11-11-02
Un nuevo
día es siempre una nueva oferta de realidades competitivas que, en algunos
casos –casi en todos-, luchan encarnizadamente por adueñarse del espacio
prensado. Otras veces, sin embargo, los taumaturgos establecen por decreto la
jerarquía y ya no hay más que aguantar la imposición. Que el ministerio de
Economía no haya sido capaz de penetrar la opacidad de las cuentas de HSBC,
salvo en 12 casos, habla bien a las claras de la impenetrabilidad de la
realidad, y de la escasa capacidad perforativa de quienes no están interesados
en absoluto en gruyerear el secreto bancario. ¡Menuda pamema usamericana la de
la resolución onuesca! ¿Y si resulta que Sadam no tiene las armas que los
americanos dicen que tiene? ¡Pues a por ellos, porque mienten y esconden,
incluso a la comisión de zahoríes, las armas del mal supremo! Lo sorprendente,
como noticia, son los detalles del plan para atacar a Irak, publicados en la
prensa con la anuencia del Pentágono, es decir, una carnaza absurda que crea un
ambiente prebélico cuya tosca función propagandística ignora Clonista qué
finalidad pueda tener. Mientras, en Jordania, despachan integristas por la vía
rápida para evitar desestabilizaciones que pongan en peligro la siempre
precaria estabilidad del reino jordano, que ya estuvo a punto de convertirse en
algo así como la Nueva Palestina cuando recibió casi millón y medio de
refugiados palestinos. ¿Es frivolidad una realidad como la destapada por el
mayordomo real que, ahora, acusa al príncipe Carlos de encubrir una violación
homosexual? Las habladurías, los rumores, forjan realidades sólidas como el
basalto; las denuncias, sin embargo, siempre generan un escepticismo: la
justicia tiene por costumbre desacreditar lo real, reducirlo al absurdo en
decisiones muy a menudo incomprensibles. En algo acabará, pero las opacas
realidades palaciegas siempre acaban teniendo rendijas, intersticios y, por
supuesto, testigos, más a menudo cómplices que mirones. El virreyezuelo ha dado
en despedirse con los aires de derechón cortijero con que ha mostrado su
desprecio por los gitanos o ha mandado a la mierda a los socialistas
repetidamente, en ese grotesco desmelenamiento Hyde sobre el que hacen tanta
vista gorda sus turiferarios de fuera del rincón. Inaccesible es la realidad
para determinadas ideas que no logran encaramarse a ella. “Necesitamos un
catalanismo integrador, no excluyente, que busque sumar nuestras peculiaridades
a España”, escribe Dolors Nadal. ¿Cuántos años repitió Raimon Obiols idéntico
mensaje con la misma misérrima suerte electoral y un descomunal desinterés
conciudadano? En la fundación de Cela se
exhibe, según se sabe hoy, el garrote vil con que se ajustició a Puig Antich.
No había otro para ilustrar una sala dedicada a Pascual Duarte; ni el realismo
sin escrúpulos del Nobel debió admitir, en su momento, la posibilidad de una
reproducción. La memoria se fija a los objetos y el dolor no entiende de
museos. Hoy se pide su destrucción. Mañana, a años luz del dolor de hoy, tan
relativamente reciente, se verá como pueda contemplarse una guillotina. Que el caudillito es barroco se advierte en
la facilidad con que han aumentado los contratos temporales, que es un modo de
recordar a los españolitos de a pie la condición fugitiva del tiempo, la
precariedad de la existencia y la triste condición del paria, todo ello al
servicio de la grandeza del reino y de su valido balidor y muñidor.