubo esos gritos lamentables? En el ámbito nacional, Jesús Caldera se ha atrevido a decir que el goppierno ha presionado al Banco de España para que se sume a las prácticas montoreras de la falsedad estadística, del maquillaje contable de la señoría  montopepis. Se trata de una realidad improbable, pero quizás, por ello mismo, de una verdad evidente. La primera rebaja del marcial impulso guardiacivilesco hacia la integración de los homosexuales ya ha sufrido su primer recorte: en la misma enmienda del reglamento se añadirá lo que aún no figuraba: que las familias numerosas tendrán prioridad para instalarse en ellas. Periódicamente la prensa se empeña en recoger estudios que pretenden avalar científicamente las conclusiones más peregrinas. En un análisis del dolor que sufren los aquejados de dolor de espalda se ha llegado a la conclusión de que quienes cuentan con una pareja solícita que se interesa por sus dolores sufren más que quienes no. Clonista ignora si Alberti padeció de la espalda, pero a espaldas de su obra y de su legado sí que se está organizando una apropiación institucional de su figura a propósito del centenario de su nacimiento. En fin, cosas de la política, jamás de la cultura; como mucho de folclórumes, si acaso. En el rinconación catalán, el primer subordinado de Pujol se niega a informar de los créditos públicos a empresas privadas, alegando que ya los controla el Síndico Marià, no muy amigo precisamente de la transparencia, sino bastante más de la ocultación y el escamoteo. Cuajó la expresión “el oasis catalán”, pero bien podría haber cuajado, también, la de “el sainete catalán”, porque muchas de las politiquerías aburdas de este país, también de todos los demonios, sin duda, son puro sainete del que tanto y tan bueno se ha escrito siempre en este rinconación. Se va el buen Mas a Polonia para abrir una oficina de reclutamiento de personal dispuesto a ser explotado en Cataluña y acaba ordenando que se lleven la bandera española del local, además de recibiendo a un par de funcionarios de quinta categoría a los que el Mas imposible salvamuebles eleva a la categoría de miembros del gobierno polaco. Por si no hubiera quedado claro, a lo largo de todo un año, que la realidad es amante de las coincidencias, otra escena sainetera se le ofrece al lector, por el mismo precio, en la columna de al lado: “El gobierno catalán borra la bandera española de una fotografía publicitaria.” Al grito pelín angustioso de “Fernandes, cerqui´m una explicació urgent, i versemblant!, si us plau!, los responsables políticos, sin rostro, han ofrecido dicha explicación: como el local donde ondeaba la enseña centralista era un cuartel, han decidido quitarla “por motivos de seguridad”, para que no se identificara el edificio. Y tan capantes... De nuevo Clonista se ve forzado a no retocar –frente a las tentaciones totalitarias de otros- su errata creativa: que campe a sus anchas. Era previsible, la proximidad de las elecciones ha hecho que el Folclòrum se convierta en arma arrojadiza. Las oposiciones, ante la cascada de dimisiones, de indecisiones y de indefiniciones, se han lanzado a la yugular del alcalde, por más que instancias superiores gobernadas por los correligionarios de esas oposiciones formen parte activa del proyecto. Nació mal, el proyecto, y lo que se concibe mal es difícil ejecutarlo bien. Interesante realidad la de la publicación de una novela de Cansinos Assens, Bohemia, y más aún que se venda a través de una página de Internet y de un teléfono, ofrecidos ambos en el artículo: artesanía pura y dura, como la defensa de la fundación Cansinos Assens sin disfrutar de subvención pública alguna.

lunes, 11 de enero de 2016

6-11-02

     De nuevo en la rueda de la fortuna, que nunca se pudo estar quieta, como canta el romance. Dos muertos y dos heridos ya no la verán rodar, en Pontevedra. La policía “no descarta ninguna hipótesis”, hermoso eufemismo argumental para confesar que no tienen, como vulgarmente se dice, ni puta idea de quién o quiénes pueden haber sido ni cuál o cuáles han sido sus móviles. Con todo, sí que parece descartarse que sea obra de ETA, por la confección de los artefactos –un nombre que no se merecen esos engendros maléficos-, aunque tampoco puede ponerse la mano en el fuego. Que el líder espiritual iraní, Jamenei, indulte por su gracia bonita al disidente Abdolá Nuri, viene a confirmar que la teocracia iraní en modo alguno puede compararse con la democracia tal y como se entiende en occidente, por más que el clérigo Jatamí quiera convencer a sus posibles socios económicos europeos de lo contrario. La noticia de la detención en Francia de ocho sospechosos del ataque de Al Qaeda a una sinagoga tunecina, ataque en el que murieron 19 personas, pone de relieve esa realidad paralela de los servicios de información, los agentes clandestinos, los seguimientos, los teléfonos intervenidos, la vigilancia constante y los informes inevitables, porque toda realidad gubernamental tiende a la burocracia como los adolescentes al desahogo seminal. En la realidad cebollar que se deduce de esa realidad paralela, las realidades se aprietan unas contra otras, de ahí que, aunque ignorándose, no se perciban, porque pasan desapercibidas. La única capa que se distingue es la capa seca que preserva la humedad fundamental del resto de las realidades. Clonista se resiste a metaforizar y lo deja al libre arbitrio de cada cual. Lo más fácil, y un pelín perverso, es identificar esa capa amojamada con la realidad prensada, pero Clonista se niega a siquiera sugerirlo. No le ha pasado desapercibida, a Clonista, la denominación del salón de plenos del Congreso en Italia que emplea la corresponsal, aula, que no recordaba haber leído con anterioridad. Norman Birnbaum, un intelectual usamericano de reconocido prestigio, le escribe una “carta a un amigo europeo” cuyo comienzo es revelador: “Me preguntas qué está sucediendo realmente en Estados Unidos. A pesar de vivir en Washington, ya me gustaría saberlo[...] Nuestros medios, especialmente la televisión, se han vuelto, si cabe, más conformistas, más superficiales, más triviales.” Defiende después a los diarios, aunque añade que sólo los leen uno de cada cuatro ciudadanos y destaca algunas de sus incongruencias. En resumen, la realidad se le escapa, al buen Birnbaum, como agua en cesto, y no ve manera de llegar a tener una imagen fiel de “lo que pasa”. Lo que pasa es siempre lo que está detenido, obviamente. La actualidad –rabiosa, como manda el tópico periodístico- es siempre la palabra escrita, la que queda, la que se cita después como acusación o como defensa, como invectiva o como alabanza, y no hay más. El ya amigo Salvador López Arnal, corresponsal de plantilla en la sección de Cartas al director, elogia el artículo de Berger, aunque, como suele ocurrir con el difícil arte del elogio, no mide con tino. Afirmar que el artículo está lleno de esperanza ¿no es excesivo? Sobre todo cuando el desolado Berger llega a la conclusión de que el diálogo es imposible. Como lo acabará siendo entre el PP y el PSOE si los primeros, como se confirma, regresan a la dobermanía que les llevó al poder y a la que han vuelto ante la amenaza tranquila de Zapatero, que les tiene desarmados. Más adelante, en la sección de Gente, la fotografía de la mujer de Zapatero en el Coro del Real, cantando como una corista más, añade un plus de serenidad armónica a la proyección pública de su marido que aún desconcertará más a los políticos dobermaníacos del PP, según parece. En la realidad, también en la política, esas cuestiones marginales e imaginales acaban teniendo un peso específico que ningún libro de Historia es capaz jamás de evaluar como se debe. Después de la Guardia Civil, pionera de la igualdad de derechos civiles, los Lores británicos, que no querían ser menos, han aprobado la ley que permitirá la adopción a las parejas homosexuales. El líder conservador, que había dado la orden de votar en contra, ha sufrido, pues, un revolcón sociológico, más que político, de primer orden. Que el caudillito reciba a los representantes del mundo de la educación que apoyan su autoritaria Ley de Calidad no tiene nada de extraño. Que los sindicatos de clase se quejen de que no les reciba a ellos sí que lo tiene. Que estos hayan considerado que el recibimiento a sus competidores se parece a las audiencias franquistas tampoco tiene nada de extraño, y menos para Clonista, quien poco a poco va confirmando, a lo largo de este año 2, que se va extendiendo popularmente la idea del caudillismo de Aznar, algo que igual no desagrada al tenebroso y muy simpático personaje, cuyos versos de intimidad es de desear que no estén a la altura de su tétrico sentido del humor. No hay quinto malo, se dice, y si es hijo, pues con mayor razón. Ya se sabe para qué llegó Fernández Teixidó al gociuerno, para promocionar al quinto hijo de Pujol en agradecimiento al nombramiento prestado. ¡Lo que faltaba! ¡Hasta los vecinos se dan de baja del Folclórum, se desentienden! El portazo vuelve sonora la protesta vecinal por el modelo de ciudad propuesto por el Ayuntamiento, pura ingeniería escaparatista que se desentiende de las verdaderas necesidades reales de los ciudadanos. ¿Quién queda dentro del proyecto? ¿Quedará alguien para apagar la luz? No obstante, la paellada seguirá en pie, ¿no? No está en la realidad prensada de su diario de referencia, pero Clonista no puede dejar de reseñar una realidad cuya gestación ha seguido por la amistad que le une al creador de la misma, Joan Carles Burriel. Se trata de la creación de una Universidad del Deporte en Barcelona. Ha salido a doble página en El Periódico, como un proyecto en fase de maduración por parte de la Generalitat, si bien los meandros y trochas que ha seguido ese proyecto real para llegar a ser realidad plena merecerían figurar en un capítulo de El Príncipe, de Maquiavelo. Si todas las realidades prensadas llegan a la titularidad del modo como ha llegado ésta, llegan más que sudadas, ciertamente, y de ninguna podría decirse que le hayan regalado su lugar, sino que se lo han trabajado a pulso. Clonista habla de una realidad en pañales, no obstante; del embrión de lo que, andando el tiempo, puede acabar convirtiéndose en una institución sin igual en ninguna parte del mundo. Que así sea. Hay algo de poético en un proyecto fundacional, y hasta casi de comunión mística, sin duda.