sábado, 17 de octubre de 2015

15-8-02

     Una fiesta en plenas vacaciones sorprende a Clonista como a cualquier hijo de vecino con un repentino cierre de los comercios sin, de buenas a primeras, entender qué ocurre. Con todo, tras un día de playa tardía, Clonista, con el ruido de fondo familiar de un telediario más que appañado, intenta concentrarse en el levantamiento de su clónica diaria. Es evidente que aquel entusiasmo inicial relativo ha dejado paso a una serenidad crítica no exenta de ciertas airadas rebeldías o algún que otro cinismo moderado. A estas alturas del calendario, Clonista sabe que es muy impropio haber bautizado como Clónica del año 2 su aventura un tanto hermenéutica, otro masoquista y un mucho absurda. En modo alguno esta suerte de dietario monotemático puede ser una réplica de la realidad. Como mucho, una réplica a la realidad, lo que, bien mirado, tampoco deja de ser un cierto consuelo. Siguen las noticias de desastres naturales propios de la estación, y en realidad de cualquier estación, pero más llamativos en la presente. Praga, inundada, ha sido la más afectada, pues al desastre propio de la naturaleza se le sumará el de las cancelaciones turísticas. Pero no diferente suerte han corrido Alemania y Rusia. Clonista sí que puede testificar que, a su juicio, este verano del año 2 ha sido francamente sorprendente, con unas variaciones de temperaturas más que inusuales. En Israel, un líder de la Intifada es juzgado como terrorista prisionero de guerra por pertenecer al movimiento Al Fatah que, sin embargo, gobierna en lo que acabará siendo el futuro Estado palestino. En otra corte judicial, en Venezuela, se absolvió a los golpistas y Clonista ignora si el argumento de la defensa, que Chávez renunció al poder, fue factor decisivo. Mafiosconi endurece su posición antiinmigración ilegal y establece una competición con el goppierno español. Por fin, en el PNV, consolidada la propuesta de ilegalización  de B, hay señales de achantamiento. De la chulería del plazo de dos meses han pasado a “tiempo hay” para cualquier negociación, precedida del claro mensaje de que el PNV “no romperá las reglas de juego.” Los partidos estatalistas presionan como pueden: identificando a Arzalluz con ETA mientras está caliente la indignación. Decididamente, las noticias de sucesos ocupan un primerísimo plano que llena la realidad de sangre, furia y miseria. El “cierre electrónico del Estrecho” supondrá, se supone, un control de la avalancha de pateras. La inversión, al menos, debería garantizar que se redujera sustancialmente el tráfico esclavista entre los disputadores vecinos de Perejil. Hay debate para años, y la realidad oscilará en función de las sentencias judiciales. Los propietarios de un cámping de Tarragona han obligado a irse a 8 familias gitanas que veraneaban en él desde hacía nueve años. Las quejas de los otros campistas respecto de los supuestos comportamientos incívicos de los gitanos han sido determinantes. El alcalde de la localidad, del PSC, les da la razón a los propietarios. IU denuncia el caso como una clara muestra de racismo. El titular no se pronuncia. El que sí lo hace es el siguiente: “Un ratón castrado hace de semental de cabras y cerdos.” Los ocho minitestículos que lleva injertados en la espalda el roedor dan comprensible explicación del provocador y veraniego titular. Cerca de ese artículo, el de la deseada clonación de una mujer, le toca muy de cerca a Clonista, como es obvio. Y desde esta clónica la anima, además, a su clonación, por mucho que haya un cuestionamiento científico, moral y político. La identidad, la descendencia y otras cuestiones colaterales, a veces dañinas, ciertamente vuelven comprensibles la clonación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario