miércoles, 7 de octubre de 2015

7-8-02

     Más desplazamientos, ahora ya al destino estival definitivo, con el susto por medio de un accidente en carretera en el que casi acaban Clonista y familia empotrados contra el vehículo precedente. Desde el clima hiperhúmedo de la ribera del Mar Menor, y a hora tardía de la mañana, con un fondo de cigarras y verderones, Clonista recoge la realidad prensada de ayer y tiene la impresión de que acoge en su atención voluntariosa una suerte de realidad desfallecida y boqueante. El caudillito, que no tuvo prisa para el debate de la nación que se le ha escapado de las manos, achucha ahora para agravar la situación en las vascongadas. O Clonista tiene los sesos reblandecidos o le parece que ese intento de ilegalización tiene menos futuro en un  tribunal que la candidatura de Martínez Pujalte a la sucesión de Aznar, por decir un disparate. La materia sensible que es todo lo relacionado con el terrorismo obliga a vasallajes incomprensibles, de ahí que la posición de IU sea, en parte, lo más sensato que ha leído Clonista cuando la histeria domina los actos guppernamentales y el PSOE se deja llevar más en actitud de lacayo que de estado. De lo que ya no está tan seguro Clonista es de que el objetivo del goppierno sea “echar una cortina de humo” para tapar el fracaso de la lucha antiterrorista. De hecho, lo incomprensible, frente al fenómeno terrorista, es que pueda llegar a hablarse de éxito o de fracaso. Al final, con ese vaivén de desarticulaciones y atentados, todo se reduce a un triste espectáculo que sólo engaña a los bobos. Cada vez que Clonista oye a cualquier político animando a la ciudadanía con la estupidez de que los terroristas no vencerán, de que se acabará con la lacra y toda la secuela de mensajes cifrados oficiales piensa que han perdido por completo el sentido de la realidad, que toman a los ciudadanos por imbéciles y por menores de edad sin criterio ni posibilidad de formárselo. El paternalismo también es una lacra. Ahí está Arenillas de Aznar prometiendo inversiones a diestro y siniestro en Ceuta, para darle a la españolidad su verdadero contenido. A la que los marroquíes propusieran convertir Ceuta en el “motor de su desarrollo”, en la “niña bonita de sus ojos económicos” o cualquier otra deferencia que asegure una zona de desarrollo privilegiada, el goppierno lo iba a tener crudo, seguro. Bien oscuro tendrán su futuro los negreros detenidos por la policía cuando abordaron el Ocean King y liberaron a los esclavos que buscaban el paraíso del primer mundo en cualquier empleo basura que pudieran conseguir en España. Ahora, después de haber perdido su inversión para el viaje clandestino, serán repatriados. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que quede en nada la condena? En vez de llevarlos por mar, los lanzaron a él, a dos colombianos apalizados, cuatro porteros de discoteca –Clonista no sabe si son todos purita carne de gimnasio y cerebro de magnesia- que velaban armas nada menos que a las puertas de El Bribón de la Habana. El verano es tiempo adecuado para la realidad de bazar. Los fraudes en los tratamientos de belleza, por ejemplo, en los que inyectan productos de exclusivo uso tópico, como pasa con un anticelulítico que deben de prometer a la buena panda de incautos perezosos que se prestan a ello, el oro y el moro de la belleza cuché. O las declaraciones del exquisito Claudio Magris, a quien le parece un caso “sin parangón en la historia política” el que fuera elegido senador en un partido creado ex profeso para la ocasión y cuyo único afiliado era él. El senado tiene, con todo, una connotación de singularidad que permite la extravagancia, pero no deja de ser sintomática de la incapacidad de adaptación a la verdadera política, y una confesión de las viejas raíces del despotismo ilustrado. A Clonista le parece bien, no obstante, de que alerte del peligro de Mafiosconi, porque está convencido de que para Magris, y como se ha señalado repetidamente en esta clónica, no será ninguna broma el hecho de que la legislación se haga ad hominem, por capitostem que sea. Con todo, en la realidad bazariega tiene mucha más miga la información referida a Anita Alvarado. Tanta más que cae más, a su vez, del lado de una astuta campaña de promoción de la autobiografía de inminente publicación, que propiamente del lado de la noticia. Con el despiste de quien en verano baja las defensas y tiene bastante con la realidad de supervivencia, Clonista no había caído en que los marujeos de cierre se alternarían con las millasadas, y puesto a leer la que tocaba hoy al azar o a un ritmo que Clonista aún no ha detectado, ni detectará, ha tenido que detenerse al llegar a “hay días en los que abro el periódico y llego al editorial con la lengua fuera.” Clonista no quiere saber más, y advierte que su aventura aficionada es recurso en los profesionales. Arrimado al ojos que no ven…, Clonista se serena y se anima para seguir en su afán, empeñado en salir con bien del reto añal. Hebdomadario es, dónde va a parar, palabreja que le hubiera gustado más para la gesta, pero no cabe, o mejor dicho, no llega.

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