miércoles, 28 de octubre de 2015

25-8-02

     Inexplicablemente, Clonista hace coincidir su investigación con el día investigado, si bien sospecha que su felicidad escrutadora no durará mucho, puesto que de aquí a una hora, el hijo de Clonista verá Gostford Park, de Robert Altman, lo más parecido, para él, con sus once años, al Cluedo. Y no irá solo, evidentemente. Es una de las recompensas estivales: la frecuentación asidua de los cines de verano, lo que forma parte entrañable de la niñez de Clonista en esta misma zona murciana. Hoy, domingo, como es habitual, la realidad prensada se aleja un poco del estrépito y el estropicio cotidiano y se acerca a realidades contempladas desde la serenidad de la perspectiva que confiere el paso del tiempo, hacia delante o hacia atrás, que en la realidad prensada tanto monta el pasado como el futuro. El presente siempre cae acribillado en otros medios de comunicación. En medio de la gran barahúnda formada alrededor de la ilegalización de B, hace estremecer el medio como los miembros de la SA –casi casi Sanguinarios Anónimos también- han hecho llegar a una concejala socialista su amenaza de muerte: deslizando en la ropa del niño una nota que rezaba –que no otra cosa hace una nota cuando ha sido escrita por inquisidores que persiguen la limpieza de sangre-: “Estás sola, sabemos que estás sola y te vamos a dar caña. Pim, pam, pum. Los presos de Euskal Herría.” No es difícil advertir en los escritos de los grupúsculos fascistas la delicadeza estilística de los matones a sueldo, auténticos saldos del pensamiento humano. La concejala, no obstante, está atemorizada porque la persona que deslizó la nota forzosamente ha de ser alguien del entorno más cercano, alguien que haya podido acercarse al niño sin levantar ninguna sospecha, teniendo en cuenta que no es la primera vez que sufre amenazas, lo que vuelve el aire de la realidad irrespirable: se comparte con quienes están dispuestos a llevársela por delante, ¡quién sabe si incluso con su hijo! La fugacidad de tantísimas noticias cuya vida real no excede de lo que tarde cualquier lector en descifrar los párrafos que les han sido graciosamente concedidos se compensa, a veces,  cuando, pasados unos meses, vuelve a aparecer bien su continuación, bien alguna matización, bien, incluso, un desmentido de las mismas. Nada más leer el titular, ¿Un síndrome de Afganistán?, Clonista ha intuido que se hallaba ante la diferidísima continuación de una noticia que ha tenido la suerte de recobrar su porción de realidad. Y así se lo ha confirmado el subtítulo inmediatamente: El ejército de EE UU investiga asesinatos y suicidios de militares relacionados con un tratamiento contra la malaria. Parece haber, pues, una explicación científica –y no la cultural que con jocosa malicia avanzó Clonista- para los asesinatos de las mujeres de los combatientes que regresaban de aquel mundo islamizado. La delincuencia organizada tiene a veces una faceta guetista más que curiosa: tres bosnios han sido detenidos por secuestrar a una niña de 13 años y exigir un rescate de 15.000 euros. Como si delinquir contra compatriotas exiliados cayera fuera de la jurisdicción penal española o a la policía le importara un carajo y se inhibiera del asunto. Entre los reportajes dominicales inevitables aparecen dos realidades heterogéneas que llaman la atención de Clonista: Los niños desaparecidos y la esquilmación japonesa del atún mediterráneo. Una de las desapariciones, además, recuerda haber oído que formaba parte estelar de un programa dedicado a fenómenos paranormales en la SER. No precisamente reportaje, aunque también, es la ampliación de la noticia sobre la muerte de Abu Nidal. Calificada de oscura en el titular, en el cuerpo de la crónica se insinúa el doble o triple juego mercenario en que cayó Nidal desde el escepticismo y la impotencia propia de quienes se inician en el terrorismo por la vía idealista. En cualquier caso, el retrato que se traza de él tiene los rasgos inquietantes y espeluznantes del más decantado atavismo, compartido íntegramente por sus lejanos compañeros vascongados de tribu.

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