lunes, 23 de noviembre de 2015

20-9-02

     Entrar en el primer fin de semana, que no significa de ocio en la voluntariosa profesión evangelizadora de Clonista, sin que se le acumulen las clónicas parece una hazaña que espera tenga continuidad en los próximos por venir. Cuando comenzaron las vacaciones estivales, Clonista se las prometía muy felices, pero, al final, las dentelladas del tiempo siguieron igual de voraces y descomunales, de modo que no fueron pocas las veces en que la presión del compromiso le hizo rozar el desangelado territorio de la desesperación. La serenidad es un ideal que sólo alcanzará Clonista, previsiblemente, cuando se quede lelo o el filo de la guadaña le corte, definitivamente, la respiración. Con todo, es bien cierto que la realidad prensada sigue siendo una de las primeras fuentes de regocijo de Clonista, además de justo todo lo contrario, por supuesto. Ver las caritas del caudillito y de su caudillón asomando por el puente de mando de la recién botada fragata Álvaro de Bazán, tocado cada uno con su sombrerito de circunstancias, el caudillito tipo usamérica style  y el caudillón modelo tradicional franquista es todo un poema cómico-siniestro que no tiene desperdicio. La reacción de Sharon ha elevado la tensión en Oriente Medio hasta unos límites que rozan lo inimaginable, porque el asedio a Arafat en su cuartel general no busca sino acabar con él, asesinarlo, que es la única obsesión del genocida de Sabra y Chatila. Las dramáticas ironías del capitalismo son hirientes. Costa de Marfil produce el 40% del cacao mundial. Los precios han caído por los suelos y, después de haber sufrido un golpe de estado, el país ha entrado en una crisis que se intuye dramática. El simple anuncio de la sublevación militar, sin embargo, ha permitido que subiera el precio del cacao en el mercado internacional. ¿El saldo? 105 muertos y 150 heridos, de momento. Abrir un bote de cacao para desayunar le parece a Clonista que es como abrir una sepultura. Natalia Junquera, con su carta, le recuerda a Clonista su ceguera transitoria ante las palabras de monseñor Ajenjo, amargas como ellas solas, con las que defiende, como portavoz de la Conferencia Episcopal, que la violencia doméstica no es motivo suficiente para anular un matrimonio. Igual no aparecieron por exceso de vascongadurías, pero si lo hicieron, debía de estar sufriendo Clonista una bajada de glucosa, pues no puede desatenderse, en plena controversia sobre si es necesaria o no una ley integral sobre la situación de la mujer, indefensa en su mayoría frente a los malos tratos causados por los hombres, una participación tan iluminadora por parte de los pastores –de pasta gansa en los paraísos fiscales, claro- católicos. Al primero a quien deben de haber iluminado debe de haber sido al caudillito, que se retracta de sus compromisos y se refugia en el donde dije digo digo que no dije, ¡y a ver quién le tose!, escudado como habla en su mayoría absoluta, quizás muy próxima a ser disoluta, no obstante. No puede sorprender a nadie que después de haber sido detenido un policía que espiaba para ETA, los dirigentes de B usen documentos de usos interno de la policía para atacar al consejero de Interior Javier Balza. ¡Cómo va a sorprender si, prácticamente, son parte activa del poder gubernamental! ¿Por qué, si no, iba a disculparse el ejecutivo vascongado con los asistentes a la manifestación por el trato recibido por los Betaseguidores? Se vuelve a la época de los manifiestos, ¿o nunca ha acabado de pasar esa época que, en realidad, es más un estado de ánimo que un tramo temporal? 150 intelectuales españoles y marroquíes... ¿Por qué al malévolo Clonista se le solapa aquel título de si hubo o no once mil vírgenes...? Destacar que la Guardia Civil ha detenido a dos constructores que empleaban a inmigrantes no regularizados en Torrevieja es reconocer que junto a esos dos hay más de dos mil veces dos y quizás más, pero las órdenes... ¿cuáles son, por cierto, las órdenes?, ¿úntame y explota feliz? No está claro por qué no aparecen noticias de ese tipo a diario, nada claro. Mientras Clonista aguarda la iluminación jurídica de Pérez Royo se consuela leyendo las enrevesadurías de Verdú, tan atento siempre a lo último, y a sacarle el partido conveniente. “¿Es real la realidad?”-pregunta que fue el título de un libro de Watlawick, como recuerda Verdu- es, para el sociólogo, la “cuestión central de nuestro tiempo”. Lo analiza en relación con la película Simone, del autor de la más que interesante Gattaca. Para Verdú el triunfo cae del lado de la ficción, pues el público no admite que una mujer real haya suplantado a la heroína virtual. Clonista, aunque debiera, a estas alturas, ser ya un auténtico experto en realidades e irrealidades, verdades y ficciones, no sabe qué decir, salvo que todo puede buclearse  ad absurdum. Las palabras dan  mucho juego, sin duda, y que haya una Moratti, ministra italiana de Educación, dispuesta a reimplantar el crucifijo en las escuelas, tras haber recibido del rincón italiano de la realidad como penúltima noticia la manifestación antiMafiosconi organizada por un Moretti, parece algo más que un chiste. La medida ministerial no lo es, sin embargo. Y dada la amistad del caudillito con Ducesconi, mucho se teme Clonista que del castillo becqueriano como un fantasma de otros tiempos se descuelgue, para volver a enjaularse, ese crucifijo tan apto para consolador como para martillo de herejes. ¡Qué paciencia no ha de tener Clonista para pasar por la pequeña política rinconacional y empeñarse en que un personajillo mediocre como el consejero Franco, por ejemplo, haya de tener una importancia que jamás tendrá, aunque de su departamento pudieran salir medidas que paliaran una situación tan espeluznante como la que señala la estadística de los accidentes de trabajo? Por otro lado, le espera al clonista La madre muerta y, la verdad, no hay color. Lo dicho.

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