24-5-02
La de hoy sí que es buena, para
comenzar: no hay nadie que tenga pasión
por la realidad. ¿O acaso sí? Ahí queda la duda. Parece evidente, con todo, que
la realidad como tal, la famosa en-sí,
no despierta precisamente pasiones. Está ahí, inerte, como instrumento de
disputa, como dato, como testigo mudo y ciego de intereses bastardos, pero
devociones no suscita. La materia ya es otro cantar, copla de físicos. A su
modo, la realidad no compromete a nada, en apariencia es fácil de malear y
siempre permite que hasta los más necios apelen a ella como el aval de avales
par excellence. A Clonista se le ha
recriminado tanto en su adolescencia y juventud haber estado casi
permanentemente fuera de ella que esta clónica debe tener algo de íntimo ajuste
de cuentas con una etapa vital que era un cadena de topes, y también un toparse
contra quienes los ponían. En cualquier caso, entrar en la realidad prensada
tiene mucho de simulacro, de juego virtual, de territorio privilegiado por
donde no campa el dolor sino sub especie teatralis. Si hay días que se suceden
unos a otros como la astrosa continuidad del tedio, el clonista tiene la
sensación de haberse metido en una mala racha de los mismos, y ni siquiera la
confirmación de la anunciadísima huelga general, más las descalificaciones
ramplonas del rampante grAznar en campo de hules, dispuesto a devorar los
caperucitos rojos, al compás de la copla de la antiespaña, es capaz de
levantarle a Clonista el ánimo, en la fase decadente de su molesta ciclotimia.
No obstante, no se le pasa por alto a Clonista la disposición democrática del
Bundestag: el orador -en la fotografía Bush, aunque cueste adjudicarle el
calificativo, ciertamente- se halla a la altura de las tres primeras filas de
diputados. El probo Serpa no aguantará la ascensión a la jefatura del estado
colombiano, y quizás de ahí la alerta de que viene el lobo populista a prometer
mano dura uribeña mientras con la otra deja en cueros el sistema democrático,
asistido en su empresa por el contrapoder de las FARC, dispuesto a permitir
justificar lo injustificable. De más risa, si no fuera una tragedia, son los
juicios en Guinea Ecuatorial. El líder carismático español ni siquiera ha
levantado la voz para protestar ante el líder carismático guineano. Debe estar
atareado en levantar muros de contención
hispanobritánicos por tierra, mar y aire. Se supone que están de gira
mediática para dar a conocer la realidad sufriente de África, pero la crónica
de la visita de Bono, el cantante, y el ministro de Hacienda usamericano
aparece reflejada en la realidad prensada como un baile de disfraces y un
simulacro de ejercicio de supervivencia para ociosos adinerados. Sí, en la
realidad también hay insultos en-sí.
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