18-1-02
La
muerte de Cela cubre hoy, prácticamente, toda la realidad de este país. Y se le
recuerda omnipresente, egocéntrico, genial, generoso, deslenguado, payaso,
amigo de sus amigos y enemigo de tantos más. Toda una vida dedicada a construir
una biografía singular y barroca es lo que la muerte se ha llevado por delante.
El hombre-archivo permanece, no obstante. Su sed de postumidad se ha saciado.
Se lo ha tragado la tierra y él cree habérsela llevado con él a las raíces
vivas de la naturaleza. Entre los demás, los que seguimos batallando con la
mascarada de lo que él ha perdido para siempre, los hay de toda clase y
condición: desde quienes han oído o leído su muerte con la indiferencia de la
altivez y la mediocridad, y quienes la han oído o leído con curiosidad, afecto,
sorpresa e incluso desgarro, que de todo ha de haber en la viña del Señor. Pero
la realidad está hecha de cosas tan pequeñas como los cambios de agenda y la
criba terrible de los que van cayendo. ¡Qué tentación, siempre, ha tenido el Clonista
de acercarse al pasado intentando ponerse en contacto con todas y cada una de
las personas que figuran en sus muchas agendas, y a las que el olvido ha
cubierto como la lava y las cenizas a Pompeya! De ahí sí que saldrían retazos
de realidad insospechados, visiones de sí mismo inauditas y sorprendentes.
Demasiado ego, le parece al Clonista, para tan poca sustancia. Se le debe haber
pegado del ínclito deceso. Realidad emergente es la aparición, en recuadro
inferior -columna arrinconada- de la silenciosa guerra ruso-chechena, de la que
hacía casi un año que no se sabía nada, por lo que había dejado de formar parte
del equipo titular de la realidad. La más intensa -realidad- es, sin embargo,
la falta de tiempo, es decir, su volatilidad. El Clonista se reconoce incapaz
de seguir el ritmo vertiginoso de la vida cotidiana, tan llena de minucias
importantísimas, y, al mismo tiempo, certificar que en él es donde se cumple la
realidad. Hay una oquedad tremenda en el 90% de un día cualquiera como hoy
mismo. De hecho, el Clonista está aquí, de regreso del día 20, por lo que, a la
relectura de la realidad, se le superpone una distancia que anula cualquier
consideración mínimamente atinada, ya que no inteligente, sobre límites,
sustancia, pertinencia, o lo que se quiera, acerca de la realidad. Corta y cierra.
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