jueves, 12 de marzo de 2015

19–1-02

            Cada día que pasa le desconcierta más al Clonista la imposibilidad de tener una clara conciencia de la realidad en la que supuestamente está metido hasta el corvejón. Todo se le descompone y se le escapa, todo es inseguro y en nada ni nadie puede uno fiarse; la vida, como agua en cesta, se dilapida en instantes fugaces que no componen ninguna imagen reconocible. Sabe que Enron acabará enredándose en el gobierno de Washington y sacándole los colores verdes a muchos patriotas patrioteros, los mejores estafadores del mundo entero. Sabe que dos de los tres jueces que excarcelaron al narco arremeten contra el presidente de la Sala, al que responsabilizan de haber inclinado la balanza hacia el favor del acusado más de lo que la justicia y el sentido común exigían. Sabe que aún, y no sabe si será el último día, aparecen artículos glosando la figura de Cela. Con todos ellos se puede construir una hermosa panorámica de vanidades, porque, quien más quien menos, todos quieren estar a la altura estilística del difunto, y ahí hay más de un desastroso naufragio. Sabe que un anuncio de mujeres con tallas de la 42 a la 46, hermosas y mujeronas como ellas solas, reconfortará a muchas acongojadas. Sabe que Bayer y Axa andan con problemas: la primera asociada a 100 muertes por un medicamento, Lipobay, que suena a píldora para adelgazar, la píldora que esperan más de 1000 millones de personas del primer mundo; la segunda, porque la justicia la obliga a pagar de inmediato más de 1'85 millones de euros a un asegurado, tras batallar en los juzgados hasta la extenuación, porque una aseguradora ha de luchar por captar clientes y, sobre todo, para impedir desembolsar ni un euro a nadie. Y con cuanto sabe sólo sabe que todo se desvanece como por ensalmo y desaparece, y se siento solo y descolgado de la realidad frente a la pantalla del ordenador donde la vida se reduce drásticamente a un juego de contraste tradicional: negro sobre blanco. Y el Clonista quiere creer que en esas cadenas de monótona morfología está la realidad como un hecho, no como la desfiguración bícroma de un desvanecido y adormilado proletario y paterfamilias.

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