18-12-02
Han reconquistado, al fin, la primera página, pero a
los terroristas de ETA les sorprenderá y contrariará haberlo hecho de forma tan
chapucera como trágica: han asesinado a un guardia civil, y el comando, dos
asesinos aficionados, ha sido detenido. El objetivo era instalar un coche bomba
en Madrid para volver a la primera página de hoy con los honores sangrientos de
una matanza “por todo lo alto” que recordara que ni siquiera la catástrofe del
Prestige podía competir con ellos. Como en varias ocasiones anteriores, una
vida ha salvado, quizás, muchas otras. Lo que no salvará a los gallegos de
nuevas mareas será la incompetencia del goppierno, empecinado en revolverse
contra la oposición para continuar lo único que les importa: no desatender el
frente electoral en el que tanto se juegan –y en el que probablemente ya lo
hayan perdido casi todo, a pesar de sus esfuerzos-. La petición de dimisión que
le ha dirigido Rajoy a Caldera, portavoz chapucero del PSOE, acredita bien a
las claras que el goppierno sólo sabe hacer oposición, pero no gobernar. Y la
realidad gallega, más allá de especulaciones clonicadoras, es terca como una
mula de noria. He ahí la salida por la puerta falsa de Fraga, dejando plantado
al Príncipe, a quien acompañaba, para no sufrir las iras de 2000 manifestantes
que hubieron de soportar, sin embargo, una carga política de la policía, como
en los viejos mejores tiempos del siniestro personaje que ha atravesado la
escena del poder español desde la dictadura franquista hasta nuestros días.
Felipe González le echó un cable, porque le convenía electoralmente, con
aquello de que le cabía el Estado en la cabeza y ha acabado cabiéndoles él a
todos, especialmente a los gallegos, hasta en la sopa. Curioso personaje,
Biljana Plavsic, ex presidenta serbobosnia, una mujer de una cultura exquisita
que, a pesar de ello, se convirtió en una bacante incondicional de la orgía
asesina de Karadzic. Hermann Tertsch la retrata en síntesis modélica. Extraño
viaje, de la cultura a la coltura,
parecido, salvando muchas distancias, al de Ramiro de Maeztu. Una sensibilidad
parecida a la de la genocida es la de la casa Nestlé, que reclama a Etiopía
nada menos que seis millones de dólares por la nacionalización de una empresa
tras el golpe militar de Mengistu Haile Mariam, sin que lleve trazas el pleito
de que esté dispuesta, Nestlé, a perdonar ni un centavo. Noticias así deberían
condicionar la estrategia de compra de mucha gente, como acaba de condicionar
la de Clonista. La modificación de la realidad, como se ha estudiado con acierto
en la teoría del caos, no requiere, a veces, de grandes esfuerzos. El esfuerzo
individual, propagado en onda, puede conseguir resultados espectaculares.
Álvarez del Manzano, el rey del madroño, se irá envuelto en escándalos de
malversación de fondos o, en lenguaje políticamente correcto, en “usos
incorrectos de fondos públicos”, pero se irá. ¿Devolverá el dinero de todos que
tan alegremente ha usado para beneficiar a unos pocos? Asciende a dos millones
la cantidad de mujeres que sufren malos tratos domésticos por machos de la
especie sin domesticar. Esa es una realidad de tomo y lomo, que se decía antes,
de toma y te deslomo que se debería decir ahora, y contra la que el goppierno
aún no ha acabado de reaccionar como debería. Se resolvió el pleito francés
sobre el velo de la empleada. El tribunal ha fallado a favor de la
represaliada, luego ha de ser readmitida. No está todo dicho, sin embargo, en
los tribunales. En el sector público, por el contrario, hay sentencia favorable
al despido. La empresa que la despidió la acogió al principio con el pañuelo;
pero al ser trasladada a las oficinas centrales, donde era más “visible”,
decidieron quitársela de encima, sin duda por estética. Esa torpeza de gestión
recuerda a la política de confrontación de Mas quien se llevó una buena tunda
de palos parlamentarios el día que celebraban la unión de todas las fuerzas
políticas, salvo el PP, para modificar el Estatut. A ese candidato le sobran
esfuerzos desesperados y le falta empaque, programa y credibilidad; pero eso no
se adquiere en media legislatura, claro. Por lo menos los sindicatos “temen”,
que ya es cautela, que el nuevo calendario escolar perjudique a los profesores.
Eso se arregla rápido: que nadie hable por ellos, que evacuen consulta vía
referéndum y se sabrá qué piensan. En este país, ahora que cae en ello Clonista,
se le tiene cierto medio a los referendos, quizás por la historia franquista
que abusó de ellos, pero deberían rescatarse, en determinados asuntos, para
calibrar bien la respuesta de los afectados ante ciertas decisiones políticas.
Lo del Folclòsrum se ve que no da una a derechas. Después de entrar en la
política nominal de responsables de los debates y proponer algunos candidatos
“de prestigio”, faltaba más, el goppierno se echa atrás y no quiere ni oír
hablar de nombres antes de consensuarlos, lo cual quiere decir que los intentos
de manipulación interesada del acontecimiento se suceden a un ritmo
vertiginoso. Un nuevo ataque, esta vez desde Bruselas, contra la salud mental y
física de los trabajadores: para salvaguardar los fondos de pensiones hay que
alargar la vida laboral hasta casi los 70 años. Eso es lo que quieren: exprimir
al proletariado hasta que coincida el adiós al trabajo con el adiós a la vida,
que se pase de la cadena al nicho. ¿Quién fue el profeta, lamentable, de la
nueva civilización del ocio? ¡Menuda pesquis la suya!