jueves, 23 de abril de 2015

25-2-02

     Los lunes son esos días de la realidad en que ésta se desdibuja, se vuelve nebulosa y tedio, fastidio y ceguera. Al menos esa es la fama. Pero también es el día en que la realidad vuelve a su formato habitual, en el que cada noticia se ordena jerárquicamente y espera la confirmación de su rango por parte del perezoso o apresurado lector, que de todo hay. Dispuesto el periódico sobre la mesa de trabajo, produce vértigo asomarse a él estando de pie, mucho más que si nos sentamos, lo abrimos con las manos y nos sumergimos en esa muralla que nos aísla de los demás y nos vincula al gesto más escandaloso, estridente y estentóreo de la realidad más cercenada posible. Leer el diario de pie es una aventura peligrosa. Clonista no sabe si está asomado a un pozo tenebroso, un espejo encantado -pero nada encantador-, o una falsa ventana de escenario. Sea como fuere, lo evidente es el cansancio que produce rencontrarse con tensiones, propuestas, conflictos, anuncios, avisos, desesperaciones y fingimientos que son el pan nuestro de cada día. También cabe la novedad, ¡y si es exclusiva es ya el acabóse del triunfo profesional! Con todo, ¿quién soportaría todo un periódico abarrotado de novedades? La familiaridad del relato es consustancial a la estructura del diario. Supongo que un análisis diacrónico y cuantitativo nos arrojaría un resultado por secciones en el que determinados tipos de noticias se repetirían sistemáticamente; como si empresa y público tuvieran el compromiso tácito de que el diario se ajustara a un sistema de cuotas predeterminado. ¡Una realidad distribuida en cuotas de aparición, de consistencia, incluso de esencia! Tanto de guerras, tanto de motines, tanto de parlamentos, tanto de armamento, tanto de crisis bi o multilaterales, tanto de golpes de estado, tanto de ETA, tanto de nacionalismos, tanto de problemas internos en los partidos, tanto de inmigración, etc. Desde esta perspectiva, ¿cómo no sentir ese cansancio informativo que nos lleva a pasar las hojas de algunas secciones con la insensibilidad de quien ya ni casi saluda a sus compañeros de trabajo después de 25 años en la empresa? Pues eso. Oro dopado es el gran titular de la jornada, en consonancia con la demanda social de información deportiva, a la que se le da satisfacción en las muchas páginas a medio camino entre el deporte y la medicina donde se explica el dopaje del alemán adoptado por España. ¿Seguirá el Rey manteniendo la audiencia concedida, a pesar del dopaje? En menor medida -el tipo de letra ordena y manda-, el estrés que la muerte ajena ha provocado en alcaldes de Batasuna, hartos de la ingratitud de quienes no se dejan salvar por el fuego purificador de la violencia nacionalfascista… Que la facturación de las empresas de seguridad haya crecido un 45% indica lo caro que les saldrá el ángel de la guarda a quienes puedan pagárselo, una vez que el estado del PP haya considerado que la seguridad personal es para quien se la paga, y que no existe tal cosa como un derecho a vivir seguro en una sociedad como la nuestra. Entre eso y la floración de votantes en el extranjero, la administración del PP va tomando unos aires restauradores que, de aquí a poco, no le extrañaría a Clonista que volvieran las cesantías.

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