sábado, 6 de febrero de 2016

DICIEMBRE

1-12-02

Llegó el final. No para incitarle a Clonista a la nostalgia ni mucho menos para hacer ejercicios líricos de recapitulación, a los que tan aficionada es la realidad prensada, sino para convidarlo a la alegría de la llegada a  puerto, al  buen puerto del 2003, que tan lejano le pareció allá por el día de año nuevo del mes de eneuro del año en curso. Incursiones en territorio agreste y lleno de trampas han sido las excursiones llenas de discursos irreprimibles, infatigables y, por lo general, insolventes, acerca de ese bicharraco indomeñable y arisco que responde al nombre insignificante de “realidad”, y ahí sigue, terne –no por su belleza, ciertamente- y desafiante, en el centro geométrico de su laberinto inabarcable. Como si el calendario acompañase para confirmar las constantes que han acompañado a Clonista a lo largo de su aventura, hoy, domingo, principio del fin, y al margen de la fragmentación de la gran mancha de fuel amenazadora que se mece hacia las costas gallegas, con su negro aturdimiento, con su negra desolación, ¿qué realidad se echa al coleto Clonista sino los refritos, pringosos de aceite, de toda la semana? Ni siquiera que la autoría de los atentados en Nigeria corresponda al nuevo Fumanchú puede considerarse una novedad. Sí puede considerarse un cambio de escenario –como les gusta decir a los políticodicentes, ahora que coyuntura anda casi desaparecida y situación suena casi a vulgaridad- la nueva política del gobierno islamista de Turquía respecto de los Kurdos. A ver en qué para. Lo propio del día de hoy son realidades especulativas, o mánticas, a juzgar por el artículo de Julián Santamaría, ¿Quién va a ganar las elecciones generales?, pregunta que constituye la idea principal del mismo, pues el solo hecho de plantearla implica un diagnóstico sobre la realidad impensable seis meses atrás. B se manifiesta en silencio, por prudencia, y apenas es realidad de cuarto de página. De mayor envergadura es el gasto en seguridad privada de la Generalitat, cuyos Mossos d’Esquadra, ni siquiera adornan las sedes del gociuerno. ¿La pregunta? La misma que la respuesta. A alguien se beneficiará. Por cierto, Bieito ha estrenado “su” Don Giovanni de barriada y, como era de esperar, ha tenido que pagar tributo a la etiqueta: palmas y pitos, como en los toros. No se especifica en qué tendidos. Clonista, que suele usar en su labor docente un provocador texto de Verdú, Odio a la Navidad, ha de ver cómo la realidad prensada se hace eco de la verdadera realidad de esas fiestas empalagosas: “Todo listo para las compras navideñas.” Se avecinan tiempos depresivos, ¡de enorme tristeza económica! Como era previsible, hoy era el día adecuado para desarrollar la dramática noticia del inglés fallecido de rabia por el virus que le transmitió un murciélago. En España, el último caso se dio en Murcia. Claro: ¿Es la etimología de Murcia, tierra de murciélagos? Si non é vero... Sobre el carácter instrumental de la especie humana al servicio de los virus no cabe duda después de saber que la “agresividad, la necesidad de morder, no es otra cosa que el medio que utiliza el virus para buscar nuevas víctimas, ya que se transmite por la saliva.” Otro tanto pasa con los genes. El día que no les sirvamos como carcasa, se buscarán otra.

jueves, 4 de febrero de 2016

30-11-02

     Hoy sí que es el último día, el principio del final. Y lamentablemente se le junta a Clonista con el inicio de la última y larga jornada de su andadura, el costoso mes de diciembre cuyo final consumista es siempre de siembra de los preceptivos buenos propósitos que casi nunca dejan un pósito sólido. Pero aún no hemos llegado a ese inicio que le seguirá a este final en el que los propietarios de la realidad prensada anuncian a los cuatro vientos la jugada sucia y estalinista del goppierno al imponer unas durísimas condiciones de fusión a las plataformas de televisión digital por satélite. ¿La lucha política? Que Antena 3 caiga del lado de los polanquistas es excesivo, amén –laico, claro- de una catástrofe mediática que parte por la mitad al goppierno ¿neoliberal? del caudillito con fecha de caducidad, aunque quiera seguir llevando el caduceo desde la patronal del ¿pensamiento? conservador, ¿de qué, por cierto? ¿Se verá en qué para la fusión? Los accionistas seguirán al(i)erta y con cierta prisa para el regocijo o para la irritación por el regodeo del goppierno. La cuota de compasión mediática por el dolor israelí, que se alterna escrupulosamente con la del palestino, domina hoy sobre un juramento de Sharon tan vengativo como demagógico. Llegó al poder prometiendo seguridad a los israelíes y desde que gobierna se han multiplicado los asesinatos terroristas suicidas. ¿De qué manera podría cumplir sus promesas electorales, el genocida de Sabra y Shatila? Pues, probablemente, convirtiendo Israel en un estado policíaco, en un inmenso campo de concentración donde nada quedara fuera del control militar y policial. Israel, que se crea casi como respuesta a los campos de concentración hitlerianos, ¿acabará por convertirse en un nuevo campo de concentración donde poder sobrevivir? Ya se dice que la sarna con gusto... Pues eso. Una carta al Director de Fernando Ventura rectifica a una diputada socialista gallega que compara el desorden guppernamental ante la catástrofe del Prestige con el ejército desharrapado de Pancho Villa. Reivindica la figura de este guerrillero inmortal, auténtico icono de la cultura popular, oponiéndola a la de Fraga, Rajoy, Aznar, etc., “que con un poco de suerte pasarán a los libros de historia como gobernantes anodinos, ramplones y aburridos que pusieron sus energías y sus capacidades al servicio de los ricos y poderosos. ¡Que viva Francisco Villa!” Ese incomprensible Francisco del final es toda una radiografía intelectual del señor Ventura, pero Clonista se acoge a la coincidencia que le exime de repetirse por..., ya ha perdido la cuenta. Añade en su carta, don Fernando, el dato carpetovetónico que, junto a la caza, completa el cuadro mandamásico del bávarogalaico: “Lo más eficaz ha sido la invocación que realizó el señor Fraga al apóstol Santiago para que disolviese el fuel y alejase la marea negra de las Rías Baixas.” Redondea el retrato, si falta hiciere, la denuncia de los trabajadores de las televisiones gallegas públicas sobre la censura a que se ven sometidos, pues no les dejan llamar a las cosas por su nombre, lo que era una de las reclamaciones de Berger para poder liberarnos del Gran Hermano que nos domina. Por otro lado, que se vayan extendiendo las denuncias de censura en las postrimerías del azanarato demuestra esa vuelta al pasado inmediato que tan nítidamente se aprecia en el plus de significado de los objetos y los actos que establecieron los semióticos. Cardenal frena a GarZón y frena al gopnvierno contra GarZón: el justo medio del lustrador, que no del ilustrado, pues siempre ha tenido y tendrá bastante más de cepillador de zapatos guppernamentales  que de defensor del estado de derecho. De hecho, incluso le deberá parecer un atrevimiento que un juez haya decretado prisión incondicional para el ex consejero de Economía de Melilla, quien, amparado en su pertenencia al partido del goppierno –aunque con militancia de conveniencia, seamos justos- se puso a recoger orégano al por mayor. Que este año ha sido el año del maquillaje, a todos los efectos, desde la contabilidad hasta toda suerte de decisiones políticas viene a probarlo la última noticia sobre los “retoques” estéticos aplicados a las listas de espera en la sanidad pública, uno de esos típicos retos de cualquier poder político entrante que, al final de su andadura bendecida por el electorado –que no recuerda, curiosamente, haber estado nunca enfermo...- sigue igual o peor que cuando llegó. Clonista no ha querido incluir aquí todo lo relativo al juicio sobre el secuestro de la farmacéutica Maria Angels Feliu, pero que se celebre diez años después del suceso es una muestra irrefutable de la incapacidad guppernamental para cumplir otro de sus compromisos electorales, que la justicia sea verdadera justicia, esto es, que sea rápida, porque revivir a diez años vista tanto sufrimiento más parece un castigo añadido que una reparación: tarde y mal, que se dice, y que Clonista escribe y subscribe. Oculta en unos breves, junto a dos noticias literarias, aparece una realidad que tiene su miga: un anciano ha muerto tras ser golpeado en la cabeza por el espejo retrovisor de una ambulancia en un paso de peatones que probablemente la ambulancia no respetó. Clonista ha sufrido un percance parecido: fue golpeado en el hombro y no hubo daño porque la camioneta se paraba unos metros delante de él. Si suponemos que esa muerte se hubiera producido en la ciudad, y Clonista también sabe que ya se ha producida alguna, se plantea un conflicto judicial curioso: la ambulancia circularía dentro de la calzada, pero su espejo retrovisor invadiría la acera, donde estaría el anciano, quizá temerariamente en la frontera de su espacio. ¿Imprudencia temeraria, la del conductor? ¿Falta de señalización del Ayuntamiento para delimitar los espacios seguros de cada cual? En muchas calles de la ciudad los vehículos se aproximan tanto a las aceras que ese tipo de accidentes no son inverosímiles, aunque tampoco tan frecuentes como los desprendimientos de los balcones en Barcelona. Hasta ahora, y retoma Clonista el hilo de la censura imperante, nada había leído en su realidad prensada sobre el cese fulminante del programa CQC, en Tele 5, y hoy lo hace, aunque de forma indirecta, porque se recoge un lamento de IU al respecto. ¿Motivos? Uno. El programa había decidido abrir una sección fija para realizar un seguimiento de la acción política de Ana Botella, posible futura concejala en las listas de Gallardón, que necesitaba reafirmar su lado facha para no perder los votos de quienes hasta podrían considerarlo un submarino no amarillo ni gracioso, sino zapateril. En fin.

miércoles, 3 de febrero de 2016

29-11-02

     A escasos 150 euros de que acabe el mes, una faringitis súbita –después de haber pasado, como sufrido animal de compañía, los dos procesos víricos de la prole- le ha dejado a Clonista sin voz y en un estado no muy distinto de aquel con que inició este año de su aventura insólita. Se va cerrando el ciclo, pues. Esa referencia a las dificultades para llegar a fin de mes que comparte Clonista con más del 60% de contribuyentes de este país no deja de ser también un nexo entre esta agonía de noviembre y las eléctricas y aquella lejana epifanía del eneuro con la que se abrió Clonista a todas las realidades habidas y por haber, las prensadas, las sorprendidas, las subliminales, las inverosímiles, las escamoteadas, las inciertas, las demagógicas, las privadas, las lacerantes, las anodinas  e tutti quanti. Una organización desconocida -¡malvenida al caos del terror suicida!- reclama la autoría de los atentados contra israelíes en Kenia y en su espacio aéreo, por más que los dos misiles lanzados no impactaran contra el avión cuando éste despegaba de Nigeria rumbo a Tel Aviv. Casi sincronizadamente, otros terroristas palestinos cometieron una masacre en una sede del partido de Sharon, mientras se celebraban las primarias que el genocida de Sabra y Shatila ha acabado ganando. Clonista no comprende que el generalazo israelí se desgañitara pidiendo a sus compatriotas que fueran a votar sin dejarse intimidar por los atentados: “los terroristas no van a dictarnos cómo vivir.” ¡Cuánta razón tiene! Es él, sin duda, a quien ha de atribuírsele la autoría de ese dictado, pues él y no otro es quien ha sustituido la política de negociación, de coexistencia pacífica, por la de exterminio, ¡como si no supiera que quien a hierro mata....! Por otro lado, que el atentado haya sido reclamado por unas milicias, las Brigadas de Al Aqsa, ¡que están vinculadas al partido gubernamental de Palestina, Al Fatah! deja aún más perplejo a Clonista de lo que éste suele estarlo siempre tras internarse en el laberinto del cercano oriente.  Ya está aquí: se ha instalado la celebración anglófila, intransitiva como el morir. La oposición a Chávez “amaneció ayer celebrando, mientras los sectores radicales del Gobierno lo hicieron en pie de guerra.” Noramala. Las realidades fotografiadas que suelen aparecer en la realidad prensada, cuyos realizadores tan escrupulosos son a la hora de elegir las instantáneas para no perder ninguna posibilidad de mensaje, deparan hoy uno de esos momentos estelares: La imagen de Andreotti como la viva figuración de Nosferatu, pero un pelín entrado en carnes y carifarto. La incrustación de la cabeza entre los hombros y las orejas de soplillo completan la transfiguración de marras. Tras la censura a Marchesi, ideólogo de la LOGSE, en una publicación oficial, le ha tocado el turno al Fomento de Cascos -¡a qué horrores conduce el inocente orden de las palabras, pues el orden de los factores de esa expresión sí que altera, vaya que sí, el producto final, que nunca será lo mismo el Cascos de Fomento que el Fomento de Cascos! Y esto de Fomento, ya metidos en harina, no deja de ser, también, querencia retro-, desde donde se han descolgado con el envío a las mazmorras del silencio de un libro, El mundo del trabajo en Renfe. Historia oral de la infraestructura, en el que, al parecer se había cometido el crimen nefando de no hablar mal del periodo socialista ni del AVE. ¿Y qué se caza con Dobermans? Otro misterio más. Y otro: ¿Se sabrá algún día qué leches va a hacer el astronauta Duque en el espacio que valga la inversión de casi 15 millones de euros que va a costarle a los contribuyentes la generosidad del goppierno para ponerlo en órbita? En esta época científica de genomas y clones, no deja de ser patético que los enfermos que tomaban la medicina ilegal Bio-Bac, hayan asaltado la casa donde su distribuidor mantenía aún buena parte de las existencias del producto. Placebo o no, la fe obra milagros, ciertamente. José Luis Pardo, a propósito de Barthes, y del homenaje que se le rinde en Francia, define con claridad la semiótica: “De pronto todo significa, aunque no sepamos exactamente qué", y significa, además, a nuestras espaldas, querámoslo o no. Escuela hermética donde las haya, en parte banal y en parte inaccesible, ese “suplemento simbólico” de lo real se ha ido adueñando de tal manera del discurso que ha acabado configurando lo real sin que lo real se perciba del gran cambiazo. Por otro lado, la semiótica siempre requiere auténticos linces que la desarrollen. A su manera, es una suerte de tomismo quisicosero. Ahora que se entra en la larguísima recta final electoral, un titular devuelve la verdadera imagen de la política naciunal: “Cataluña es la comunidad con menos plazas para acoger a mujeres maltratadas. La región –¡y ya es atrevimiento conceptual, el de El País- tiene el mayor número de muertes por violencia doméstica.” Si se añade el lema adoptado por el Instituto Catalán de la Mujer para su ciumpaña contra los malos tratos: Con violencia: te quedarás solo, pues todo acaba encajando, claro. Al parecer, pues Clonista excluyó de esta clónica la realidad deportiva casi  por cuestión de principios, se ha identificado a unos 40 causantes de los incidentes durante el partido Barça-Madrid, que se ha hecho célebre por la cabeza de cochinillo que le lanzaron a Figo mientras éste intentaba lanzar un saque de esquina. Sí, hay que admitir que la idea de salir de casa con dicha cabeza, por lo que pudiera pasar..., más parece propio de un cuento fantástico que del cuento fanático en que se convirtió el partido. Pues bien, la sorpresa de los identificadores es que esos 40 energúmenos, y energúmenas, que de haberlas haylas, ¡no pertenecen a los temibles boixos nois!, sino a respetables socios y socias de tribuna. Sigue el cuento. ¿Qué vergüenza no pasarán cuando la policía se presente en su casa para llevarlos a comisaría a prestar declaración? Sí, Furia, de Fritz Lang, es siempre el recuerdo apropiado. Pero que los miembros de la especie hayan de perder la cabeza por algo es una de esas verdades genéticas y quijotescas incontrovertibles.

martes, 2 de febrero de 2016

28-11-02

     A día 28 de noviembre, y a un paso del mes más consumista del año, en el que, por cierto, la subida del precio de la lotería de navidad no contará para el cálculo de la inflación anual, por capricho de la fantasía contable del goppierno, que se ha convertido ya en marca de fábrica de su acción política, Clonista se dispone a despachar su compromiso con esa flojera de a quien le fallan las fuerzas, la confianza y hasta la esperanza. La marea negra, que hunde más de un prestigio incomprensible, sigue dominando el espacio político, el real, el real prensado y amenaza con pringar a quienes se defienden con la retórica de baja estofa propia de la soberbia absoluta. Que “mercadea con el dolor ajeno” le ha escupido el caudillito a Zapatero a propósito del control de la oposición sobre el descontrol del goppierno en todo el asunto, uno de esos típicos bufidos de bufón de las multinacionales a que tan acostumbrado tiene al país. ¿Lo habrá acompañado con un chistecillo tipo submarino amarillo, o una risa grutesca? Mejor ignorarlo. De las reacciones defensivas del goppierno –sobre todo la de Rajoy, insistiendo en que se tiene de todo para hacer frente a la catástrofe, aunque su patrón mayor, el san Huberto cazado en un renuncio, haya acabado pidiendo ayuda a los bateadores- acabará deduciéndose que la marea es una bendición, o poco menos, o que ha sido un simulacro para poner a prueba su capacidad de reacción en circunstancias adversas, aunque se les haya ido un pelín la mano en el crudo. El regreso en el tiempo español va calando en el ámbito internacional. Y ahí está el llamamiento de Bush a Kissinger para que vuelva a la Casa Blanca, donde tanto pinchó y cortó, para mal, en su momento. Lula ha puesto firmes a los sindicalistas y les ha dejado bien claro que a él no le revientan la presidencia y que se anden con ojo, que se metan en política y que se dejen de peticiones, que arrimen el hombro. Y les puso como ejemplo a su vicepresidente Alencar, un industrial más de izquierdas y nacionalista que la media de los sindicalistas. El reverso de esa invitación a la participación política, que es algo así como la bicha de los sindicalistas; es la campaña del ejército colombiano, mediante calendarios de hombres de ruta y taquillas varoniles, para incitar a los guerrilleros a que deserten y comprueben lo que se están perdiendo. Como dicen los militares criticados, “es una campaña agresiva para vender un producto”. La vida es un anuncio, pues, y no una tómbola. En Amberes andan con disturbios raciales y patrullas de la Liga Árabe Europea que vigilan las actitudes racistas de la policía. E irá a más la cosa, quién lo duda. Hay fotos que ilustran como un ensayo. La de Mafiosconi con el caudillito es más que ilustrativa. De hecho, sus réplicas en látex no pueden competir con la sensación de guiñoles legítimos que producen. Pero el discurso fotográfico es un recurso demagógico, como bien se sabe. Trillo se quita de encima lo que le vendría y pasa el caso del teniente supuesto violador a la justicia ordinaria, y que allá se las componga el Moriano de marras. El goppierno pagará presumiblemente 18 millones de euros para que el astronauta Duque suba al espacio ¿a qué? ¿Se sabrá algo de esa rumbosería del goppierno que niega becas a siniestro? La última noticia será la misma de todo el año fiscal, en boca de Isabel Pozuelo, que el goppierno es “un azote para los consumidores”. Más consumidos es difícil estarlo, desde luego.

lunes, 1 de febrero de 2016

27-11-02

     Poco a poco se va cerrando otro espacio. La aventura tiene los días contados, como el antiguo calendario de los reclutas. Es sorprendente la facilidad con que la nostalgia de lo no sucedido puede afectar a los humanos,  lo que debe ser, probablemente, una de las principales diferencias respecto del resto de las especies que pueblan el planeta. Tras el desastre del Prestige, vienen las medidas enérgicas, las políticas rigurosas y la firmeza de mandatarios que han hecho la vista gorda de forma sistemática para con el excelente y sucio negocio de las petroleras. En las antípodas del negocio, el virus del sida afecta ya a 42 millones de personas, 30 de las cuales están en el África subsahariana. Y aún siguen, quienes pueden hacerlo, sin financiar la donación de los 80 millones de preservativos que contribuirían al control de la expansión de la pandemia, que es algo así como la calderilla del asunto, porque de financiar los tratamientos con medicinas para toda esa gente sin esperanza ¿quién dice nada sin que sea el hazmerreír de los poderosos del mundo? La fatwa lanzada contra la periodista que con su blasfemia supuestamente desató la carnicería nigeriana es una prueba de cargo contra la tolerancia poco escrupulosa ante el multiculturalismo en las sociedades occidentales. Porque, ¿habría de tolerarse –al modo de la justicia militar- la justicia islámica de la sharia en España, por ejemplo? A Clonista le parece que aún han de escucharse y decirse muchas tonterías sobre todos estos asuntos antes de que se llegue a criterios compartidos mayoritariamente. Wole Soyinka lo deja bien claro: “Los acomodaticios se baten en retirada en demasiados frentes, sin entender que cada espacio de coexistencia abandonado es inmediatamente ocupado por el programa agresivo de los fanáticos.” La constatada involución en todos los órdenes que se está registrando en este país desde el inexplicable empujón electoral al caudillito se extiende ya a fenómenos que podrían parecer anecdóticos, pero que no lo son, como, por ejemplo, las cacerías, a las que tan aficionados son Fraga y Cascos, entre otros; las capeas, con el hijo de Suárez a la cabeza; o la enésima desarticulación de los GRAPO, como aparece hoy en otro de esos rincones prensados evadidos del pasado. ¡Y esos graperos, por cierto, tan mayores ya, y aún metidos de hoz y coz en las lides crimiredentofanáticas! Incluso la detención del consejero de Economía de Melilla, acusado de blanquear dinero del narcotráfico, forma parte del revival, casi como al estilo de aquellos maletines-hacia-Suiza del franquismo y la transición. ¿Y qué decir de ese desprecio del goppierno hacia los sordos, negándose, contra el resto de los grupos del Congreso, a reconocerles el derecho al bilingüismo? ¡Total –deben de haber dicho en el goppierno-, para cuatro gatos que son!  Y suma y sigue. Como continúa la campaña de promoción de elpais.es con sorprendentes hallazgos retóricos como que en él  “el lector ordena la manera de ver la noticia.” La necesidad de emitir mensajes públicos tiene eso, se cae en la banalidad con una facilidad insultante. El jefe comercial del invento se descuelga, además, con una afirmación irritante: “nadie ha cuestionado que se trata de un precio razonable.” O sea, que ni siquiera lee El País. ¿Tiene alguna relación esa ambición beneficiosa con la súbita captación universal de esquelas? Clonista ignora con quién entra en competencia de crucecitas su diario de referencia, pero no es una decoración del espacio prensado que le parezca congruente con la línea estética e informativa de El País. 
26-11-02

     Del ayer al hoy en el que también se ha escrito ese ayer, el tiempo se vuelve denso y se carga de agobio, casi tanto como el que aún sufre Clonista al contemplar la pila de casi 200 exámenes pendientes de corrección. Y por más que quiera despachar la clónica deprisa y corriendo, lo cierto es que la relación con la realidad tiene sus propias leyes, y nadie las puede forzar. Basta que el día se presente anodino, repetitivo, insulso, consabido, inercial, irrelevante o insignificante a primera vista para que Clonista se meta en harina y acabe como suele ocurrir a quien a ello se atreve. De momento, el goppierno ya reconoce que son once mil toneladas de fuel las perdidas por el Prestige, en vez de las seis mil escasas que quería fijar en sus nada gratas comparecencias ante los medios de comunicación, y lo hacen sin sonnegrarse, sacando pecho, a juzgar por la autopropaganda interior y exterior que hacen de su “gestion” de la crisis. Lo que no se sabe es si informan también de la cacería de la primera autoridad gallega. De menor interés general es el endurecimiento legal en el acceso a la propiedad de televisiones, aunque para la realidad prensada sea de portada. De portada debería ser el invento antidemocrático de la famosa Ley de acompañamiento del Presupuesto, una vía legislativa que rehúye la confrontación y el control parlamentario y que tanto recuerda a los famosos decretos-leyes, tan denostados como práctica de gobierno. El tapizado y alfombrado rojo del salón de los Pasos Perdidos donde se celebró el homenaje solemne a las víctimas de ETA no deja de ser una coincidencia de mal gusto, pero si las víctimas pasan de los ocho centenares, Clonista no se explica que sólo hubiera 216 víctimas representadas. Será un “tema menor”, o baladí, o una quisicosería de ocioso o de cominero. En fin. Lo que sorprende es que el anuncio de la reanudación del diálogo con Marruecos aparezca como una realidad de segunda categoría, ni chicha ni limoná, después de tanto tiempo de silencio normalizado durante el que otros diálogos de más calado real, los económicos, no parecen haberse roto. Otra realidad incomprensible –otra más, claro, de la larguísima lista cuya simple lectura agotaría al más curtido de los valentones-: Bush aprueba su superministerio de seguridad en el que no entran ni la CIA ni el FBI. ¿Cómo se entiende ese hiperbólico gasto público de un reaganiano en una institución con nada menos que 170.000 empleados y cuyas funciones aún está por ver que sean de alguna utilidad?  ¿A qué empresas beneficiará? Algunas habrá. Es sintomático: cuanto menor espacio se le dedica a la crisis nigeriana, mayores son las cifras de la catástrofe. Ocupaba una página entera de la realidad prensada cuando iban por 50 muertos. Ahora que la cifra de muertos pasa de los 200 y los desplazados de sus hogares de 30.000 la noticia aparece en una esquinita. Las misses se han ido, eso sí. Occidente puede estar tranquilo. También una columna arrinconada merecen los asesinatos de 2000 jóvenes en Honduras, en una práctica que recuerda los asesinatos a instancias empresariales de los meninos da rua brasileños. Se acaba cogiendo antes a un demagogo que a Fraga, a quien se le pilla antes que a un cojo, como es bien sabido. El goppierno, entre cuyos actos de gestión surrealista – que igual fue contagio de los gustos poéticos del presidente- se cuenta la repatriación de los inmigrantes ecuatorianos para que volvieran “autorizados” desde su país de origen, se llenó la boca con la demagogia del archirrepetido “efecto llamada” que explicaba el poco menos que caos en que estaba sumiendo a la sociedad española la inmigración descontrolada. Ahora, ese mismo goppierno se propone reformar el Reglamento de Extranjería para agilizar los contratos a extracomunitarios, pero eso en modo alguno ha de entenderse como “efecto llamada” de ninguna clase, supone Clonista. Los estudios o informes sociológicos son primos hermanos de las encuestas, si bien, y como en  todas las familias, hay sus más y sus menos entre ellos. Uno sobre la educación en los países ricos llega a una conclusión incorrecta políticamente desde la visión izquierdista: “no hay una relación directa entre el gasto nacional por alumno y el éxito escolar.” ¡Ahí queda eso! Clonista, por la parte que le toca, sí sabe, sin embargo, que una mayor inversión en educación permite no tanto rebajar el nivel de fracaso escolar, cuanto evitar la expulsión del sistema de muchos alumnos que, sin la ayuda individualizada, no podrían siquiera acabar la enseñanza obligatoria. A juzgar por los malabarismos demagógicoeconómicos de Mas y Cia., es más que probable que acabe entrando en el Parlamento una iniciativa legislativa para convertir el día 28 de diciembre en el Día Nacional de Cataluña. Tiempo al tiempo. A los más de 19.000 jóvenes que se han apuntado al sorteo tipo mili para quedarse uno de los 1055 pisos municipales en alquiler les debe sonar a máxima burla lo de las desgravaciones del 1% a los padres que ayuden a sus hijos a comprar una vivienda, ciertamente. Como “síndrome de Ulises” han bautizado los psiquiatras el estado depresivo y de estrés crónico que padecen los emigrantes más desafortunados, pues en ellos, que han sufrido un viaje tan lleno de contratiempos como, en muchos casos,  grouchiano, es en quienes se manifiesta con una virulencia que puede acabar transformándose en severa enfermedad mental. Sucede que hay travesías vitales, auténticas migraciones interiores, a las que quizás también les cuadraría esa etiqueta de nombre feliz y realidad terrible.